La ingesta de alimentos azucarados y grasos podría provocar
cambios químicos en el cerebro, similares a un periodo de abstinencia, y
generar ansiedad o depresión, según un estudio, realizado en ratones, y
publicado en 'International Journal of Obesity'.
"Al trabajar con ratones, cuyos cerebros son, en muchos aspectos
similares al nuestro, descubrimos que la neuroquímica de los animales
que habían sido alimentados con una dieta rica en azúcar y grasa eran
diferentes de los que habían sido alimentados con una dieta saludable",
ha resumido una de las autoras, la doctora Stephanie Fulton de la
Facultad de Medicina de Montreal (Canadá).
Dicho esto, ha asegurado que las sustancias químicas modificadas
por la dieta se asocian con depresión. "Un cambio de dieta provoca
síntomas de abstinencia y un mayor riesgo de padecer situaciones de
estrés", ha señalado.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación
estableció una dieta pobre en grasa a un grupo de ratones y otra rica en
grasa a un segundo grupo durante más de seis semanas para ver cómo
influía en su comportamiento.
Tras observar la liberación de dopamina, sustancia química
relacionada con el bienestar --que también tienen las personas-- y la
molécula CREB, que controla la activación de genes implicados en el
funcionamiento del cerebro, se encontraron síntomas de ansiedad en los
ratones que habían seguido una dieta rica en grasa.
"Estos ratones también tienen niveles más altos de corticosterona,
una hormona que se asocia con el estrés, lo que explica la depresión y
un comportamiento negativo", ha señalado Fulton.
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