Numerosos hematólogos han analizado
este fin de semana en Madrid los últimos avances terapéuticos que se
están consiguiendo en el manejo de los tumores hematológicos y han
destacado como el conocimiento del genoma y el desarrollo de la biología
molecular ha permitido cambiar el pronóstico de muchos de estos
tumores.
"El éxito de la Medicina ha sido haber hecho crónico lo incurable y mortal",
ha destacado la presidenta de la
Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Carmen Burgaleta,
coordinadora de la X Reunión de Hematología, organizada por esta
entidad en colaboración con Roche para abordar las novedades presentadas
en el último congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, en
sus siglas en ingles) recién celebrado en Estados Unidos.
En este sentido, ha destacado las mejoras alcanzadas en algunos
tumores como la leucemia mieloide crónica (LMC), una enfermedad que
antes se sabía que después de cinco años acababa progresando a un estadio
más agudo, mientras que ahora se ha conseguido que "hasta el 90 por ciento de los enfermos estén asintomáticos después de 8 a 10 años".
Esto ha sido posible gracias a los inhibidores de la tirosina
quinasa, que logran tasas de respuesta del 90 por ciento y han relegado
el trasplante exclusivamente a situaciones muy concretas.
En otros tumores, como los mielomas, también se han logrado buenos
resultados combinando agentes inhibidores de proteosoma e
inmunomoduladores con los fármacos utilizados clásicamente, lo que ha
permitido incluso duplicar la supervivencia.
El pronóstico en estos y otros tumores hematológicos, según ha
explicado el jefe del Servicio del Hospital General Universitario de
Valencia, Félix Carbonell, está "directamente ligado al conocimiento genético y molecular de la enfermedad".
"Ahora conocemos mejor la fisiopatología, la historia natural de
las enfermedades. El mayor conocimiento de sus mecanismos intrínsecos y
moleculares nos permite atacar con fármacos que actúan directamente
sobre la célula enferma y respetan la sana", ha destacado este experto,
que junto a la presidenta de la SEHH han sido los coordinadores de esta
reunión de trabajo.
Esto permite avanzar en el campo de la medicina personalizada y "ajustar los tratamientos a las características individuales de cada paciente".
Además, ambos expertos han destacado que, junto a la aparición de
nuevas moléculas que aporten más eficacia, las nuevas líneas de
investigación también se están dirigiendo a buscar nuevas vías de
administración (endovenosos u orales) para que los tratamientos que ya
han demostrado su eficacia puedan generar menos molestias a los
pacientes.
"Llegan moléculas más eficaces o que atacan nuevos mecanismos.
Además, aún tenemos que saber más sobre posibles combinaciones
estudiando su dinámica e identificando las pautas más rentables", ha
explicado Carbonell.
La reunión de Madrid también ha dedicado una parte de su programa
científico a los avances en los trasplantes y en el manejo de las
complicaciones asociadas a esta intervención, que siguen siendo el "único método curativo para algunas enfermedades".
Esto hace que sea un "campo de investigación constante"
para mejorar la obtención de progenitores hemopoyéticos, y disminuir la
morbilidad relacionada con el procedimiento, ha señalado la doctora
Burgaleta.
Además, el doctor Carbonell ha destacado los avances conseguidos a
la hora de identificar qué pacientes se van a beneficiar más de esta
intervención. "En la actualidad manejamos mejor estos casos. La edad de
los candidatos ha ido aumentando gradualmente. Hace diez años, los
pacientes no superaban los 50-55 años, y ahora nos acercamos a la
frontera de 65-70 años. Esto indica lógicamente un mayor conocimiento y
un mejor control de las posibles complicaciones".
En el trasplante de médula ósea, que es preciso en algunos
pacientes con leucemia, linfoma o mieloma múltiple, se distinguen dos
grandes grupos: el alogénico, con un donante distinto al receptor, y el
autólogo con células del propio paciente.
"Los avances en la inmunomodulación están permitiendo que se pueda
aplicar a más enfermos. También el mejor conocimiento de la inmunología
y de la dinámica del trasplante hacen posible aplicar técnicas como el
minitrasplante, que se lleva a cabo reduciendo la intensidad de dosis y,
por tanto, la toxicidad", asegura el doctor Carbonell.
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