martes, 26 de febrero de 2013

La dieta mediterránea, un seguro contra el ictus

La literatura médica ya había acreditado muchas veces las bondades de la dieta mediterránea. Ahora un nuevo estudio científico apuntala esas conclusiones y demuestra que si las comidas se enriquecen con un aporte suplementario de aceite de oliva extra y frutos secos se reduce un 30% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 

El ensayo Predimed revela que la ingesta de 30 gramos al día de frutos secos, la mitad de ellos nueces, disminuye en un 49% el peligro de sufrir un ictus. Los resultados de la investigación, que aparecen publicados en la revista 'New England Journal of Medicine', certifican que una dieta alta en grasa vegetal es superior, en lo que atañe a la prevención cardiovascular, a otra baja en todo tipo de grasas
El ensayo Predimed es importante tanto por sus conclusiones como por la magnitud del estudio. Financiado por el Instituto de Salud Carlos III, de Madrid, ha contado con la participación de 17 grupos de investigación y 7.447 voluntarios. Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria en tres grupos. El primero de ellos estaba compuesto por sujetos que recibieron productos de la dieta mediterránea enriquecidos con 50 mililitros diarios de aceite de oliva virgen extra; en el segundo se añadieron 30 gramos al día de nueces, avellanas y almendras al patrón general de comidas, y en el tercero se administraba un régimen bajo en grasas.
Al cabo de cinco años, los investigadores comprobaron que el padecimiento de problemas graves, como ictus o infartos, era significativamente menor entre los que habían seguido la dieta mediterránea que entre los que se habían limitado a reducir su ingesta de grasas. A la vista de los buenos resultados, los científicos suspendieron el estudio antes de la fecha prevista para que todos se beneficiaran de la opción más saludable.

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