Los padres que limpian el chupete de sus hijos
chupándolo podrían ayudarles a reducir su propensión al asma en la edad
infantil y a padecer erupciones pruriginosas en la piel, según ha
evidenciado una investigación realizada por el Hospital Infantil Reina
Silvia de Gotemburgo (Suecia).
En concreto, este trabajo sostiene que realizar este hábito
higiénico mediante la succión del chupete facilita la transmisión de
microbios de la boca de los padres a la de los bebés, lo que "puede
ayudar a aumentar la diversidad bacteriana del sistema digestivo del
niño y mejorar su inmunidad".
No obstante, y según publica la edición 'on line' de la revista
'Pediatrics', el estudio no prueba que chupar este objeto proteja a los
menores contra enfermedades como "el asma, el eccema u otras alergias".
Pero, de cualquier forma, estas bacterias "son importantes para el
desarrollo", sostiene el miembro de la Universidad de Memphis (Estados
Unidos), que no participó en la investigación, el doctor Wilfried
Karmaus.
En este sentido, explica que el parto natural expone a los recién
nacidos a bacterias de su madre. A su juicio, este tipo de alumbramiento
"se ha relacionado con un menor número de alergias en la infancia del
niño".
Para llegar a las conclusiones obtenidas, los investigadores han
estudiado a 184 niños y a sus respectivos padres y madres durante tres
años a través de llamadas telefónicas y exámenes. De todos los menores,
el 80 por ciento tenía al menos un progenitor con alergia.
Los padres que chuparon el chupete de sus hijos durante los seis
primeros meses de vida de éstos fueron 65, los cuales también
confirmaron lavar este objeto con agua. Tras ello, a los 18 meses y tras
realizar la primera prueba de alergia, se observó que estos niños eran
un 63 por ciento menos propensos a tener eczemas que el resto de niños, y
que tuvieron un 88 por ciento menos de probabilidades de padecer asma
que el resto de niños.
A juicio del autor principal del este estudio y miembro de este
centro hospitalario sueco, el doctor Bill Hesselmar, no hay una prueba
clara de que chupar el chupete de los hijos suponga una sensibilización a
alérgenos comunes, como "la caspa de perro y de gato o los huevos y el
cacahuete". Sin embargo, la protección contra éstos también podría ser
posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario