jueves, 20 de marzo de 2014

Sufrir diabetes e hipertensión puede conducir a la pérdida de células cerebrales

MINNEAPOLIS.- Las personas que desarrollan diabetes e hipertensión arterial en la mediana edad (40 a 64 años) son más propensas a sufrir pérdida de células cerebrales y otros daños en el cerebro, así como problemas de memoria y habilidades de pensamiento, que las personas que nunca han tenido diabetes o presión arterial alta o que las desarrollan más adelante en la vida (a partir de los 65 años), según un nuevo estudio publicado en la edición digital de este miércoles de 'Neurology'.

   "Potencialmente, si podemos prevenir o controlar la diabetes y la hipertensión arterial en la edad media, se puede prevenir o retrasar el daño cerebral que ocurre décadas más tarde y lleva a problemas de memoria y pensamiento y la demencia", resalta el autor del estudio, Rosebud O. Roberts, de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota, Estados Unidos, y miembro de la Academia Americana de Neurología.
   Para el estudio, se evaluaron las habilidades de pensamiento y de memoria de 1.437 personas con una edad promedio de 80 años. Los participantes no tenían problemas cerebrales ni de memoria o presentaban alteraciones leves de la memoria y problemas de pensamiento llamados deterioro cognitivo leve. Luego se les realizaron escáneres cerebrales para buscar marcadores de daño cerebral que puedan ser precursores de la demencia.
Se revisaron los registros médicos de los participantes para determinar si habían sido diagnosticados con diabetes o presión arterial alta en la mediana edad o posteriormente. Un total de 72 personas desarrollaron diabetes en la mediana edad, 142 en la vejez y 1.192 no tenían diabetes y 449 personas padecían tensión arterial alta desde la edad media, 448 la desarrollaron en la tercera edad y 369 no la tenían.
   En comparación con las personas sin diabetes, las que desarrollaron la patología en la mediana edad presentaban un volumen cerebral total un 2,9 por ciento más pequeño en promedio. En el área del hipocampo del cerebro, el volumen fue un 4 por ciento más pequeño, además de que tenían el doble de probabilidades de padecer problemas de pensamiento y memoria.
   En relación a los individuos sin presión arterial alta, los que desarrollaron hipertensión en la mediana edad eran dos veces más propensos a tener áreas cerebrales dañadas. "Las personas que desarrollaron diabetes, incluso en la vejez, también eran más propensas a tener áreas con daño cerebral. Por el contrario, no había muchos efectos de la presión arterial alta desarrollada en la vejez", destaca Roberts.
"En general, nuestros resultados sugieren que los efectos de estas enfermedades en el cerebro tardan décadas en desarrollarse y aparecer, como el daño cerebral y síntomas que afectan a su memoria y otras habilidades de pensamiento. En particular, la diabetes tiene efectos adversos independientemente de la edad a la que se desarrolla", concluye.

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