lunes, 14 de febrero de 2011

El apoyo psicológico y nutricional mejora los resultados del balón intragástrico

Los programas de apoyo médico, psicológico y nutricional al paciente con balón intragástrico mejoran los resultados de la pérdida de peso y reducen la comorbilidad asociada a los problemas de obesidad, tanto en los pacientes en los que se recomienda el balón --los que presentan obesidad de leve a moderada--, como en las personas con obesidad mórbida, como alternativa a la cirugía bariátrica.
   Así lo demuestran los resultados de un estudio realizado por la Clínica Londres en 2010 sobre más de 600 pacientes que siguieron el 'Programa Kilow', una iniciativa multidisciplinar puesta en marcha en 2009 y que consiste en proporcionar apoyo psicológico y educación nutricional al paciente que se implanta este balón.
   Según ha explicado el doctor Eduardo Morejón, responsable de la Unidad de Obesidad de Clínica Londres, "gracias a la combinación del balón y de este seguimiento, los pacientes han logrado perder, a los dos años, unos 20 kilos".
   "En el caso de los obesos mórbidos, en quienes esta combinación de tratamientos también se ha demostrado eficaz, la pérdida de peso en dos años ha llegado a los 40 kilos", dice este experto, quien ha destacado que, "en comparación con la dieta, a los dos años hay una diferencia de pérdida de peso media de tres kilos".
   Además, según los resultados de este estudio preliminar, los pacientes del 'Programa Kilow' experimentan "una espectacular reducción o curación de comorbilidades asociadas a la obesidad". "El 88 por ciento mejora o se cura de su diabetes, el 85 por ciento mejora o cura su hipertensión y también mejoran las enfermedades respiratorias y la dislipemia o grasa en sangre", detalla.
   Para el doctor Morejón, se ha demostrado que garantizar el éxito del balón intragástrico pasa por realizar un seguimiento adecuado del paciente tras la intervención, basado en medidas médicas y psicológicas que van desde las terapias de grupo hasta las charlas nutricionales o la terapia conductual.
   "Si un paciente pierde 30 kilos pero después sigue haciendo lo que antes hacía con la comida, recuperará peso. La idea es que el paciente mejore su relación con los alimentos y que practique ejercicio. Si cumplen estos consejos, la pérdida de peso puede mantenerse hasta cinco años después del tratamiento", asevera.
   Esta educación nutricional tiene como objetivo también, dice, lograr "una pérdida de peso de buena calidad, en la que se elimine la grasa y se mantengan, incluso se mejoren, los niveles de agua y de masa muscular".
"Reduciendo la grasa, sobre todo la abdominal, se reduce la comorbilidad asociada a la obesidad", apunta.
   "Lo ideal es que un paciente pierda el 100 por cien en forma de grasa. Queremos que pierda menos peso, pero más grasa. Que, cuando estemos llegando a un punto aceptable desde la perspectiva de la salud, la composición del paciente se aproxime a la normalidad", ha explicado el doctor, precisando que el Programa Kilow consigue que, entre el 80 y el 90 de peso perdido total, sea de grasa.
   Ante estos datos, Clínica Londres ha decidido ampliar un año el seguimiento que se realiza al paciente que recibe un balón intragástrico, pasando del año y medio de seguimiento a los dos años y medio, que se suman a los seis meses en los que el paciente debe llevar implantado este dispositivo en el estómago. "Un año más de seguimiento es una oportunidad para asentar más los nuevos hábitos", indica.
   La técnica del balón intragástrico consiste en la implantación, por vía endoscópica y sin necesidad de cirugía, de un balón de silicona relleno de suero en el estómago del paciente, ocupando entre el 50 y el 60 por ciento de esta cavidad y produciendo así sensación de saciedad precoz. Este mecanismo ayuda al paciente a cumplir la dieta hipocalórica y durante mucho más tiempo.
   Está indicada para obesos de grado uno y dos, pero está dando resultados positivos en obesos mórbidos --aquellos que tienen un índice de masa corporal superior a 40-- y se presenta como alternativa a la cirugía bariátrica.
   No obstante, está contraindicado para pacientes que se han sometido a una cirugía digestiva, para enfermos crónicos, personas con una insuficiencia renal, hepática o cardíaca, con hernia de hiato o con problemas psiquiátricos mayores.

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