sábado, 28 de enero de 2012

Descubren nuevas dianas para retrasar la progresión del melanoma más agresivo

Científicos del Centro Oncológico Jonsson de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han descubierto los mecanismos moleculares por los que el melanoma avanzado y más agresivo consigue en ocasiones sobreponerse al tratamiento inicial, que pueden convertirse en nuevas dianas terapéuticas para retrasar la progresión de la enfermedad.

   Así lo ha asegurado el investigador español Antoni Ribas, profesor de Onco-Hematología que forma parte de esta investigación y ha participado en Madrid en la jornada 'Nuevo abordaje multidisciplinar del melanoma metastásico', organizada por el Grupo Español Multidisciplinar del Melanoma (GEM).
   El cáncer de piel es uno de los tumores con mejor pronóstico cuando se diagnostica de forma precoz. Sin embargo, cuando se detecta en fase avanzada la esperanza de vida es muy reducida, ya que el tumor es más agresivo y se ha extendido a otras partes del organismo. De hecho, apenas uno de cada cuatro pacientes consigue sobrevivir un año después del diagnóstico.
   Para estos casos, no se había conseguido ningún avance terapéutico en los últimos treinta años hasta la aprobación este mismo año de dos terapias específicas.
   Una de ellas, el vemurafenib con el nombre de 'Zelboraf', ya se está utilizando en Estados Unidos y está pendiente de aprobación en Europa, tras haber demostrado una alta tasa de respuesta y un aumento de la supervivencia bloqueando la mutación de la proteína BRAF V600, presente en la mitad de estos tumores en fase avanzada.
   Sin embargo, y pese a que este fármaco ha demostrado ser capaz de reducir en más de un 30 por ciento el tamaño del tumor en casi la mitad de los pacientes tratados (40%) y hacerlo desaparecer en otro 10 por ciento, sus efectos "no son muy duraderos" y, en muchos casos, "después de seis o siete meses el tumor reaparece".
   "Es como si el tumor aprendiese cómo sortear el bloqueo del BRAF", ha asegurado el doctor Ribas. Sin embargo, Ribas y su equipo han descubierto la implicación en este proceso de dos nuevas proteínas, la MEK y el N-Ras, cuya inhibición puede servir para retrasar este proceso.
   De momento no existe ninguna molécula que actúe específicamente contra el N-Ras. Sin embargo, en un estudio en fase I han combinado esta nueva terapia con inhibidores de MEK ya desarrollados para bloquear los mecanismos de escape del tumor, observando una mejora en la respuesta. "Es como golpear el tumor en dos lugares diferentes", asegura.
   Además, han comprobado que este tratamiento también puede reducir los efectos secundarios que origina el vemurafenib. Según explica Ribas, "en algunos casos se daba un efecto paradógico ya que, al tiempo que bloqueaba el tumor, se desarrollaban pequeños melanomas escamosos de poca agresividad que requerían el uso de cirugía".
   En cambio, la combinación de este fármaco con inhibidores de MEK permite a su vez "bloquear esta actividad paradógica" y, por tanto, reducir esta toxicidad.
   Los resultados son preliminares y todavía es necesario seguir indagando en los mecanismos que deben activarse o desactivarse para mejorar la eficacia de esta terapia, explica este experto, que no obstante celebra el "enorme avance" que se ha conseguido en un grupo de pacientes para los que hasta ahora no había ninguna solución.

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