Investigadores de la Universidad de Alcalá
(UAH) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)
han descubierto una posible diana terapéutica contra las enfermedades
cardiovasculares. Se trata de la proteína ILK, de la que estos
científicos han constata que juega un papel importante en el
mantenimiento de la función vascular y han visto también cuáles son
consecuencias de su carencia en modelos animales y en pacientes con
aterosclerosis carotídea.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera cause de
muerte en España, siendo responsables del 31 por ciento de las
defunciones registradas en 2009.
El objetivo de estos investigadores era avanzar en el
conocimiento de los mecanismos que mantienen el sistema cardiovascular
funcionando correctamente y descubrir tratamientos para sus
disfunciones. Para ello, los científicos han estudiado la contribución
de la proteína ILK (quinasa ligada a integrinas a la regulación del
óxido nítrico, que actúa sobre la fisiología del vaso sanguíneo.
Sus resultados, que salen publicados en 'Circulation Research',
demuestran que la ILK se produce de forma regular en la pared de las
arterias sanas, pero que está ausente en arterias afectadas por
ateroscelerosis en las que la cubierta interna de la arteria (el
endotelio) se deteriora y se engrosa la pared debido al depósito de
células grasas y residuos, formando placas que dificultan el flujo
sanguíneo.
Constatado este hecho en humanos, los responsables de esta
investigación han demostrado también en modelos animales que carecen de
ILK el papel que tiene para la normal contracción y relajación de las
arterias, desvelando a nivel molecular la cascada de interacciones que
esta proteína lleva a cabo para ejercer esta función.
Por una parte, es una diana que controla el tono vascular, al
regular la producción del vasodilatador por excelencia que es el óxido
nítrico y, por ello, es una clara diana para el tratamiento de la
hipertensión arterial.
Por otra, al desaparecer del endotelio en aterosclerosis, se
relaciona directamente con disfunción endotelial y por ello restaurar la
función endotelial a través de esta diana puede ser clave para prevenir
la formación de placa de ateroma en pacientes de riesgo.
Según una de las autoras, Marta Saura del Departamento de
Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá (Madrid), en la
actualidad su equipo estudia "el posibleuso de ILK como diana molecular
en la inhibición de la ruptura de placa de ateroma mecanismo que puede
contribuir de forma significativa a inhibir enfermedades
cardiovasculares derivadas de la inestabilidad de placa, como el infarto
de miocardio o los accidentes cerebrovasculares.
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