Investigadores de la Universidad de Murcia
han comprobado, por primera vez, que la deficiencia de la molécula
estructural celular, merosina, asociada a la distrofia muscular
congénita, se relaciona con el aumento de balsas lipídicas o 'rafts' y
en la actividad colinesterasa producto del intento de reparación del
músculo, e indican que esto puede contribuir a la patología.
Así se desprende de este estudio elaborado por María Teresa Moral
Naranjo, María Fernanda Montenegro, Encarnación Muñoz Delgado, Francisco
Javier Campoy y Cecilio J. Vidal, publicado en la revista 'Biochimica
et Biophysica Acta. Molecular Basis of Disease'.
Cabe mencionar que casi la mitad de los pacientes con distrofia
muscular congénita, que es una variante de esta enfermedad, tienen
déficit de merosina, molécula cuya ausencia se traduce en una falta de
laminina, lo que provoca debilidad de la membrana del músculo y, en
definitiva, por acción del paso indiscriminado del calcio, crea una
desorganización de las miofibrillas, reduce la producción de energía y
ocasiona debilidad extrema, que acaba en parálisis.
Las balsas de lípidos se encuentran en la membrana plasmática de
las células formadas por esfingolípidos, colesterol y proteínas, y
actúan en el proceso motor recibiendo e interactuando con las señales
que llegan a la neurona, según fuentes del departamento de Promoción de
la Investigación de la UMU (Prinum), dependientes del Vicerrectorado de
Investigación.
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