El aumento de la ingesta dietética de sal
puede inducir a un grupo de agresivas células inmunes que están
implicadas en la activación y el mantenimiento de enfermedades
autoinmunes, según las conclusiones de un estudio internacional
publicado este miércoles en 'Nature'.
En las últimas décadas, los científicos han observado un aumento
constante en la incidencia de las enfermedades autoinmunes en el mundo
occidental y, dado que este aumento no puede explicarse únicamente por
factores genéticos, los investigadores barajan la hipótesis de que el
fuerte aumento de estas enfermedades está vinculado a factores
ambientales.
Entre los presuntos culpables están los cambios en los hábitos de
vida y dietéticos en los países desarrollados, donde los alimentos
altamente procesados y la comida rápida están a menudo en el menú
diario, alimentos que tienden a tener un contenido mucho mayor de sal
que las comidas caseras. Este estudio es el primero en indicar que la
ingesta de sal en exceso puede ser uno de los factores externos que
impulsan el aumento de la incidencia de enfermedades autoinmunes.
Hace pocos años, el profesor y coautor de este estudio, Jens
Titze, de las universidades Vanderbilt, 'Friedrich-Alexander-Universität
Erlangen-Nürnberg' y 'Erlangen-Nuremberg', todas en Alemania, mostró
que el exceso de sal alimentaria (cloruro de sodio) se acumula en el
tejido y puede afectar a los macrófagos (un tipo de células emigrantes)
del sistema inmune.
Independientemente de este estudio, los investigadores Markus
Kleinewietfeld y David Hafler, de las universidades de Yale, New Haven,
Harvard y el 'Broad Institute' del Intituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT), todos en Estados Unidos, observaron cambios en las células CD4
positivas o células T helper (Th) en seres humanos, que se asociaron con
determinados hábitos alimenticios. Las células T auxiliares son
alertadas del peligro inminente por las citoquinas de otras células del
sistema inmune y activan y "ayudan" a otras células efectoras para
combatir agentes patógenos peligrosos y eliminar infecciones.
Un subgrupo específico de células T auxiliares producen la citoquina
interleuquina 17 (Th17) y las células Th17, aparte de luchar contra las
infecciones, desempeñan un papel fundamental en la patogénesis de
enfermedades autoinmunes. Sin embargo, la sal aumenta dramáticamente la
inducción de células Th17 inmunes agresivas.
En experimentos de cultivo celular, los investigadores mostraron
que el aumento de cloruro de sodio puede conducir a una inducción
drástica de las células Th17 en un entorno específico de citoquinas. "En
presencia de concentraciones elevadas de sal, este aumento puede ser
diez veces mayor que en condiciones normales", explican Markus
Kleinewietfeld y Dominik Müller, del Centro de Investigación
Experimental y Clínica (ECRC), una cooperación del Centro Max Delbrück
de Medicina Molecular, en Berlín, y la 'Charité- Universitätsmedizin',
también en Berlín.
Bajo las nuevas condiciones de alta salinidad, las células se
someten a más cambios en su perfil de citoquinas, resultando en células
Th17 particularmente agresivas. En ratones, el aumento de la ingesta de
sal en la dieta provocó una forma más severa de la encefalomielitis
autoinmune experimental, un modelo para la esclerosis múltiple, una
enfermedad autoinmune del sistema nervioso central en la que propio
sistema inmune destruye las vainas de mielina aislante alrededor de los
axones de las neuronas y por lo tanto evita la transducción de señales.
Curiosamente, según los investigadores, el número de células
proinflamatorias Th17 en el sistema nervioso de los ratones aumentó
dramáticamente bajo una dieta alta en sal, por lo que estos expertos
demostraron que la dieta alta en sal aceleró el desarrollo de los
linfocitos T en las células Th17 patogénicas. Además, realizaron un
examen más detallado de estos efectos en los experimentos de cultivo
celular y demostraron que la inducción de aumento de agresivas células
Th17 está regulada por la sal en el nivel molecular.
"Estos resultados son una contribución importante a la comprensión de
la esclerosis múltiple y pueden ofrecer nuevos objetivos para un mejor
tratamiento de la enfermedad, para la que en la actualidad no existe una
cura conocida", dijo otro de los autores, el doctor Ralf, jefe de la
Sección de Neuroinmunología y asistente médico en el Departamento de
Neurología del Hospital Universitario de Erlangen (Alemania).
Además de la esclerosis múltiple, estos científicos quieren
estudiar la psoriasis, otra enfermedad autoinmune con fuertes
componentes de Th17. La piel, como detectó recientemente Jens Titze,
también juega un papel clave en el almacenamiento de la sal y afecta al
sistema inmune. "Sería interesante averiguar si los pacientes con
psoriasis pueden aliviar sus síntomas al reducir su consumo de sal",
señalan los investigadores.
Sin embargo, como reconoce el inmunólog Markus Kleinewietfeld, el
desarrollo de enfermedades autoinmunes es un proceso "muy complejo" que
depende de muchos factores genéticos y ambientales. "Por lo tanto, sólo
los estudios en condiciones menos extremas pueden mostrar hasta qué
punto el aumento del consumo de sal en realidad contribuye al desarrollo
de enfermedades autoinmunes", concluye este experto.
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