Altos niveles de tungsteno en el cuerpo
podrían duplicar el riesgo de sufrir un derrame cerebral, según un
estudio publicado en la revista de acceso abierto 'Plos One'. El
trabajo, en el que se usaron datos de un gran análisis de salud en
Estados Unidos, demuestra que altas concentraciones de tungsteno, medido
en muestras de orina, están fuertemente vinculadas con un aumento en la
incidencia de accidente cerebrovascular, aproximadamente igual a una
duplicación de las probabilidades de sufrir la enfermedad.
Llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Exeter, en
Devon, Reino Unido, la investigación representa el análisis más completo
hasta la fecha sobre los potenciales efectos del metal sobre la salud.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los
accidentes cerebrovasculares son actualmente la segunda causa de muerte
en el mundo occidental, tras la enfermedad cardiaca, y también es la
principal causa de discapacidad en adultos, provocando, a menudo,
pérdida del control motor, incontinencia urinaria, depresión y pérdida
de memoria.
El estudio utilizó datos de la base nacional de salud de Estados
Unidos y la Encuesta de Nutrición (NHANES), analizando información de
8.614 participantes de entre 18 y 74 años durante un periodo de 12 años.
Los autores encontraron que niveles más altos de tungsteno están
asociados con un aumento en la prevalencia de accidente cerebrovascular,
independiente de los factores de riesgo típicos, de forma que el
tungsteno puede ser un importante factor de riesgo para el accidente
cerebrovascular en personas menores de 50 años.
Aunque se cree que la exposición actual de las personas al
tungsteno es muy baja, en los últimos años se ha producido un aumento
significativo de la demanda y la oferta de este metal, que se utiliza
comúnmente en productos de consumo tales como teléfonos móviles y
ordenadores, así como una serie de actividades industriales y productos
militares.
Durante su producción, pequeñas cantidades de metal se pueden
depositar en el medio ambiente, situándose con el tiempo en los sistemas
de agua y en la tierra agrícola. Con consecuencias para la salud en
gran medida desconocidas, tungsteno ha sido identificado recientemente
como tóxico.
La autora principal del estudio, Jessica Tyrrell, del Centro
Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Exeter, dijo: "Si bien la exposición
humana al tungsteno actualmente es muy baja, va a aumentar. Todavía no
estamos seguros de por qué algunos miembros de la población tienen
niveles más altos de metales".
Otro de los autores del estudio, el doctor Nicholas Osborne ,
añadió que la relación que vio el equipo entre el tungsteno y el
accidente cerebrovascular puede ser sólo la punta del iceberg. "Como
muchas sustancias nuevas se abren camino en el medio ambiente, estamos
acumulando un complejo cóctel químico en nuestros cuerpos", alertó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario