martes, 22 de febrero de 2011

Los análisis de sangre y saliva pueden detectar el agotamiento antes de que ocurra

Los análisis de sangre y el nivel de una hormona presente en la saliva podría revelar si una persona está a punto del agotamiento, según se desprende de una investigación realizada por Centro de Estudios sobre el Estrés Humano Louis-H del Hospital Lafontaine y de la Universidad de Montreal (Canadá).
   Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el agotamiento, la depresión clínica o la ansiedad laboral afecta a cerca del 10 por ciento de los norteamericanos y de los europeos. "Además del sufrimiento personal y profesional, el agotamiento pone a los trabajadores en dificultades y genera un mayor riesgo de padecer problemas físicos y psicológicos si se ignoran", destaca el informe.
   "Tenemos la hipótesis de que los trabajadores sanos, con estrés crónico y con síntomas leves de agotamiento padecen desregulaciones fisiológicas y presentan una reducción de los niveles de cortisol, es decir un perfil similar al del desgaste", explica uno de los autores del informe, Robert-Paul Juster.
   Según explica, el cortisol es una hormona del estrés, que participa en la respuesta al estrés de los órganos y que influye en el ritmo cotidiano del cuerpo. "Los niveles de cortisol suelen ser altos en personas que sufren de depresión y bajos en los casos de agotamiento", señala el experto.
   El estrés crónico y desequilibrio en los niveles de cortisol puede ejercer una especie de efecto dominó en la conexión de los sistemas biológicos. En este sentido, el término 'carga alostática' representa los problemas fisiológicos o problemas de 'desgaste' que se derivan del agotamiento y que pueden estar relacionados con la aparición de diabetes y enfermedad cardiovascular.
   Los resultados de este primer estudio piloto obtuvieron pruebas de 30 participantes de mediana edad. Además de someterse a las medidas rutinarias de sangre que evalúa la carga alostática, los participantes se encargaron de recoger muestras de saliva en su hogar y en el laboratorio. También completaron cuestionarios relacionados con sus niveles de estrés actual, así como los síntomas de la depresión y el agotamiento.
   Esta investigación parte de un esfuerzo para desarrollar la medicina personalizada en este campo, que consiga dar tratamientos que se adecuen a las necesidades de cada individuo. "El problema del agotamiento es que, hasta el momento, no teníamos criterios de diagnóstico y no sabíamos establecer la diferencia en los límites en que solapa con los síntomas de depresión, por ello es esencial utilizar múltiples métodos de análisis", señala el experto.
   No obstante, los investigadores explican que, en el futuro, necesitarán nuevos estudios para determinar si este perfil de cortisol bajo y de desregulaciones fisiológicas es una clara manifestación del agotamiento. "Si es así, la ciencia habrá dado un paso más para prevenir los episodios de agotamiento antes de que se produzcan", concluyen.

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