lunes, 21 de febrero de 2011

Una técnica reduce la recuperación de las lesiones osteoarticulares gracias a la sangre del propio paciente

Médicos del Centro de Medicina Avanzada (CMA) de la Clínica Virgen del Mar, en Madrid, están utilizando una innovadora técnica de reparación tisular que permite reducir a la mitad la recuperación de las lesiones osteoarticulares a través de la sangre del propio paciente.
   Para ello, utilizan plasma rico en factores de crecimiento, un tipo de proteína presente en las plaquetas que actúan como mediadores celulares estimulando la reparación celular.
   Según reconoce el doctor Vicente Díez, director médico del centro, esta técnica es "más demandada por deportistas de alto nivel", como el tenista Rafa Nadal, si bien "todos los ciudadanos pueden beneficiarse de ella" ya que permite tratar numerosas patologías, como artrosis, fracturas, roturas de tendones, úlceras o pie diabético.
   En concreto, la técnica consiste en extraer primeramente sangre del propio paciente, generalmente entre 20 y 80 mililitros, junto con un anticoagulante en proporción a la cantidad de plasma rico en factores de crecimiento que sea necesario.
   Posteriormente, la sangre se trasvasa a un sistema cerrado estéril para procesarla y obtener el plasma, que se realiza mediante un sistema centrifugado con unas características concretas de aceleración, velocidad y deceleración, que impide que el plasma rico en plaquetas se mezcle con los glóbulos rojos o blancos.
   Tras esta separación, que siempre se realiza en un sistema cerrado y estéril, se activa el plasma para lograr la degranulación de los gránulos alfa y, a partir de los mismos, obtener el plasma rico en factores de crecimiento que posteriormente se inyecta en la zona afectada.
   "El procedimiento no es muy largo", asegura el doctor Díez, que reconoce que dependiendo del proceso que se vaya a tratar "se pueden necesitar más o menos sesiones".
   De este modo, en caso de fracturas óseas o tendinitis se consigue la curación mientras que cuando se actúa contra el cartílago, el tejido nervioso o una patología degenerativa, "pese a que no se puede reparar totalmente, se frena la progresión y mejora la calidad de vida".
   Este tratamiento no es en ningún momento tóxico, ni produce alergias ni genera rechazo, y la única contraindicación se registra en pacientes con tumores o infecciones activas, ya que "los factores de crecimiento estimulan la proliferación celular y, en estos casos, el avance de la enfermedad puede acelerarse".
   Por el momento, el CMA es el único centro de Madrid especializado en la aplicación de esta terapia, que en el resto de España tan sólo se utiliza en algunos centros de Cataluña y País Vasco. Su coste medio oscila entre los 1.500 y 3.000 euros.

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