martes, 24 de julio de 2012

Los niveles bajos de glucemia son igual de peligros que la hiperglucemia

Los niveles bajos de glucemia son igual de peligrosos que la hiperglucemia, advierte el profesor Antonio Ceriello, del Instituto de Investigaciones Médicas August Pi i Sunyer de Barcelona (IDIBAPS), quien ha participado en el seminario 'Hot Challenges in Diabetes', impulsado por la Alianza Boehringer Lilly, celebrado en Barcelona.

Este experto ha apuntado a la hipoglucemia como factor independiente de riesgo cardiovascular. En sus palabras, se trata de una tendencia de investigación novedosa que relaciona las disminuciones de la glucemia con una mayor probabilidad de sufrir ateroesclerosis. "En mi época de estudiante me enseñaron los efectos negativos de la hiperglucemia, pero ahora sé que los niveles bajos de glucosa también son peligrosos", ha precisado Ceriello.
En este sentido, el doctor Francisco Javier Ampudia-Blasco, endocrinólogo y médico adjunto del Hospital Clínico Universitario de Valencia, ha señalado que, "en un corazón vulnerable, como puede ser el de un paciente con diabetes de tipo 2, una hipoglucemia puede ser realmente peligrosa. Si a esto le añadimos que algunas hipoglucemias son silentes, es decir, el paciente no reconoce los síntomas, nos encontramos ante una situación de enorme riesgo", ha argumentado.
En este punto, Ceriello también ha relacionado la hipoglucemia con el 'síndrome de muerte en la cama' que suele darse en adultos jóvenes con diabetes tipo 1, y ha advertido que es importante prestar atención a la manera cómo el paciente se recupera de las disminuciones de glucosa. "Si se pasa de una hipoglucemia a una hiperglucemia, el daño cardiovascular que se produce es más grave que si va seguida de una normoglucemia", ha señalado.
Por otro lado, durante el encuentro, se ha reconocido el efecto de la terapia con incretinas sobre la función del corazón y de los vasos sanguíneos. "Existen cada vez datos más numerosos que apoyan que este tipo de terapias pueden tener un rol importante en la disminución de la función endotelial. Se ha visto, además, cómo mejoran la contractilidad y la perfusión de los vasos sanguíneos a nivel cardíaco", ha señalado Ampudia-Blasco.

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