Los descendientes de los famosos amotinados en el barco
británico Bounty, que ahora viven en una aislada isla del Pacífico,
están entre las personas con menor tasa de miopía del mundo y podrían
tener la clave para desbloquear el código genético de la enfermedad,
según un nuevo estudio.
Un estudio realizado a los habitantes de la isla
australiana de Norfolk, a 1.600 kilómetros al noreste de Sydney, mostró
que la tasa de miopía - o dificultad para ver objetos lejanos -, entre
los descendientes del Bounty era la mitad que entre la población general
del país.
Fletcher Christian lideró un motín en el barco de la
marina real británica Bounty contra su capitán, William Bligh, en el
Pacífico Sur en 1789. Los rebeldes fueron recluidos en Tahití, de donde
huyeron más tarde con sus mujeres tahitianas hacia la remota isla de
Pitcairn para escapar del arresto.
Unos 60 años después de su llegada a Pitcairn, casi 200
descendientes de los amotinados fueron reubicados en la isla de Norfolk
para evitar la hambruna.
"Encontramos que la tasa de miopía en el grupo de
Pitcairn es aproximadamente la mitad de la de la población australiana y
como resultado podría situarse entre las tasas más bajas del mundo",
dijo David Mackey, director gerente del Instituto Lions Eye, de
Australia, que lideró los estudios.
Mackey dijo que podría haber diferencias genéticas en
la población de la isla de Norfolk que llevarían a avances en las causas
de la miopía, añadiendo que ya se puso de manifiesto que pasar
demasiado poco tiempo al aire libre aumentaba el riesgo de padecerla.
"En las grandes ciudades del este de Asia, como
Singapur, Taiwán, Hong Kong, y ciudades montañosas de China, la miopía
se ha convertido en algo muy común y creemos que ahí hay factores
ambientales que han cambiado", explicó.
La miopía afecta a uno de cada seis australianos y a
más de una de cada cuatro personas en Estados Unidos. Un cuarto de la
población mundial, 1.600 millones de personas, sufren esta enfermedad.
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