WASHINGTON.- El
científico estadounidense Gregg L. Semenza, uno de los tres
galardonados con el Premio Nobel de Medicina, subrayó este lunes la
importancia del oxígeno en el desarrollo de las enfermedades, en alusión
al trabajo por el que han sido premiados, que revela un proceso de
adaptación esencial de la vida, la relación de las células con este
elemento.
"El
oxígeno es vital en muchas enfermedades humanas. Por ejemplo, las
células de cáncer se dividen muy rápido y consumen mucho oxígeno",
afirmó Semenza en una rueda de prensa en la Escuela de Medicina de la
Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland, EE.UU.)
"Cuando
la hipoxia (una condición en la que no se oxigenan bien los tejidos)
ocurre, las células cancerosas activan genes que les permiten invadir
otras células, es la metástasis -agregó-. Los compuestos que se usan en
la quimioterapia matan las células cancerosas normales, pero las que
tienen hipoxia sobreviven y el cáncer retorna", dice.
Semenza
junto a los dos otros galardonados, el científico británico Peter J.
Ratcliffe, de la Universidad de Oxford, y el estadounidense William G.
Kaelin, de Harvard, identificaron el mecanismo molecular que regula la
actividad de genes en respuesta a los cambios en los niveles de oxígeno.
Durante
la rueda de prensa, Semenza explicó cómo se enteró de que había
recibido el prestigioso premio: "Tengo un sueño pesado y cuando llegó la
primera llamada tardé en llegar al teléfono", relató Semenza, de 63
años, en el auditorio de la Universidad.
"Por
suerte me llamaron otra vez -añadió-. He estado despierto desde las
4.00 de la mañana y confieso que también he tomado un poco de champán.
Tengo cientos de correos electrónicos por responder".
Dirigiéndose
a los estudiantes que colmaron el auditorio, Semenza destacó que "la
investigación es una carrera fantástica": "Yo en un tiempo estuve donde
ustedes están. Y algunos de ustedes estarán algún día donde estoy yo".
"Aparte
de la redacción de solicitudes de fondos, la investigación científica
es una carrera fantástica. Disfrutamos cada momento. Ustedes persigan
las ideas, aún las ideas alocadas. Hay amigos en todo el mundo que
comparten esta pasión", indicó.
Los
hallazgos de los laboratorios de Semenza, Kaelin y Ratcliffe, que
trabajaron de forma independiente compartiendo información, han revelado
procesos fisiológicos fundamentales, desde la generación de nuevos
vasos sanguíneos y la producción de glóbulos rojos al desarrollo fetal o
la adaptación de los músculos durante el ejercicio físico.
Semenza
empezó a estudiar el gen de la Eritropoyetina (EPO), una hormona cuyos
niveles suben cuando hay déficit de oxígeno, y cómo se regula ante
diferentes concentraciones de este elemento, usando ratones modificados
genéticamente; y lo mismo hizo Ratcliffe en otras situaciones.
Ambos
investigadores concluyeron que los mecanismos de detección de oxígeno
estaban presente en todos los tejidos, no solo en las células del hígado
donde normalmente se produce la EPO.
Semenza
descubrió en células de hígado cultivadas un complejo proteico, el
factor inducido por hipoxia (HIF), e identificó los genes que lo
codifican, denominados HIF-1 y ARNT.
Al
mismo tiempo que Semenza y Ratcliffe realizaban sus estudios, Kaelin
investigaba una enfermedad hereditaria, el síndrome de Von Hippel-Lindau
(VHL), que consiste en la aparición de tumores múltiples en distintos
órganos a lo largo de la vida de una persona.
Kaelin
demostró que los genes del VHL codifican una proteína que previene la
aparición del cáncer y cómo células cancerígenas que carecen de genes
VHL funcionales muestran niveles muy altos de genes regulados por
hipoxia, mientras que cuando se reintroduce el gen VHL, los niveles
normales se restauran.
Semenza,
quien compartirá con Kaelin y Ratliffe el premio de 912.000 dólares,
dijo que espera que el galardón no cambie mucho su vida.
"Estoy muy contento con mi vida tal como es ahora", añadió.
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