martes, 8 de febrero de 2011

Facebook y los trastornos alimentarios

 Los usuarios de Facebook son más propensos a sufrir trastornos alimentarios, como la anorexia, la bulimia o las dietas exageradas, según un estudio de la Universidad de Haifa (Israel), que señala que, cuanto más tiempo pasen las adolescentes en Internet, más posibilidades tienen de desarrollar una imagen negativa de su cuerpo.
   Este trabajo, liderado por los profesores Yael Latzer, Ruth Katz y Zohar Spivak, de la Facultad de Bienestar Social y Ciencias de la Salud de la Universidad de Haifa, quería examinar los efectos de dos factores en el desarrollo de los desórdenes alimentarios en adolescentes: la exposición a los medios de comunicación y la autoafirmación.
   Para ello, reclutaron a 248 chicas con edades comprendidas entre los 12 y los 19 años --una media de edad 14,8 años--, a las que se les preguntó sobre sus hábitos a la hora de ver la televisión y utilizar Internet. Después, se les interrogó sobre espectáculos relacionados con los estándares extremos de imagen física (basados en el modelo 'Barbie').
   Además, rellenaron un cuestionario sobre su relación con el adelgazamiento, los trastornos alimentarios, el nivel de satisfacción con su físico, su visión general sobre la comida y su grado de autoafirmación.
   Los resultados demostraron que, cuanto más tiempo pasaban las chichas en Facebook, más sufrían problemas como la bulimia, la anorexia, la insatisfacción con su físico, una autoimagen negativa y una aproximación errónea a la comida.
   Una gran exposición 'on line' a programas musicales y de moda mostraron efectos similares, pero las adolescentes que los seguían tenían menos trastornos de la alimentación. Sin embargo, cuanto más veían contenidos sobre moda en Internet, más posibilidades tenía la chica de desarrollar un problema de anorexia.
   Un vínculo directo similar se encontró entre ver programas de televisión relacionados con los cotilleos y el lujo y los problemas de alimentación. Además, el estudio revela que el nivel de autoafirmación en estas chicas estaba relacionado, de forma negativa, con trastornos de la alimentación, de modo que, a mayor autoafirmación, más autoestima y menos posibilidades de tener estos trastornos.
   La exposición a estos medios y sus consecuencias en la autoafirmación estaban asociados con la actitud de los padres de estas adolescentes: las chicas cuyos padres controlaban su uso de Internet --que sabían lo que estaban viendo, qué páginas usaban y hablaban de ello con las menores-- mostraron más capacidad de autoafirmación, una especie de 'escudo' que les protege de los desórdenes de la alimentación.

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