domingo, 26 de junio de 2011

Desarrollan un nuevo dispositivo que ayuda a invidentes a moverse con autonomía

Un equipo de ingenieros del Centro de Investigación en Tecnologías Gráficas (CITG) de la Universitat Politècnica de València (UPV), coordinado por Guillermo Peris Fajarnés, ha desarrollado un nuevo dispositivo que ayuda a las personas invidentes a moverse con autonomía. Denominado EYE 21, el sistema ha sido galardonado con el Premio Vodafone a la Innovación en Telecomunicaciones, dotado con 20.000 euros, según ha informado la institución académica en un comunicado.

   EYE 21 es una herramienta electrónica que permite a las personas ciegas moverse por cualquier entorno con autonomía. De esta forma, un invidente, gracias a unas gafas de sol con dos microcámaras y unos auriculares, es capaz de percibir una imagen acústica del espacio hacia el que apunta con su nueva mirada. Su desarrollo es una continuación del proyecto europeo Casblip.
   En su primera versión, el sistema hace un reconocimiento de formas y las sustituye por sonidos posicionados sobre la superficie de estas formas reconocidas. Las dos microcámaras analizan el espacio, crean un modelo tridimensional y hacen que suenen puntos de sonido que provienen de la superficie que se está analizando. De esta manera, la persona invidente "oye el espacio" y su cerebro reconstruye la forma a partir de los sonidos espacializados.
   "Todos tenemos una capacidad natural para hablar al mismo tiempo que somos capaces de detectar la posición de una moneda al caer. Esa capacidad para representar el espacio con sonidos sin alterar otras actividades del cerebro es la base del funcionamiento del sistema. La combinación del uso de tecnología de reconocimiento de objetos junto con la representación sonora del espacio permite a la persona ciega recrear esos sonidos y percibirlos con su forma original", ha explicado Guillermo Peris.
   Para el investigador del CITG de la Politècnica de Valencia, con este sistema el usuario va a disponer de un nuevo sentido de percepción del espacio 3D, diferente al de la vista, "y del que todavía no conocemos sus limitaciones, pero sí muchas de sus posibilidades". Por el momento existen cuatro prototipos y se pretende poner diez en funcionamiento en las próximas semanas.
   "Este avance, fruto de varios años y proyectos de investigación, supone una ayuda más para facilitar a las personas invidentes su integración, mejorando su calidad de vida", ha añadido Peris.

Un gen común entre delgados aumenta el riesgo de dolencias comunes entre obesos

Un trabajo desarrollado por un grupo investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) ha descubierto que el gen IRS1, asociado a una menor cantidad de grasa corporal, incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2, enfermedades más comunes entre las personas obesas.

    La investigación dirigida por el jefe de la Sección de Diabetes del Hospital Josep Trueta de Girona, el doctor José Manuel Fernández-Real, que será publicado en el número de julio de 'Nature Genetics', es un estudio multicéntrico en el que han participado 72 instituciones de 10 países. El consorcio de investigación utilizó datos de 26 estudios genéticos diferentes.
   Al profundizar más en el análisis, encontraron que ese gen también inducía a tener concentraciones elevadas de colesterol y glucosa sanguíneos, los cuales son marcadores clave en las enfermedades metabólicas.
   Según los investigadores, a diferencia de la mayoría de los genes que se han hallado asociados a diabetes tipo 2, el llamado receptor de la insulina sustrato uno o IRS1, no afecta a cómo se crea la insulina en el páncreas, sino más bien a cómo responden los tejidos a ésta.
   El jefe de la Sección de Diabetes del Hospital, el doctor Josep Trueta, explica que "la mayoría de los genes que se han identificado como de riesgo de diabetes tipo 2 hasta la fecha lo que hacen es reducir la función del páncreas, específicamente de las células beta del páncreas que producen la insulina. El IRS1 tiene que ver con la función de los otros tejidos del cuerpo".
   "En lugar de reducir la producción de esta sustancia, reduciría el efecto de la misma en los músculos, el hígado y la grasa, un proceso que se llama resistencia a la insulina", añade.
   La explicación viene dada por la inadecuada distribución de la grasa corporal en personas portadoras de una variante de este gen, que presentan menos grasa subcutánea. Asimismo, el hallazgo es más evidente en hombres que en mujeres, siendo los primeros los que, fisiológicamente, almacenan menos grasa bajo la piel, afectándoles más la variante genética que disminuye este depósito graso.
   Según explica Fernández-Real, en el abdomen se concentran las células grasas (adipocitos) denominadas viscerales. Éstas potencian la lipólisis, "un proceso por el que la grasa se desintegra en una serie de componentes perjudiciales", señala.
    "La obesidad visceral promueve la liberación de ácidos grasos libres que llegan al hígado y contribuyen a generar resistencia a la insulina, lo que favorece la diabetes, las alteraciones en los lípidos y la hipertensión arterial", añade.
   Esos elementos destructores también llegan a otras partes del organismo, como el páncreas, los músculos o el corazón, que se infiltran de grasa. Por otra parte, cada vez existen más pruebas de que los adipocitos de la grasa visceral producen sustancias proinflamatorias que conducen a la aparición de problemas vasculares. La cardiopatía isquémica es sólo una de las múltiples posibles consecuencias.
   En cambio, los adipocitos de la región gluteofemoral o "cartucheras" generan más cantidades de leptina y adiponectina, que son dos sustancias que sirven, según Fernández-Real, "para comunicarse con el entorno y con el organismo en general". Poseen propiedades muy beneficiosas porque "propician la sensibilidad a la insulina y la vasodilatación", declara el especialista.
   "Se tiende a ver la grasa como algo malo y no somos conscientes de su relevancia", señala el endocrino. Su desaparición conlleva importantes alteraciones. Lo cierto es que resulta "tan importante su cantidad como su calidad", refiriéndose esta última a la distribución.

Un parásito que ataca el hígado afecta a 400 personas en España

Bacterias, virus y parásitos, en ocasiones logran infiltrarse en la cadena alimentaria. Entre ellos, se encuentra la fasciola, un parásito que se instala en el hígado y puede acabar ocasionando cirrosis, piedras, anemia y otros problemas hepáticos. 

El organismo, un gran problema en las zonas más pobres del planeta, como Bolivia -un 72% de la población padece fasciolasis, o Perú, con un 37% de los niños afectados- era prácticamente un desconocido en los países desarrollados. Hasta ahora. En Europa, su presencia está creciendo a causa del cambio climático y solo en España se han diagnosticado ya 400 casos, la mayoría en zonas húmedas, según datos del nuevo y único centro de la OMS dedicado a esta enfermedad, ubicado en Valencia.

La forma en que el parásito entra en la cadena alimentaria es compleja. Primero se instala en el aparato digestivo de la vaca y pone sus huevos. De hecho, la fasciolasis causa pérdidas importantes en el ganado ovino y bovino, aunque el hecho de que haya animales afectados no implica que haya un aumento de la enfermedad en humanos. Cuando los excrementos de estos bovinos van a parar al agua, los huevos eclosionan y las larvas buscan otro huésped, el caracol de agua dulce, de donde acaban saliendo al agua para alcanzar algún vegetal acuático al que adherirse. Si se ingiere alguno de estos vegetales el parásito se instala en el hígado.
Aunque siempre se ha tratado como un problema que afecta al ganado, en los últimos 15 años se ha empezado a reconocer como problema para la salud mundial. Según la OMS, en 1990 había 2.500 casos en todo el mundo, mientras que actualmente hay unos 17 millones de personas afectadas. Se estima que más de 180 millones de personas (sobre todo niños y mujeres) viven en situación de alto riesgo de contraerla. La OMS ha decidido incluirla como prioritaria dentro de su Programa de Lucha y Control de las enfermedades tropicales olvidadas por tratarse de una de las llamadas enfermedades subdesarrollantes o depauperantes, ya que impide el desarrollo normal de los niños afectados.
La mayoría de veces no se diagnostica la presencia del parásito y acaba ocasionando enfermedades. Santiago Mas-Coma, investigador de la Universidad de Valencia y director del nuevo centro explica que, cuando entra en el cuerpo, durante un par de semanas se produce un dolor muy intenso. Se va introduciendo en la cavidad abdominal para migrar hasta el hígado. "Intervenir en este momento sería crucial", apunta. Cuando el dolor desaparece, el episodio cae en el olvido pero el parásito ya se ha instalado para ir degradando el hígado. "Es una enfermedad larga, que va socavando la salud poco a poco, porque el parásito permanece alojado durante unos 13 años", explica Mas-Coma. La paradoja está en que, a diferencia de otras enfermedades infecciosas, tiene tratamiento eficaz. "En los países no desarrollados no hay acceso a los tratamientos. Aquí, en España, donde los casos son pocos, el problema es que no se piensa en realizar las analíticas para detectarlo", explica Mas-Coma. Aquí, la principal vía de transmisión es el consumo de vegetales acuáticos silvestres y que no pasan por los controles sanitarios adecuados.
"El primer consejo es no comer berros silvestres ni en sueños", aconseja Mas-Coma. En Europa, los países donde se dan más casos son Francia, Portugal, España. Por encima de todos ellos, la antigua Unión Soviética, por ser muy común la venta ambulante de berros silvestres.
En España, los casos diagnosticados se localizan en comunidades del norte como Asturias, el País Vasco y Galicia, que es donde el caracol vector encuentra con más facilidad el medio para proliferar y la población consume mas berro silvestre. Mas-Coma explica que aunque desde hace años, la fasciolasis ha escaseado en Occidente, sí se encuentra en la mayoría de excavaciones arqueológicas. Allí está presente en los coprolitos, los excrementos fósiles de nuestros antepasados.
El aumento en la incidencia de esta zoonosis está relacionado con el cambio climático porque "sus vectores, los caracoles, son muy susceptibles a los cambios de temperatura, solo con subir un grado ya alojan más larvas", explica Mas-Coma en 'El País'.

En un hospital madrileño se realiza una reducción de estómago en un menor

La Unidad de Obesidad Infantil del Hospital Universitario La Paz ha realizado con éxito la primera intervención quirúrgica de reducción de estómago a un menor mediante la técnica de gastrectomía en manga, ha informado la Comunidad de Madrid en un comunicado.

   Esto convierte a la Comunidad de Madrid en una región pionera al disponer de la primera Unidad de Obesidad Infantil verdaderamente multidisciplinar que incluye procedimientos quirúrgicos.
   La intervención fue realizada el pasado 8 de junio a una niña de 15 años con un Índice de Masa Corporal (IMC) de 45 (+7 desviaciones estándar) y 120 kilos de peso cuando debería pesar, según su edad y estatura, alrededor de 41 kilos.
   La gastrectomía en manga es una cirugía laparoscópica -por lo que no lleva aparejadas grandes incisiones-, en la que se extirpan las tres cuartas partes del estómago, quedando convertido en un tubo.
   El nuevo estómago supone una reducción en la cantidad de ingesta y además con la operación se elimina una gran cantidad de células productoras de grelina, una hormona que es la que causa la sensación de hambre. Se trata de un procedimiento muy eficaz y se puede conseguir una gran reducción de peso de forma gradual.
   En la Unidad de Obesidad de La Paz se han realizado hasta el momento 14 intervenciones, 7 de ellas con balón intragástrico, 6 con bandas gástricas y esta última de reducción de estómago que se realiza sólo en los casos en los que las demás opciones no han dado los resultados esperados.
   El balón intragástrico es temporal y la intervención consiste en introducir en el estómago por vía endoscópica un globo de silicona que después se llena con suero fisiológico hasta alcanzar el volumen suficiente para que produzca un estado de saciedad permanente.
   Las operaciones con banda gástrica ajustable, sirven para restringir y disminuir la ingesta de alimento mediante la colocación de una banda de silicona alrededor del estómago cerca de su extremo superior, creando una pequeña bolsa y un conducto estrecho dentro de la porción remanente más grande del estómago.
   Este pequeño conducto retarda el vaciado de los alimentos desde la bolsa y produce una sensación de saciedad. Actualmente, la Unidad tiene a 40 niños con obesidad mórbida en estudio y tratamiento nutricional y endocrino.
   Esta unidad, coordinada por la doctora Lama, jefa de Nutrición Infantil, y Pedro Olivares cirujano pediátrico, es multidisciplinar ya que está formada por profesionales de los servicios de Endocrinología y Nutrición, Cirugía pediátrica, Psiquiatría y Psicología Infantil, Cardiología infantil y Hepatología, aunque según los casos pueden intervenir otros servicios del hospital.
   La obesidad infantil se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud pública con una prevalencia del 15,6% en la población infantil-juvenil (de 2 a 24 años), según datos del estudio enKid realizado entre 1998 y 2000, y las tendencias indican un incremento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en las últimas décadas, más marcado en varones en edad preadolescente. Los niños de 6 a 13 años presentan mayor prevalencia de obesidad.
   Se considera que un niño es obeso cuando el IMC está por encima del Percentil 97 para su edad y sexo, es decir, por encima de +1,8 desviaciones estándar. Cuando el niño tiene un Índice de Masa Corporal de +3DE debe ser valorado en la Unidad de Obesidad multidisciplinar.
   En el caso de los niños con obesidad el abordaje quirúrgico es más conservador que en los adultos y los expertos de la unidad son partidarios de procedimientos quirúrgicos que sean reversibles ya que están convencidos de que la mayoría de estos niños se curarán. También hay que tener en cuenta que el método quirúrgico empleado debe permitir que el niño siga su proceso de crecimiento y desarrollo.
   El Hospital Universitario La Paz fue uno de los primeros centros de España en disponer de una Unidad de Nutrición Infantil en los años ochenta. Desde su puesta en marcha han pasado por ella muchos especialistas que han aprendido sus técnicas para luego desarrollarlas en otros centros. En la actualidad, sólo hay otros seis hospitales de la red pública que disponen de una unidad de nutrición infantil.

El número de diabéticos en el mundo se ha duplicado desde el año 1980

El número de diabéticos en el mundo se ha más que duplicado desde el año 1980, con casi 350 millones de personas que padecen la enfermedad, informó el sábado la revista médica británica The Lancet.

El número de adultos diabéticos pasó de 153 millones en 1980 a 347 millones en 2008, señala un estudio realizado por científicos del Imperial College de Londres y de la estadounidense Universidad de Harvard. La diabetes, caracterizada por un exceso de azúcar en la sangre, puede provocar enfermedades cardiacas, infartos y afectar a los riñones, los nervios y la vista.
Esta enfermedad causa cada año la muerte de tres millones de personas en el mundo. "Nuestro estudio demuestra que la diabetes se generaliza en casi todo el mundo", declaró Majid Ezzati, del Imperial College de Londres, que codirigió la investigación. El índice de diabetes ha progresado sobre todo en la mayoría de los países del Pacífico.