LONDRES.- Los
laboratorios farmacéuticos están compitiendo por obtener datos sobre la
salud de los pacientes y alcanzar acuerdos con empresas de tecnología,
ya que el análisis del big data empieza a desentrañar un tesoro de
información sobre el efecto de las medicinas en el mundo real.
Estudiar
este tipo de datos en el mundo real ofrece a los fabricantes una
poderosa herramienta para demostrar el valor de sus fármacos, algo que
por ejemplo Roche pretende lograr con la compra el mes pasado de
Flatiron Health por 2.000 millones de dólares.
Los
datos del mundo real implican recolectar datos fuera de los
tradicionales ensayos clínicos aleatorios, el actual estándar de oro
para juzgar los medicamentos, y el interés en este campo está creciendo
de forma exponencial.
La
mitad de los 1.800 ensayos clínicos del mundo que implican datos del
mundo real o de la vida real desde 2006 se han iniciado en los últimos
tres años, con un récord de 300 el año pasado, según un análisis de
Reuters de la web de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU clinicaltrials.gov.
Entre las dolencias más comunes en estos estudios están el cáncer, las enfermedades cardíacas y los problemas respiratorios.
Históricamente,
ha sido difícil conseguir información sobre cómo funcionan los fármacos
en la práctica clínica rutinaria pero el aumento de los datos médicos
digitalizados, las bases de datos de reclamaciones de seguros, los
dispositivos que miden la actividad física e incluso las redes sociales
ahora ofrecen un tesoro de datos nuevos.
La
capacidad de capturar la experiencia de los pacientes del mundo real,
que representan una muestra amplia de la sociedad en vez de la pequeña
selección que participa en los ensayos clínicos, es cada vez más útil
conforme la medicina se convierte en un mundo más personalizado.
No
obstante, también abre un nuevo frente en el debate sobre el acceso
corporativo a los datos personales en un momento en que los gigantes
Apple, Amazon y Alphabet, la matriz de Google, están intentado crearse
un nicho en el sector sanitario.
Algunos
activistas y académicos temen que tales datos se usen principalmente
como herramienta comercial por parte de los laboratorios farmacéuticos y
puedan vulnerar la privacidad de los pacientes.
FARMACÉUTICAS EXPLORAN
Aprender
de la experiencia de millones de pacientes proporciona nivel de detalle
y es especialmente importante en una enfermedad como el cáncer, donde
los médicos quieren saber si hay un mayor beneficio en el uso de cierto
medicamento en pacientes con características tumorales altamente
específicas.
En
el caso de Flatiron, Roche está adquiriendo una firma que trabaja con
265 clínicas comunitarias de cáncer y seis importantes centros
académicos de investigación, convirtiendo a la empresa en un destacado
conservador de datos oncológicos. Roche, que ya posee el 12,6 por ciento
de Flatiron, pagará 1.900 millones de dólares por el resto.
Pero el interés en tales datos del mundo real va más allá del cáncer.
Las
principales compañías farmacéuticas del mundo ahora tienen
departamentos enfocados en el uso de datos del mundo real en múltiples
enfermedades y varios han completado estudios científicos utilizando la
información para profundizar en áreas clave a las que dirigen sus
medicamentos.
Entre
los estudios realizados, destacan los de AstraZeneca y Sanofi sobre la
diabetes; las investigaciones conjuntas de Pfizer y Bristol-Myers Squibb
sobre prevención de accidentes cerebrovasculares y un proyecto de
Takeda Pharmaceutical en enfermedades intestinales.
"Cada
vez es más costoso realizar una investigación tradicional de ensayos
clínicos, por lo que la industria está buscando maneras de lograr
objetivos similares utilizando datos recopilados de forma rutinaria",
dijo Paul Taylor, un experto en informática de la salud del University
College de Londres.