lunes, 5 de noviembre de 2012

Se puede alimentar el marcapasos con la energía del latido del corazón

Un dispositivo en fase experimental convierte la energía del latido de un corazón en electricidad suficiente para alimentar un marcapasos, según un estudio presentado en las sesiones científicas de 2012 de la Asociación Americana del Corazón, que se celebran hasta el 7 de noviembre en Los Ángeles (Estados Unidos).

   Los pacientes podrían así alimentar sus propios marcapasos, eliminando la necesidad de reemplazarlos cuando se gasten las baterías, según muestran los resultados de esta investigación, publicados en 'Journal of the American Heart Association'.
   En el estudio, los investigadores probaron un dispositivo de recogida de energía que utiliza la piezoelectricidad (carga eléctrica generada por el movimiento). Los marcapasos actuales deben de ser reemplazados tras pasar entre cinco y siete años desde su implantación, cuando sus baterías se agotan, algo que resulta costoso.
   Según el autor principal del estudio e investigador del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Michigan, Estados Unidos), Amin Karami, este dispositivo podría ser una herramienta "prometedora" para la tecnología de los marcapasos.
La piezoelectricidad podría usarse también en otros dispositivos cardíacos implantables, como desfibriladores, que tienen necesidades mínimas de energía, añadió el director de esta investigación, para quien con esta tecnología evitarían muchas operaciones. "Muchos de los pacientes son niños que viven con marcapasos durante muchos años", subrayó Karami.
   Los investigadores midieron el ritmo cardíaco marcado por las vibraciones en el pecho y, posteriormente, utilizaron un shaker (instrumento musical de percusión) para reproducir esas vibraciones en el laboratorio y conectarlo a un prototipo de recolector de energía cardíaca que los científicos desarrollaron.
   Las mediciones del rendimiento del prototipo creado, analizando series de cien latidos cardíacos simulados en tasas diferentes, mostraron que la energía del recolector actuó como los científicos habían predicho: generó más de diez veces la potencia que requieren los marcapasos modernos.
   El siguiente paso es la implantación del recolector de energía, que tiene aproximadamente la mitad del tamaño de las baterías utilizadas en la actualidad en los marcapasos, explicó Karami. Los investigadores esperan poder integrar esta tecnología en los marcapasos comerciales.
Hay dos tipos de recolectores de energía que pueden alimentar un marcapasos típico: lineal y no lineal. Los primeros funcionan bien sólo a una frecuencia cardíaca específica, por lo que los cambios de ritmo del corazón podrían impedir que se recogiera la energía suficiente.
   Por el contrario, un recolector no lineal (el tipo usado en el estudio) utiliza imanes para mejorar la producción de energía y es menos sensible a los cambios de la frecuencia cardíaca, por lo que consigue suficiente energía de los latidos, que van desde 20 hasta 600 latidos por minuto a potencia continua de un marcapasos.
Además, el director de esta investigación, financiada por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología y el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Traslacionales, aseguró que aglunos dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles o los hornos microondas no afectarían al dispositivo no lineal.

El 'bypass' coronario es preferible a los 'stents' en pacientes con diabetes

Los adultos con diabetes y enfermedad coronaria que se someten a un 'bypass' coronario evolucionan mejor que aquellos a los que se les coloca 'stents', según un estudio presentado en el congreso anual de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), que se está celebrando en Los Ángeles (EEUU), dirigido por el director del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Hospital de Nueva York, el doctor Valentín Fuster.

   El trabajo, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EEUU y publicado en el 'New England Journal of Medicine', comparó la efectividad del procedimiento quirúrgico conocido como cirugía de revascularización coronaria con 'bypass' (CABG, de sus siglas en inglés) con la alternativa que evita pasar por el quirófano, la intervención coronaria percutánea con colocación de stent (PCI).
  "Los resultados de este estudio confirman que la cirugía de bypass es, en términos generales, una mejor opción terapéutica para personas con diabetes y enfermedad coronaria multivaso", señala Fuster, quien también es el director del Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre (NHLBI) de EEUU y director general de Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
   A su juicio, estos resultados "pueden ayudar a los médicos a prevenir eventos cardiovasculares como ataques cardiacos o muertes entre estos pacientes", ya que las ventajas del CABG sobre la PCI "fueron asombrosas" en este ensayo y, añade, "podían cambiar las recomendaciones terapéuticas para miles de individuos con diabetes y enfermedad coronaria".
   En el estudio participaron 140 centros médicos de 16 países, incluidos seis hospitales españoles y un total de 1.900 adultos que fueron seleccionados entre 2005 y 2010. Se trataba de individuos que presentaban diabetes y enfermedad coronaria con estrechamiento en varios vasos sanguíneos, pero no en la arteria coronaria izquierda principal, lo que requiere tratamiento inmediato con CABG.
   En líneas generales la supervivencia fue superior con el 'bypass', con independencia de la raza, el género, el número de vasos sanguíneos bloqueados o la gravedad de la enfermedad. Asimismo, cinco años después de llevarse a cabo el CABG o la PCI, un 18,7 por ciento de los participantes del primer grupo habían sufrido infartos cerebrales, ataques cardiacos o habían fallecido, porcentaje que ascendía al 26,6% en los que se habían sometido a una PCI.
   Los infartos cerebrales, un riesgo muy conocido de la cirugía de bypass, fueron ligeramente más habituales en el grupo que se sometió a ésta (los sufrió un 5,2%) que en de la PCI (un 2,4%). Sin embargo, hubo más fallecidos por cualquier causa en el grupo de la PCI (un 16,3%) que en el del CABG (un 10,9%). Esta ventaja en la supervivencia del bypass sobre la PCI se mantuvo de forma consistente con independencia de la raza, el género, el número de vasos sanguíneos bloqueados o la gravedad de la enfermedad.
   En cada centro participante, un equipo de especialistas en neurología, enfermedad cardiaca, diabetes y medicina general examinó a los pacientes para asegurarse de que podían optar tanto a un CABG como a una PCI. Así, los participantes fueron derivados aleatoriamente a recibir una de las dos intervenciones.
   Tal y como recomiendan las guías internacionales de práctica clínica, el grupo que se sometió a la PACI recibió también tratamiento anticoagulante, en concreto abciximab por vía intravenosa --administrado durante el procedimiento-- y clopidogrel oral durante al menos 12 meses después, además de 'Aspirina' en aquellos que podían tolerarlo. Todos los participantes en el estudio fueron observados durante al menos dos años.
  Durante el ensayo clínico recién presentado, los pacientes recibieron cuidados médicos para todos los factores de riesgo cardiovascular importantes, como el colesterol LDL, la presión sanguínea elevada y los niveles altos de azúcar. A todos ellos, además, se les educó en la adquisición de hábitos saludables, como el abandono del tabaco, la dieta y la práctica habitual de ejercicio.

Recomiendan limitar el consumo diario de sal a menos de 1,5 gramos

Nuevas investigaciones apoyan la recomendación de la Asociación Americana del Corazón de limitar el consumo diario de sodio (sal) a menos de 1.500 miligramos (1,5 gramos) con el fin de disminuir el riesgo de tener una presión arterial alta y de sufrir una enfermedad cardiovascular, incluido el accidente cerebrovascular.

   El informe, publicado en 'Journal of the American Heart Association', se basa en una revisión exhaustiva de investigaciones recientes de laboratorio, con animales, estudios observacionales y clínicos que consolidan la afirmación realizada en 2011 por la asociación sobre los beneficios de restringir el sodio a menos de 1.500 miligramos por día.
"Nuestra recomendación es simple en el sentido de que se aplica a toda la población de Estados Unidos, no sólo a los grupos de riesgo, --dijo Nancy Brown, director ejecutivo de la Asociación Americana del Corazón--. Los estadounidenses de todas las edades, independientemente de los factores de riesgo individuales, pueden mejorar la salud de su corazón y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular con la restricción de su consumo diario de sodio a menos de 1.500 miligramos".
   Algunos informes recientes han llevado a la confusión sobre los niveles de sal diarios más saludables para todos los grupos de la población. "Nuestra revisión detallada de estos estudios identificaron graves deficiencias metodológicas que limitan el valor de dichos informes en la revisión del consumo de sodio", explicó el profesor de Salud Pública Global de la Universidad de Tulane (Luisiana, Estados Unidos), Paul K.Whelton.
"Nuestro objetivo debería ser buscar maneras efectivas de implementar, no cambiar, la política actual de la Asociación Americana del Corazón en la ingesta de sodio", subrayó este experto, autor principal de las nuevas investigaciones al respecto. A su juicio, la población no debería dejarse llevar por esos estudios que hablan de que reducir la ingesta de sodio no mejora la salud cardiovascular.
   La reducción del consumo de sal puede ayudar a combatir la presión arterial alta, que afecta a más de 76 millones de adultos en Estados Unidos y es una causa importante de enfermedad cardiovascular, según la Asociación Americana del Corazón. Sin embargo, la mayoría de adultos y niños estadounidenses ingieren sodio muy por encima de sus necesidades fisiológicas y recomendaciones de las guías médicas, con un consumo medio diario de de más de 3.400 miligramos por día.
Sólo los individuos, principalmente aquellos con trastornos específicos, raros, que han sido recetados por sus médicos para que hagan lo contrario, no deben reducir su consumo de sodio a 1.500 miligramos diarios. La mayor parte del sodio que consume el público está oculto en los alimentos procesados y preparados.
La Asociación Americana del Corazón aboga por mejorar el etiquetado nutricional en lo que respecta al contenido de sodio y poner límites para toda la población y en particular en las escuelas. Los autores del estudio añaden la necesidad también de realizar actividad física regular, controlar la presión arterial y el azúcar en la sangre, evitar el tabaco y llevar una dieta saludable.

El sueño afecta al apetito de manera diferente en hombres y mujeres

Un nuevo estudio, publicado en 'SLEEP', llevado a cabo por la Academia Americana de Medicina del Sueño, sugiere que el aumento de la cantidad de sueño podría conducir a una ingesta reducida de alimentos, aunque el proceso hormonal difiere entre hombres y mujeres.

   "La restricción del sueño en sujetos sanos, con peso normal, tiene un efecto limitado sobre el riesgo metabólico, y puede afectar la ingesta de alimentos de manera diferente en hombres y mujeres", afirma Marie-Pierre St-Onge, investigadora principal del estudio.
   El estudio analizó de la duración del sueño, la desregulación de la glucosa, y la regulación hormonal del apetito en 27 hombres y mujeres de peso normal, entre los 30 y los 45 años de edad. Los participantes fueron estudiados bajo dos condiciones: sueño corto (4 horas) o habitual (9 horas).
   El sueño corto aumentó los niveles totales de grelina en los hombres, pero no en las mujeres, y redujo los niveles de GLP-1 en las mujeres, pero no en hombres. Los resultados sugieren que la susceptibilidad común a comer en exceso durante el sueño corto está relacionada con el aumento del apetito en los hombres, y con una disminución de la sensación de plenitud en las mujeres.
   St-Onge señala que "el estado de equilibrio de la energía, si alguien está en un período de pérdida o aumento de peso, puede ser crítico en las respuestas metabólicas y hormonales".
   Según los autores, esta es la mayor investigación clínica controlada de los efectos de la reducción del sueño en la regulación hormonal. Los resultados apoyan el papel causal de la duración del sueño en la ingesta de energía y el control de peso.

Los niños se comportan con mayor generosidad cuando son observados

Los niños de tan sólo cinco años de edad son más generosos cuando son conscientes de que sus acciones están siendo observadas, según un estudio publicado en 'PLoS ONE' por Kristin Lyn Leimgruber y sus colaboradores de la Universidad de Yale.

   Los adultos son más propensos a comportarse de una manera que aumente su reputación cuando están siendo observados, o cuando sus acciones son susceptibles de ser públicas, que cuando son anónimas; pero este nuevo estudio examina por primera vez los orígenes de este comportamiento en niños pequeños.
   Para su estudio, los investigadores dieron pegatinas a niños de cinco años dándoles la opción de compartirlas. Los autores observaron entonces que los niños eran más generosos cuando podían ver al destinatario, que cuando el destinatario estaba oculto a la vista, y que también fueron más generosos cuando tuvieron que dar pegatinas en un recipiente transparente, en lugar de en uno opaco (es decir, cuando el destinatario podía ver lo que estaba recibiendo). Además, estos comportamientos son independientes del número de pegatinas que recibieron los niños.
   Según los autores, estos resultados muestran que los niños de cinco años pueden tomar decisiones estratégicas acerca de si se debe ser generoso, según se trate o no de un receptor consciente de sus actos. Leimgruber explica que "los resultados indican que los niños hacen un uso mucho más sofisticado de las estrategias prosociales de lo que se pensaba. Al igual que los patrones de caridad que vemos en los adultos, las tendencias de generosidad en los niños parecen ser impulsadas, por la cantidad de información a disposición de los demás de sus acciones".