domingo, 2 de diciembre de 2012

Dejar de fumar supone disfrutar más de las actividades de ocio

Cuando se superan los días iniciales tras dejar de fumar, "probablemente se disfruta más" de las actividades de ocio, según ha explicado el experto en adicciones del Colegio de Psicólogos de Madrid, José Antonio Molina.

   En este sentido, el experto afirma que "existe el error de asociar el disfrute de una actividad al propio cigarrillo", ya que fumar mientras se realiza "no hace que sea más o menos especial". Así, ejemplifica que, para los aficionados al fútbol, lo que hace que ver un partido por televisión sea agradable es "que se está viendo algo con lo que se disfruta o que, si se está visionando con alguien, se está compartiendo".
   Misma situación se produce a su vez cuando un padre o una madre está jugando con su hijo o cuando se está en un bar con amigos, y es que, "la dependencia hace que el fumador tenga que salir fuera" y prescindir de esa conversación o de un rato agradable con el menor, apunta. Además, Molina expone que los exfumadores "tienen la satisfacción de que ahora realizan una determinada acción de manera concentrada".  
   Como última muestra de esta opinión, el también autor de la obra 'SOS...Tengo una adicción' subraya que la gente que nunca ha fumado disfruta "tanto o más" que los fumadores de todas las situaciones de recreo. Sin embargo, sí reconoce que el hecho de haber realizado una actividad mientras se fumaba tantas veces "hace que los primeros días se note la ausencia de este hábito adquirido".
   Esta coyuntura puede provocar "ansiedad, problemas de concentración, ira o dificultades en la conciliación del sueño", sostiene. No obstante, asegura que estos efectos "duran una serie de días", tras los que las sensaciones "se van graduando y disminuyendo".
   Molina anima a dejar el hábito tabáquico porque, a pesar de que el exfumador puede tener impulsos para fumar en eventos puntuales transcurridos seis meses o un año tras abandonar el consumo de tabaco, "cada día es un paso adelante". A su juicio, "el tiempo corre a favor" ya que, pasados los días iniciales, los deseos son muchos menos y de una intensidad más baja.
   Su apuesta en fumadores con una alta dependencia nicotínica es "una reducción gradual y paulatina muy pautada", ya que dejar de fumar de un día para otro "puede tener unas reacciones adversas significativas". En este sentido, expone que existen estudios en los que se ha visto que "reducir el consumo semanal en un 30 por ciento no genera síndrome de abstinencia".
   Por último, el experto del Colegio de Psicólogos de Madrid descarta que los fumadores "se conviertan en otra persona" en los días posteriores a dejar de fumar, ya que "todo depende del rasgo de personalidad de cada persona"
"El que sea agresivo, estará más agresivo; y el que sea triste, estará, más triste", concluye.
   Por su parte, el miembro del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), el doctor Vidal Barchilón, apoya la recomendación de Molina al indicar que dejar de fumar "puede mejorar mucho la salud". Y es que, los cigarrillos "producen efectos nocivos en múltiples órganos", explica.
   Así, expone que los recientes exfumadores "pueden encontrar una mejora de su respiración en muy poco tiempo" y que van a notar sensaciones más intensas "en el olor y el sabor en 24 o 48 horas". Además, la reducción del monóxido de carbono en el organismo repercute "en una sensación de nuevas energías", sostiene.
   Por otro lado sostiene que la persona que deja de consumir tabaco recupera la función bronquial de manera óptima, lo que "puede producir tos y una mayor expectoración durante un tiempo". Sin embargo, insiste en los efectos positivos de abandonar el consumo, para lo que recomienda el uso de parches de nicotina, los cuales "han demostrado científicamente su evidencia".