La fotoféresis extracorpórea (FFE), una terapia de luz conocida también como fotoinmunoterapia, logra remisiones de más de 20 años en el tratamiento del linfoma cutáneo y ha demostrado ser eficaz también para evitar el rechazo del trasplante de órganos sólidos, reduciendo las altas dosis de cortisona que requieren estos pacientes.
Así lo ha explicado el doctor Robert M.Knobler, profesor de Dermatología de la Universidad de Medicina de Viena y coinventor de esta técnica, aprobada hace unos 25 años en Estados Unidos para el tratamiento del linfoma cutáneo de células T y también en la UE, pero sin indicaciones específicas.
Según este experto, se trata de una terapia que deriva de un tratamiento dermatológico en el que se usan rayos ultravioleta tipo A en combinación con el psoraleno, una sustancia fotoactiva natural que ya conocían los egipcios.
Esta sustancia tiene efectos positivos sobre la piel, estimulando la recuperación del paciente con enfermedades como el vitíligo o desaparición de las células pigmentarias, a quienes les devuelve la pigmentación.
Consumido por vía oral, el psoraleno se concentra en la piel y se une al ADN de las células, previniendo su multiplicación, lo que beneficia a pacientes con enfermedades que generadas por la rápida multiplicación de las células de la piel, como es el caso de la psoriasis.
"Con el tiempo, se ha visto que esta terapia puede usarse en otras enfermedades con células T y para controlar el rechazo crónico del trasplante de órganos sólidos sin efectos secundarios importantes y permitiendo así reducir así el uso de sustancias inmunosupresoras, como la cortisona. Ahora se ha visto también que es importante para evitar el rechazo del trasplante de médula ósea", expone.
El Hospital Ramón y Cajal de Madrid lleva 10 años ofreciendo a sus pacientes esta terapia de luz como tratamiento de segunda línea para el linfoma con buenos resultados, según este experto. Sin embargo, su empleo no está tan extendido en España porque, dice, "no es barato y en este país, su reembolso es un problema".
En Estados Unidos, cada tratamiento costaría unos 6.000 dólares (unos 4.500 euros). "Si se tienen en cuenta los preciso de los anticuerpos y fármacos biológicos que se ahorran empleando la FEC, su precio no resulta excesivo", asevera.