jueves, 10 de mayo de 2012

El ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir un 40% de los tumores

La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) asegura que la realización de ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir la incidencia global de tumores en un 40 por ciento de los casos, especialmente de mama, colon y esófago, lo que equivaldría a 4 millones de casos al año en todo el mundo.

Un tercio de todas las defunciones por tumores malignos están justificados por una mala situación nutricional, y es que la malnutrición del paciente oncológico se debe a factores relacionados directamente con el tumor por la liberación de sustancias anorexígenas --que disminuyen el apetito-- o por el aumento de los requerimentos energéticos.
Además, también influyen distintos tratamientos administrados como la cirugía, la radioterapia o quimioterapia, que provocan una disminución de la ingesta habitual o una dificultad para el paso normal de los alimentos por el tracto digestivo --disfagia--.
Y es que, está demostrado que la malnutrición disminuye la calidad de vida en estos pacientes, especialmente por la pérdida de masa muscular, astenia y por su influencia negativa sobre el aspecto psíquico. Un hecho que implica una mayor necesidad de asistencia sanitaria en general, ya que en muchos casos el estado nutricional del paciente es más importante para la calidad de vida y supervivencia que el propio estado del tumor o tratamiento que se administra.
Asimismo, uno de los signos más frecuentes y complejos a la hora de abordar en los pacientes con cáncer es la pérdida involuntaria de peso, anorexia-caquexia. Según explica el vocal de SEOR Jorge Contreras, los trastornos nutricionales se manifiestan con más frecuencia en los estadios avanzados aunque, apostilla, no siempre es así "ya que se pueden presentar entre el 15 y el 35 por ciento de los casos en etapas muy iniciales de la enfermedad, y entre el 60 y el 80 por ciento en las fases más avanzadas de la enfermedad".
Según el 'National Cancer Institute', aproximadamente un 35 por ciento de los tumores tienen su origen o se relacionan con determinados hábitos alimentarios, una magnitud similar a la que se le relaciona con el tabaco.
No obstante, en la actualidad, existen numerosos estudios publicados que permiten generalizar una serie de recomendaciones en relación a la alimentación como son, por ejemplo, evitar o reducir el consumo de los alimentos relacionados con ciertos tipos de neoplasias, fomentar el consumo de alimentos que se consideran protectores o que previenen la aparición de determinados tipos de cáncer y mejorar la forma de conservación y/o preparación de los alimentos.
Asimismo, estos estudios muestran una estrecha relación entre la dietas hipercalóricas y con alto contenido en grasa con una mayor incidencia y mortalidad de tumores de origen mamario, colon, recto y próstata, y en menor medida con los ginecológicos --ovario, endometrio-- y páncreas. De hecho, los hombres con un sobrepeso mayor del 40 por ciento tienen mayor riesgo de morir por cáncer colorectal y las mujeres de un tumor de mama, endometrio u ovario.
"Por ello, se debería reducir el consumo de carne roja y grasa animal y cambiarla por carne magra, pescado, pollo (sin piel), leche y derivados lácteos desnatados, utilizar aceite de oliva, que por otro lado conlleva una disminución del colesterol", explica el experto.
Pero también otros alimentos, como por ejemplo el aumento de consumo de fibra vegetal en la dieta, tienen un claro efecto protector "con mayor intensidad en los tumores de colon y mama, aunque también se manifiesta en los tumores aero digestivos superiores como cavidad oral, faringe, esófago, estómago. En este sentido, el especialista recomienda aumentar su consumo diario mediante una mayor ingesta de frutas, vegetales, cereales y legumbres.

El CSIC se acerca al diagnóstico del lupus tras descubrir la presencia de células sanguíneas inmaduras

Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español ha descubierto que la presencia de granulocitos inmaduros entre las células mononucleares de sangre periférica (PBMC, de sus siglas en inglés) de un paciente indica que padece lupus eritematoso sistémico. Este descubrimiento puede mostrar que clave del diagnóstico del lupus está en la sangre periférica.

   El objetivo de la investigación, publicado en la revista 'Journal of Proteomics', era detectar biomarcadores para el diagnóstico y la evolución de esta dolencia, ya que en la actualidad no existen pruebas diagnósticas definitivas que confirmen el lupus. El diagnóstico del lupus se basa en el análisis de la historia clínica, en un meticuloso examen físico y en algunas pruebas elementales de laboratorio.
   El hallazgo se ha realizado mediante la comparación del conjunto de proteínas (proteoma) de los PBMC de pacientes con lupus e individuos control. Los resultados indican que la proteína S100A9 se sobreexpresa en casos de lupus y su actividad está correlacionada con el nivel de granulocitos inmaduros en la PBMC.
   "Los pacientes con una mayor cantidad de este tipo celular en sangre periférica tienen una mayor prevalencia de manifestaciones cutáneas y vasculitis", explica el investigador del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra del CSIC que ha dirigido el trabajo, Jaime Sancho.
   Funcionalmente, los granulocitos inmaduros tienen características de células proinflamatorias y una gran capacidad para inducir la muerte de células endoteliales. Este factor podría estar relacionado con el alto riesgo de los enfermos de padecer arterioesclerosis prematura y una mayor incidencia de accidentes vasculares (infartos).
   El lupus es una enfermedad autoinmune de origen desconocido que afecta sobre todo a mujeres en edad fértil, que sufren esta dolencia nueve veces más que los hombres. En Europa, se calcula que afecta a 40 de cada 100.000 personas.
   La sintomatología del lupus es muy variada y puede afectar a cualquier órgano o sistema del cuerpo. Sus manifestaciones más frecuentes son las cutaneoarticulares con eritemas (inflamaciones) malares en forma de alas de mariposa. Los síntomas dermatológicos suelen aparecer en el 65 por ciento de los enfermos.
   El hallazgo de Sancho, que ha contado con la colaboración de investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC y del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, podría dar lugar a una prueba diagnóstica definitiva para reconocer y hacer el seguimiento de esta enfermedad.

Menos del 30% de los pacientes terminales acceden a cuidados paliativos específicos

La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) estima que sólo un 29 por ciento de los casi 250.000 pacientes españoles con enfermedad avanzada o en situación de terminal acceden a equipos específicos de cuidados paliativos.

   Al menos, el presidente de SECPAL, Javier Rocafort, unos 100.000 casos son complejos  y deberían ser atendidos por unidades específicas, además hasta 40.000 pacientes no reciben una atención adecuada en el final de su vida, cuando, añade,  "está demostrado que los cuidados paliativos garantizan el alivio del sufrimiento cuando son prestados por equipos de calidad".
   Rocafort, que ha participado en la presentación del IX Congreso Nacional de Cuidados Paliativos que reúne en Badajoz a cerca de 1.200 profesionales, ha subrayado la deficiente organización de los cuidados paliativos en España.
   "La estructura para proporcionar estos cuidados, pese a ser una obligación para las administraciones, es claramente insuficiente. Sólo existen un 50 por ciento de los aproximadamente 750 equipos necesarios en España, y además están mal distribuidos", explica.
   Este "enorme déficit" de profesionales de cuidados paliativos, se observa tanto en médicos como enfermeras, que sólo llegan al 40 por ciento de la ratio que marcan los expertos europeos; en psicólogos y trabajadores sociales que significa el 30 por ciento; y fisioterapeutas que tienen una presencia "anecdótica" en los equipos españoles.
   La necesidad de una acreditación oficial para los profesionales que trabajan en esta disciplina y la incorporación de los cuidados paliativos a la formación universitaria son algunas de las carencias de esta área.
   El encuentro, que contará con expertos internacionales, destacará el modelo extremeño de cuidados paliativo, tiene la particularidad, según el presidente del comité organizador del congreso Rafael Mota, de que integra los equipos específicos de paliativos con todos los niveles asistenciales, tanto Atención Primaria como hospitales y centros sociosanitarios.
   En Extremadura alrededor de 2.000 pacientes al año son atendidos por los equipos de cuidados paliativos, que cuentan con unos 50 profesionales. En este sentido, se ha referido a la importante presencia de profesionales de Latinoamérica y Portugal, que quieren conocer de cerca los avances logrados en la comunidad extremeña.
   Respecto a los temas que se van a analizar hasta el viernes en Badajoz, Alberto Alonso, presidente del comité científico del congreso, ha destacado la presencia de algunos de los autores de las publicaciones con más impacto a nivel mundial en las tres líneas temáticas que van a abordar.
   Además, se van a analizar temas que tienen que ver con el tratamiento de los síntomas difíciles al final de la vida, aquellos que van más allá del dolor como la disnea, la depresión o el delirium, y se va a hacer un análisis del tratamiento a pacientes no oncológicos que también pueden recibir cuidados paliativos.