Las personas que se sienten más contentas y positivas perciben que su estado de salud es mejor y son menos propensas a desarrollar determinadas enfermedades, como depresión, estrés, insomnio, anorexia o colesterol, en contraposición a aquellas que son menos felices, que tienden a tener más presentes los problemas físicos y psicológicos que les afectan.
Según el estudio 'La felicidad y la percepción de la salud', realizado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad y la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) se confirma la correlación entre felicidad, bienestar y salud.
El estudio, basado en las entrevistas realizadas a 3.000 españoles, revela que los problemas psicológicos afectan en mayor medida a la felicidad que los físicos. "Hemos constatado que la salud mental es un componente igual o más importante que la salud física en la percepción de la propia salud, y que los problemas de tipo psicológico están mucho más relacionados con la infelicidad que los de tipo físico", ha explicado el profesor de la Facultad de Psicología de la UCM, Gonzalo Hervás.
En este sentido, la proporción de tener una depresión en el grupo de personas más felices es nueve veces menor que en el grupo de los menos felices, y la de padecer insomnio, cuatro veces menor.
Los expertos reunidos durante la presentación han coincidido en señalar que el apoyo social, de la familia y los amigos, ante los problemas de salud y adversidades es fundamental para que las personas se sientan con mejor estado de salud y les ayuda a preservar, en gran medida, su nivel de satisfacción cuando sufren un problema de salud.
"Con este estudio hemos constatado la importancia de las relaciones sociales. La familia y los amigos, las apoyos sociales, son un elemento fundamental para sentirse bien, sano y afrontar mejor las enfermedades", ha asegurado Hervás.
Además, "las personas más optimistas no ven mermada su felicidad ante la desgracia. El optimismo tiene un papel protector tanto en la enfermedad como en la reacción frente a la adversidad", apunta Hervás.
Según los expertos, el cerebro humano tiene una propensión natural a buscar el optimismo y, como consecuencia, a ayudar a las personas a ser felices, pero "la sensación de felicidad se puede conseguir con estímulos externos y con estímulos internos, podemos ser más felices potenciando, por ejemplo, nuestra capacidad de sociabilización, siendo más altruistas", ha explicado el profesor del departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona, Josep María Serra-Grabulosa.
Por su parte, el presidente del Instituto Coca-Cola de la Felicidad, Carlos Chaguaceda, ha añadido que "la felicidad se trabaja, no se puede esperar sentado en casa hasta que llegue. Por ejemplo, aquellas personas que realizan deporte regularmente son felices cuando lo hacen porque el cerebro segrega serotonina y oxitocina y genera una sensación que te hace feliz. Luego, hay que buscar lo que nos hace felices".
En definitiva, "estamos programados para estar enganchados a la felicidad desde que nacemos", concluye Hervás.