viernes, 25 de mayo de 2012

Se publica un libro con recomendaciones nutricionales para prevenir el cáncer

¿Qué alimentos pueden ayudar a combatir el cáncer? ¿Cuáles son los más indicados durante la quimioterapia? ¿Qué pueden comer los pacientes para hacer frente a las temidas náuseas? Una oncóloga y una química especializada en nutrición dan respuesta a éstas y otras muchas preguntas en su libro 'Comer para vencer al cáncer'.

La doctora Paula Jiménez Fonseca, del Hospital Central de Asturias,  y la química nutricional Belén Álvarez, aplican todos sus conocimientos teóricos para cuidar la alimentación de los enfermos de cáncer y ayudarles a sobrellevar mejor las terapias.
De una relación en la consulta surgió la colaboración entre ambas profesionales que ahora acaba de ver la luz en forma de libro. Una obra de consulta que será de gran utilidad para los pacientes con cáncer, pero también para cualquier persona en general, preocupada por lo que se lleva a la boca.
Como explica la oncóloga asturiana, el libro está dividido en dos partes. En la primera se aborda lo que podría denominarse una 'dieta anticáncer', es decir, un decálogo de 10 grupos de alimentos con potentes propiedades antitumorales; pero también cómo cocinarlos (por ejemplo, para evitar las flatulencias de las coles) o cuáles evitar.
"La dieta 'preventiva'", explica la oncóloga, "debería cuidar mucho las calorías que ingerimos, debe ser muy equilibrada, rica en frutas y verduras, con pescado azul, poca carne...". Y añade: "deberíamos restringir las bebidas azucaradas, la bollería industrial o las chucherías, que contienen muchos azúcares vacíos, que no tienen sentido en el organismo".
Belén Álvarez aclara que todos los alimentos incluidos en su lista están avalados por estudios científicos, como las coles, algunos de cuyos compuestos se encuentran entre los antioxidantes más potentes. En segundo lugar aparecerían los ajos y cebollas ("potentes antiinflamatorios y antisépticos naturales"), el tomate ("rico en licopeno"), los cítricos y su vitamina C, la lechuga y otras verduras verdes ricas en clorofila, las fresas y otros frutos rojos con abundantes polifenoles, las setas, el pescado azul, el yogur natural y el pan y, en décimo lugar, el aceite de oliva.
En el caso de los pacientes oncológicos, las recomendaciones nutricionales cambian debido precisamente al efecto que tiene el tumor en el metabolismo del organismo. Como explica la especialista, "el cáncer te consume, y aunque el paciente no se mueva destruye los depósitos del organismo", por lo que es necesario que los pacientes cuiden especialmente su alimentación para evitar una de las secuelas más frecuentes en los servicios de oncología, la anorexia y la caquexia (pérdida de apetito). "Por este motivo, los pacientes necesitan un aporte extra de proteínas y restringir el azúcar que, por ejemplo, pueden sustituir por un edulcorante natural como la stevia".
El libro también ofrece recetas y consejos contra otros dos compañeros habituales del cáncer, las náuseas y la diarrea. "Para esta última se suele recomendar comer arroz, pero ¿quién puede estar comiendo arroz los seis meses que puede durar un tratamiento de quimioterapia?", se pregunta. "En cambio, pocos oncólogos recomiendan fibra soluble, que sí es beneficiosa".
Por eso el libro incluye 10 recomendaciones para cada síntoma típico del cáncer: investigar la causa que puede estar originando el problema, la forma de cocinar más beneficiosa, los alimentos a potenciar o restringir, pequeños trucos útiles, recetas... y todo ello combinado con dichos o refranes para acabar cada capítulo.
Jiménez reconoce que muchos pacientes salen de la consulta de su oncólogo sin tener las nociones más básicas en materia de alimentación, y lo atribuye a un combinado de factores: "A veces es por el propio desconocimiento de los médicos, porque no tenemos ninguna asignatura en la carrera sobre esto; a veces por la excusa de que no hay tiempo o porque no se le da suficiente importancia al tema", admite.

Avalado por la Sociedad Española de Oncología Médica

¿Sabías que...? 1. 1 de cada 3 cánceres es causado por una mala alimentación. 2. El exceso de grasa favorece la aparición del cáncer de mama, útero, páncreas, vía biliar, riñón y esófago distal. 3. El riesgo de padecer cáncer por sobrepeso es de un 3% en hombres y un 9% en mujeres. 4. La falta de ejercicio físico contribuye a sufrir cáncer de colon, recto, mama y útero. 5. El consumo de más de 50 g de carne roja y/o embutidos al día aumenta un 20% el riesgo de padecer cáncer de colon y recto, el tumor más frecuente y que más muertes causa en la actualidad. 6. La desnutrición debilita y dificulta administrar un tratamiento idóneo frente al cáncer. 7. La desnutrición se asocia con un 30% de las muertes en pacientes con cáncer. 8. El paciente con cáncer no adelgaza solo por no comer, sino por un desgaste tumoral excesivo. 9. Los vómitos, la diarrea, las heridas en la boca, la dificultad para tragar… causados por la quimioterapia son, a su vez, causa fundamental de desnutrición. 10. Las medicinas alternativas son consumidas por más de 2/3 de los pacientes y pueden comprometer el tratamiento frente al cáncer. 

Nueve consejos para conseguir un embarazo

La edad es una de las circunstancias que más influye en la reproducción. Biológicamente, la edad ideal de las mujeres para concebir son los 20-25 años. Aunque hasta los 35, en el caso de ellas, y los 50, en ellos, no debería haber problemas. La razón es que, a diferencia de los hombres, las mujeres nacen con un número de óvulos que van perdiendo y no se regeneran. Por tanto, cuanto más mayor, menos ovocitos y mayor exposición a tóxicos ambientales que pueden alterar su calidad. 

Además de no retrasar en exceso la edad para concebir, hay otras ocho claves que pueden ayudar a conseguir un embarazo:
-Tener relaciones sexuales durante la ovulación de la mujer. En un ciclo menstrual normal de 28 días, los días más fértiles se encuentran hacia la mitad, entre el 12 y el 14.
-El sobrepeso (IMC mayor de 30) reduce la fertilidad en ambos sexos, pero un peso demasiado bajo (IMC menor de 20) en las mujeres también puede dificultar la posibilidad de concebir con éxito.
-El estrés y la ansiedad son enemigos de la concepción. En el caso de las féminas, puede contribuir a la desaparición de la regla, y en los hombres alterar la calidad seminal.
-El deporte es positivo, pero con moderación. Cuando se practica un ejercicio muy intenso (por ejemplo tres clases de spinning a la semana) la calidad seminal baja y la menstruación puede desaparecer.
-Alcohol, tabaco y drogas, cero. Fumar influye negativamente en la concentración y movilidad de los espermatozoides y reduce las tasas de embarazo. Un elevado consumo de alcohol, se relaciona con alteraciones del semen, pérdida de menstruación, dificultad para conseguir embarazos y aumento de abortos.
-Qué comemos. La dieta mediterránea tiene un impacto positivo. Más de la mitad de los casos de esterilidad masculina sin una causa clara, podrían tener relación con una nutrición incorrecta.
-El café. Su consumo moderado no supone un problema, pero tomar más de tres tazas al día puede influir negativamente.
-Factores ambientales. Evitar en la medida de lo posible la exposición a tóxicos, excesiva polución y pesticidas. Los disruptores endocrinos son sustancias tóxicas medioambientales que también pueden alterar la capacidad reproductiva y afectar al feto o al recién nacido durante su desarrollo o lactancia.

Confirman la relación entre los suplementos de calcio y un mayor riesgo de infarto

Científicos de la Universidad de Zurich (Suiza) recomiendan utilizar con moderación los suplementos de calcio después de haber confirmado la relación entre su consumo y un mayor riesgo de infarto, según los últimos resultados de su investigación que publica la revista 'Heart'.

   Investigaciones previas habían relacionado un mayor consumo de calcio con un menor riesgo de hipertensión arterial, obesidad y diabetes tipo 2, todos ellos factores de riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular.
   En este caso, analizaron las respuestas de los casi 24.000 participantes de la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC) en Heidelberg, que tenían entre 35 y 64 años cuando se sumaron a dicho estudio, realizado entre 1994 y 1998.
   El tipo de dieta seguida en los últimos 12 meses se evaluó mediante cuestionarios de frecuencia alimentaria, y se les preguntó sobre si habían consumido de forma regular algún tipo de suplemento vitamínico o minerales.
   Posteriormente, se sometieron a un seguimiento de 11 años de media, durante el que contabilizaron 354 infartos, 260 accidentes cerebrovasculares y 267 muertes asociadas.
   Después de tener en cuenta aquellos factores que pueden influir en los resultados, observaron que aquellos cuyas dietas incluían una cantidad moderada (820 miligramos al día) de calcio, incluida la aportación de suplementos, tenían un riesgo un 31 por ciento menor de sufrir un ataque al corazón.
   En cambio, aquellos con una ingesta de más de 1.100 miligramos al día no presentaban un riesgo significativamente menor y, de hecho, no hubo ninguna evidencia de que algún tipo de ingesta de calcio pudiese proteger contra un aumento del riesgo de accidente cerebrovascular como habían sugerido las citadas investigaciones previas.
   Además, cuando el análisis se centró en las vitaminas o los suplementos alimenticios, se observó que aquellos que tomaron suplementos de calcio con regularidad tenían un 86 por ciento más probabilidades de tener un infarto que aquellos que no usaron suplementos.
   "Este estudio sugiere que el aumento de la ingesta de calcio de la dieta no puede conferir beneficios cardiovasculares significativos, mientras que los suplementos de calcio podrían incluso aumentar el riesgo y, por tanto, se deben tomar con precaución", han explicado los autores.
   En un editorial adjunto, los profesores Ian Reid y Bolland Marcos de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda han explicado que la seguridad de los suplementos de calcio está "en tela de juicio".
   De hecho, un estudio había apuntado a un posible vínculo entre estos suplementos y la aparición de piedras en el riñón y el intestino y, aunque los suplementos de calcio reduzcan el riesgo cardiovascular, "esta realidad no se traduce en menos ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares".
   Además, han reconocido que muchas mujeres que toman suplementos de calcio para evitar la fragilidad ósea presentan una mejor calidad de vida que quienes no lo hacen, si bien el efecto protector general es de apenas un 10 por ciento.
   La explicación que dan es que, mientras el calcio de la dieta se toma en pequeñas cantidades que se distribuyen durante todo el día y permiten una absorción más lenta, los suplementos hacen que los niveles de calcio en la sangre se eleven por encima de lo normal, lo que "a la larga podría ser perjudicial".

Más de un tercio de los mayores de 75 años padece diabetes tipo 2

Más de un tercio de los mayores de 75 años tiene diabetes --un 30,7 por ciento, los varones, y un 33,4 por ciento, las mujeres--, según datos del estudio Di@betes.es. Con el objetivo de abordar este problema, se ha presentado un documento de consenso que recoge, entre otras cuestiones, sus factores de riesgo y la evaluación clínica.

   De este modo, el coordinador del Grupo Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), el doctor Ricardo Gómez Huelgas, ha reconocido que el manejo de la diabetes en el anciano representa un "importante reto" tanto desde el punto de vista clínico como de salud pública.
   "En primer lugar, por razones epidemiológicas, y en segundo lugar, porque existen pocas evidencias científicas que apoyen el abordaje más adecuado de la diabetes en los ancianos", ha precisado.
   En este sentido, con el objetivo de facilitar a los profesionales sanitarios la toma de decisiones y mejorar la calidad de los cuidados de los pacientes ancianos con diabetes, las principales sociedades científicas involucradas en el manejo del paciente diabético anciano han elaborado el 'Documento de Consenso en el tratamiento del paciente anciano diabético'.
   Así, el texto elaborado, entre otros, por la Sociedad Española de Medicina Interna o la Sociedad Española de Diabetes, establece protocolos comunes y criterios compartidos que permiten adecuar el abordaje del paciente anciano con diabetes atendiendo a sus peculiaridades así como plantear líneas de investigación comunes.
   Además, el consenso, presentado en el XIX Congreso de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), impulsado por Novartis, recoge una relación de recomendaciones y conclusiones en el tratamiento de la diabetes tipo 2 en el paciente anciano que contemplan las particularidades, la evaluación clínica, el abordaje de las principales complicaciones, los factores de riesgo cardiovascular así como las modificaciones en el estilo de vida.
   En general, los expertos reunidos en el encuentro, celebrado en Santander, han resaltado la importancia de realizar una valoración integral y un abordaje individualizado centrado principalmente en objetivos de calidad de vida.
  "El abordaje del paciente anciano con diabetes debe ser multifactorial, integral, atendiendo a todos los factores de riesgo asociados y a las limitaciones funcionales del anciano", ha señalado el presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) Castilla-La Mancha, el doctor Carlos Miranda.
   El documento también hace referencia al tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular, como el hecho de fumar o de ser hipertenso --el 86,8 por ciento de los hombres y el 90,9 por ciento de las mujeres mayores de 75 años con diabetes lo son--.
   Además, recoge consejos como que el anciano con diabetes no siga dietas muy hipocalóricas, pues incrementan el riesgo de desnutrición y de hipoglucemias. También subraya la importancia de practicar ejercicio físico. "No debemos subestimar la importancia que el ejercicio físico, tanto aeróbico como de resistencia, tiene para la preservación de la funcionalidad en el anciano", ha concluido Huelgas.

Las alteraciones en la función del ADN condicionan la aparición de la diabetes, la obesidad y el cáncer

La epigenética, que estudia los procesos químicos que regulan la función del ADN, es fundamental en la mayoría de los procesos fisiológicos y la aparición de alteraciones en estos mecanismos condiciona la aparición de la diabetes tipo 2, la obesidad y el cáncer.

   Así lo ha asegurado el jefe de la Unidad de Epigenética del Cáncer del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), Mario Fraga, durante su participación en el 54 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) que se está celebrando en Oviedo.
   En dicho encuentro se han dado a conocer resultados sobre alteraciones epigenéticas en tumores de tiroides y cambios epigenéticos asociados con diabetes tipo 2, a raíz de proyectos y estudios coordinados por el doctor Fraga.
   A este respecto, el doctor Fraga explica que los tumores del sistema endocrino se caracterizan por presentar un "gran número de alteraciones epigenéticas" que, sin embargo, y a diferencia de otros tumores, los patrones de estas alteraciones a nivel de genoma completo no se conocen.
   No obstante, en un estudio llevado a cabo durante los dos últimos años en colaboración con la Unidad de Endocrinología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), se ha puesto de manifiesto "que cada subtipo tumoral tiene unos patrones epigenéticos característicos y que los tumores de tiroides más agresivos se caracterizan por unas alteraciones epigenéticas que no habían sido descritas hasta ahora".
   Además del cáncer, también se ha propuesto que las alteraciones epigenéticas pueden estar detrás de otras enfermedades. "Uno de los mejores ejemplos es la diabetes tipo 2", ha explicado Fraga, ya que "diferentes estudios han mostrado que alteraciones en genes que juegan un papel importante en procesos metabólicos pueden estar asociadas con la aparición de la enfermedad".
   En un trabajo en colaboración con el Steno Diabetes Centre de Copenhague (Dinamarca) se analizó a nivel de genoma completo las alteraciones epigenéticas en músculo y grasa de gemelos monocigóticos discordantes para diabetes tipo 2, y se identificaron un gran número de genes que pueden estar implicados en el proceso.
   En mamíferos, el ejemplo mejor conocido es el los ratones agouti, y cuando estos ratones se exponen durante el desarrollo embrionario (a través de su madre) a agentes tóxicos, estos inducen alteraciones epigenéticas que hacen que las crías nazcan con un color diferente y enfermas (desarrollan cáncer y diabetes).
   En humanos, la mayor parte de estos estudios son asociativos y, en este sentido, el doctor Fraga ha destacado un trabajo publicado en 1976 en la revista 'New England Journal of Medicine', que mostraba entonces que hambruna o desnutrición durante el embarazo se asocia con obesidad en la descendencia.
   En palabras de este experto, "éste y otros descubrimientos similares llevaron a plantear lo que se conoce como la hipótesis del fenotipo ahorrador, que propone que el organismo es capaz de prepararse durante el desarrollo embrionario para la vida adulta, de forma que cuando hay restricciones nutricionales durante el embarazo, la descendencia estaría preparada para vivir en ambientes con poco alimento, y si luego la descendencia dispone de suficiente alimento, aparecen los problemas de obesidad".
   Aunque los mecanismos moleculares que median esta adaptación todavía no están claros, se ha propuesto que los factores epigenéticos pueden jugar un papel importante.
   De hecho, Fraga ha explicado que hay trabajos recientes que ya han encontrado cambios epigenéticos asociados a individuos que se gestaron durante las hambrunas posteriores a la segunda guerra mundial o en estaciones con restricciones alimenticias en Gambia".