viernes, 24 de junio de 2011

Localizada una nueva diana terapéutica que podría incidir en la supervivencia al cáncer de pulmón

Un estudio clínico desarrollado por un equipo de investigadores de la Clínica de la Universidad de Navarra y del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) en colaboración con el MD Anderson Cancer Center de Houston ha localizado una nueva diana terapéutica que podría incidir en la supervivencia al cáncer de pulmón, según ha informado un comunicado de la Clínica de la Universidad de Navarra.

   Los resultados de la investigación han revelado que niveles más elevados de la proteína Id1 implican menor supervivencia y podrían condicionar una peor respuesta al tratamiento en pacientes con cáncer de pulmón de tipo adenocarcinoma.
   La investigación, llevada a cabo en una serie de más de 400 pacientes procedentes de la Clínica y del MD Anderson Cancer Center de Houston, se ha realizado con la financiación del Gobierno de Navarra y el apoyo de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) mediante una beca de proyecto y otra de estancia en centro extranjero a los dos autores principales del estudio.
   El trabajo ha sido dirigido por el doctor Ignacio Gil Bazo, especialista del Departamento de Oncología Médica y coordinador del Área de Cáncer de Pulmón de la Clínica Universidad de Navarra, y por el doctor Alfonso Calvo, investigador del CIMA. Además, ha constituido la tesis doctoral del doctor Mariano Ponz, perteneciente al mismo servicio médico de la Clínica.
   Los investigadores decidieron comprobar la implicación de la expresión de dicho gen como factor pronóstico (supervivencia) y predictivo (respuesta al tratamiento) en cáncer de pulmón, ya que hasta la fecha no existían estudios que hubieran analizado estos aspectos.
   En el artículo, publicado en una de las revistas especializadas de mayor impacto en investigaciones sobre cáncer 'Clinical Cancer Research', se afirma que la mayor presencia de la proteína Id1 en el tumor implica una menor supervivencia y peor respuesta al tratamiento.
   Según ha concluido el doctor Gil Bazo, el estudio "ha demostrado por primera vez en el mundo que esta proteína es un factor pronóstico en pacientes con cáncer de pulmón y que su bloqueo podría contribuir a revertir la resistencia a los tratamientos, de forma que estos resultados sólidos hacen pensar en que la proteína puede constituir una buena diana terapéutica en un futuro cercano".
   En la primera parte del estudio, el equipo de investigadores de la Clínica y del CIMA realizó análisis sobre la presencia de esta proteína en los tejidos tumorales de pulmón en una serie clínica. "Observamos que en los pacientes con niveles más elevados de esta proteína la enfermedad progresaba más rápido y vivían menos, independientemente del tratamiento que se les administrase y al margen del estadio de la enfermedad, aspecto que nos resultó de especial interés", ha precisado Bazo. Posteriores análisis divididas en tres series de pacientes corroboraron estas observaciones.
   Finalmente, sometieron a estudio una cuarta serie de pacientes, en este caso, en fase metastásica. "De nuevo comprobamos que en este tipo de pacientes ocurría lo mismo: a niveles más altos de expresión de esta proteína, peor pronóstico", ha apuntado Bazo.
   El siguiente paso del estudio consistió en la selección de una serie de pacientes con cáncer de pulmón y derrame pleural maligno tratados en la Clínica Universidad de Navarra. "Se trataba de pacientes que tuviesen líquido en el pulmón y que ese líquido contuviese células tumorales", ha explicado el oncólogo.
   Esta circunstancia ofrecía la oportunidad de extraer este líquido y poder estudiarlo en el laboratorio, y de este modo, ha añadido el doctor Bazo," pudimos cultivar y hacer crecer las células tumorales en el laboratorio para trabajar con ellas en unas condiciones muy similares a las del propio paciente".
"Así, comprobamos que las células estudiadas en el laboratorio presentaban la misma sensibilidad o resistencia a una determinada terapia, a la que observábamos en el paciente durante el tratamiento", ha añadido el especialista.
   Por último, el equipo de investigadores procedió a alterar los niveles de la proteína Id1, bloqueando o silenciando la expresión de este gen en las células tumorales de los pacientes cultivadas en el laboratorio. "Pudimos observar de esta forma las consecuencias de la expresión de Id1 in vitro. Comprobamos que al bloquear esta proteína, las células tumorales se volvían más sensibles a los tratamientos, tanto de quimioterapia con carboplatino, como de radioterapia", ha apuntado.
   Actualmente, la investigación tiene previsto comprobar si es posible trasladar los resultados obtenidos mediante el bloqueo del Id1 in vitro a un modelo animal in vivo y, finalmente, a los pacientes. "Nuestra sospecha es que si hemos comprobado en el laboratorio que el bloqueo de la proteína Id1 en células tumorales es capaz de revertir la resistencia a los tratamientos y mejorar el pronóstico, podríamos conseguir lo mismo en el paciente", ha apuntado Bazo.
   En la actualidad, el equipo investigador ha iniciado una fase más avanzada del ensayo en un modelo animal para intentar corroborar la posibilidad de bloquear la proteína in vivo, en ratones, paso necesario antes de evaluar cualquier estrategia terapéutica en humanos.

Más pruebas de que la contaminación del aire altera el riesgo cardíaco

Los aumentos diarios de la contaminación del aire parecerían ser un precedente de las internaciones por infartos, según un estudio de Italia publicado en American Journal of Epidemiology. Y, como otros estudios, sugiere que los adultos mayores y las personas con cardiopatías o enfermedades pulmonares serían los más vulnerables.

American Heart Association (AHA) ya recomienda que las personas con enfermedad cardíaca y otros grupos de riesgo (los adultos mayores, los diabéticos y los hipertensos) eviten las calles congestionadas y pasen menos tiempo al aire libre los días con aire de baja calidad.
Las pruebas más sólidas de daño apuntan a las sustancias contaminantes llamadas materia particulada fina, que se libera al aire cuando se queman maderas o combustibles fósiles. De modo que los gases de escape de los automóviles, la calefacción de los hogares y las fuentes industriales, como las plantas de energía, favorecen la contaminación.
Las partículas son suficientemente pequeñas como para llegar al interior de los pulmones al inhalarlas y los investigadores sospechan que causarían infartos en personas vulnerables al inflamar los vasos sanguíneos e irritar los nervios pulmonares.
El equipo del doctor Alessandro Barchielli, del Servicio Regional de Salud, Toscana, analizó datos de 11.450 hospitalizaciones por infarto entre el 2002 y el 2005.
Además, utilizó la información de los monitores locales de la calidad del aire para relacionar cómo esas internaciones coincidían con las variaciones de los niveles de contaminación ambiental.
Los autores hallaron que por cada 10 microgramos más de partículas finas por metro cúbico de aire, las hospitalizaciones por infarto aumentaban un 0,01 por ciento en los 2 días siguientes.
Lo mismo ocurrió cuando el equipo relevó otras dos emisiones contaminantes de los automóviles: el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno.
La relación entre los picos de contaminación y los infartos fue más sólida en los mayores de 75, en las personas con enfisema o bronquitis crónica y en hipertensos.
Los resultados no prueban que la contaminación del aire provoque infartos, pero sí se suman a los de otros estudios que habían hallado la misma relación, según los autores, y coinciden con las recomendaciones de AHA y otras sociedades científicas para las personas con riesgo cardíaco: prestar atención a la calidad del aire y, si es posible, reducir la exposición al aire libre los días con altos niveles de contaminación.
En Estados Unidos, donde los infartos causan 425.000 muertes por año, los medios de comunicación locales suelen informar los índices diarios de calidad del aire.

Crece la enfermedad renal asociada con la diabetes

El daño renal causado por la diabetes creció un 34 por ciento en las dos últimas décadas, publica Journal of the American Medical Association. Eso quiere decir que uno de 7 millones de estadounidenses tienen insuficiencia renal diabética (IRD), a pesar del aumento del uso de medicamentos para controlar el problema.

"Este es un resultado preocupante", dijo la doctora Amy Friedman, directora del Programa de Trasplantes de SUNY Upstate Medical University y que no participó del estudio.
La diabetes es la causa más común de enfermedad renal, que eleva el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca y de morir.
El equipo de University of Washington analizó datos de una encuesta realizada a más de 30.000 adultos en tres períodos: 1988-1994, 1999-2004 y 2005-2008.
La cantidad de diabéticos pasó del 6 por ciento en el primer período al 8 por ciento en el segundo y al 9 por ciento en la última encuesta.
La IRD también creció: del 2,2 por ciento a fines de los 80 y los 90, al 2,8 por ciento a comienzos del 2000 y al 3,3 por ciento recientemente.
"El aumento de la IRD fue directamente proporcional a la prevalencia de la diabetes", dijo el doctor Ian de Boer, autor principal del estudio. En cada grupo encuestado, el 35 por ciento de los diabéticos tenía enfermedad renal.
El aumento de la diabetes explicaría el crecimiento paralelo de la enfermedad renal, aunque el uso de fármacos para proteger los riñones también aumentó en el tiempo.
El número de diabéticos tratados con fármacos para bajar la glucosa pasó del 56 al 75 por ciento, mientras que el de diabéticos tratados con antihipertensivos creció del 11 al 40 por ciento, según el equipo de de Boer.
Una explicación de la falta de avance en la reducción de las tasas de enfermedad renal sería "el sedentarismo o los cambios de los hábitos alimentarios que contrarrestarían los efectos de los fármacos", dijo de Boer.
"También es evidente que, en el tiempo, aumenta la obesidad en la población estudiada", indicó Friedman. En la primera encuesta, los participantes tenían un IMC promedio de 30, mientras que el IMC del último grupo encuestado era de 33 (un IMC superior a 30 indica obesidad).
La doctora Lynda Szczech, presidente de National Kidney Foundation, dijo que el aumento de la tasa de enfermedad renal reflejaría el éxito de las terapias para la diabetes porque cuantas más personas utilizan esos medicamentos, más propensas son a prevenir el avance fatal de la enfermedad renal o cardíaca y a convivir con la enfermedad renal.
Para Friedman, la prevención, especialmente de la obesidad, es lo que mejor permitiría frenar el aumento de la diabetes y el daño renal que produce.
"Debemos implementar un enfoque más saludable de la vida porque limitarnos al uso de medicamentos no está dando el resultado preventivo que esperábamos", dijo Friedman.

Un medicamento logra una mejora sostenida del problema renal

Los diabéticos con enfermedades renales moderadas o graves mostraron una mejora significativa y sostenida en el funcionamiento de los riñones tras 52 semanas de tratamiento con un nuevo medicamento en desarrollo de Laboratorios Abbott, según datos de un ensayo.

El medicamento oral, metil bardoxolona, es el primero que demuestra una mejora en el funcionamiento renal en pacientes con la enfermedad mortal y podría retrasar la necesidad de la cara y poco práctica diálisis renal, dijeron investigadores tras un estudio clínico en una etapa intermedia.
Los tratamientos actuales, que son básicamente medicamentos de control de la presión sanguínea, sólo han logrado reducir el progreso de la enfermedad renal crónica.
"Esto es único en los más de 20 años que llevo tratando pacientes con enfermedades renales crónicas. No existe nada que aumente el funcionamiento de los riñones", dijo el doctor David Warnock.
"La importante mejora que vimos en la variable principal de la semana 24 es persistente y se sostiene durante las 52 semanas de tratamiento", añadió Warnock.
La bardoxolona mostró una mejora renal estadísticamente significativa comparada con los placebos en las tres dosis que se probaron, 150, 75 y 25 miligramos, dijeron los investigadores.
Basándose en los resultados del estudio con 227 pacientes, Abbott y su socio Reata Pharmaceuticals, que descubrieron el medicamento, seleccionaron la dosis de 75 miligramos para un ensayo fundamental de Fase III recién iniciado.
La bardoxolona es el primer medicamento de una nueva clase llamada moduladores inflamatorios antioxidantes que funcionan conteniendo la inflamación, según los investigadores.
Pacientes del ensayo intermedio tenían diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica moderada o grave, definida por una tasa de filtración glomerular (TFG) de 20 a 45. Una persona con un funcionamiento normal de los riñones tiene una TFG, medida común para medir el funcionamiento de los riñones, de 100.
El medicamento de Abbott aumentaba el TFG en casi un 30 por ciento comparado con el placebo y con las otras dos dosis mayores.
Los que recibieron la dosis de 75 miligramos tuvieron una media de mejora de la TFG de 10,5 mientras que los pacientes de 150 miligramos vieron una mejora de la TFG de 9,5.
Un 21 por ciento de los pacientes que tomaron placebo sufrieron una pérdida en el funcionamiento renal (más del 25 por ciento) en el transcurso de las 52 semanas, lo que es típico de la enfermedad progresiva, según los investigadores.

Los científicos se acercan a la creación del páncreas artificial

Investigadores estadounidenses están cerca de desarrollar un "páncreas artificial", un largamente esperado sistema de sensores de glucosa que puede brindar insulina a los diabéticos, imitando la función de un órgano verdadero.

Los dispositivos han estado en desarrollo por más de tres décadas, pero legisladores y defensores del tratamiento de diabéticos están aumentando la presión y esta semana autoridades estadounidenses definieron un marco regulatorio para la versión preliminar del aparato.
Aunque un dispositivo perfecto que lea el nivel de azúcar en sangre y automáticamente administre la dosis correcta de insulina aún está a años de su uso comercial, los resultados presentados esta semana ante la Asociación Estadounidense de Diabetes en San Diego muestran un gran potencial.
En uno de ellos, los investigadores de la Universidad de Boston y el Hospital General de Massachusetts probaron un sistema que usa el monitor continuo de glucosa FreeStyle Navigator de Abbott Laboratories' y dos válvulas de insulina de Insulet Corp , todo controlado por una computadora portátil.
El sistema, diseñado para imitar el mecanismo natural del cuerpo que controla los bajos y altos niveles de azúcar en sangre, era lo suficientemente liviano como para permitir a adultos con diabetes tipo 1 caminar alrededor del hospital y ejercitarse en bicicleta.
Al final de un estudio de 51 horas, que involucró ejercicio diario, dos noches y seis comidas -todas las cuales afectaban los niveles de azúcar en sangre- seis pacientes tenían un nivel de glucosa normal, en el rango de 140, acercándose a una lectura A1c de alrededor de 7.
"Esto es muy bueno. Es lo que llamamos el nivel cercano a glucosa normal en sangre", dijo el doctor Steven Russell, del Hospital General de Massachusetts en Boston, quien ha estado desarrollando el sistema junto a Edward Damiano, un ingeniero biomédico de la Universidad de Boston.
En otro estudio, un equipo de la Clínica Mayo instaló en pacientes dispositivos llamados "acelerómetros", los que detectaban los movimientos y descubrieron que incluso un nivel moderado de ejercicios tenía un rol en la glucosa.
El equipo, liderado por Yogish Kudva incorporará esta información a un sofisticado sistema de sofware que actúa como el "cerebro" de un sistema de páncreas artificial, analizando el azúcar en sangre y calculando cuándo los diabéticos necesitan una dosis de insulina.
El equipo planea comenzar un ensayo clínico con el sistema este año o a inicios del año próximo, dijo Kudva.
Los denominados sistemas de "circuito cerrado" -en los que una computadora calcula la dosis de insulina de una persona y la inyecta automáticamente a través de una válvula- están muy lejos de la versión inicial de un páncreas artificial creado en la década de 1970, dijo el doctor Aaron Kowalski, de la Fundación de Investigación de Diabetes Juvenil, o JDRF.
"El problema es que antes tenía el tamaño de un refrigerador", dijo Kowalski, quien supervisa el Proyecto de Páncreas Artificial del grupo, una iniciativa de miles de millones de dólares destinada a acelerar los progresos para desarrollar un sistema automático de "circuito cerrado".

Forman a especialistas en una técnica pionera en abordar una patología de columna

La Unidad de Neurocirugía del Hospital Universitario de Elche ha realizado una jornada técnico práctica de Cirugía con el objetivo de formar a especialistas de hospitales de Valencia, Alicante y Zaragoza en una técnica pionera de abordaje de la patología de la columna vertebral dorsolumbar por vía extremo lateral, que solo se practica en unos cinco hospitales españoles.

   La técnica es "mínimamente invasiva", lo que presenta "importantes ventajas" para el paciente, según ha informado la Generalitat en un comunicado. Anteriormente, los pacientes con problemas en la región lumbar de la columna eran intervenidos por el abdomen o por la espalda con las complicaciones que ello presentaba.
   Esta cirugía tradicional requería de grandes incisiones, y los músculos o ligamentos, entre otras partes, se separaban temporalmente de la columna vertebral para permitir el acceso a la zona y además se podían producir "grandes pérdidas de sangre". Por otro lado, esta cirugía "no se podía llevar a cabo con determinados pacientes, por ejemplo con los de edad avanzada".
   Por contra, esta nueva intervención por vía lateral, mínimamente invasiva, de la columna vertebral, "se realiza través de pequeñas incisiones y sin ningún daño en la masa muscular, ya que se conservan todas las estructuras".
   Para realizar este tipo de cirugía, se requiere de un equipamiento "complejo" y de un entrenamiento "especializado" por parte de los neurocirujanos, algo con lo que tanto la Unidad como los profesionales del Hospital Universitario de Elche cuentan.
   El doctor Miguel Segura, Jefe de la Unidad de Neurocirugía, ha manifestado que esta técnica "supone una serie de beneficios para el paciente entre los que se encuentran un postoperatorio más leve, la reducción de las molestias y un alta en un máximo de tres días".
   Por otro lado, este nuevo sistema permite "aumentar el rango de edades de los pacientes intervenidos, ya que anteriormente, al utilizar técnicas más agresivas, pacientes de 70 u 80 años con esta patología no podían ser intervenidos, algo que ahora sí se puede hacer sin ningún tipo de problema", ha indicado.
   Por su parte, el doctor Diego Ferrández, adjunto de la Unidad de Neurocirugía, ha explicado que otros beneficios que presenta esta intervención es que el tiempo quirúrgico se "acorta notablemente y además el riesgo de hemorragia es prácticamente nulo".
   Los especialistas de la Unidad de Neurocirugía del Hospital Universitario de Elche llevan más de un año y medio realizando esta técnica de la que ya se han beneficiado entre 10 y 15 pacientes.
   Así, debido a la experiencia en este tipo de intervención que atesoran los neurocirujanos ilicitanos, han celebrado con éxito el curso de Cirugía en vivo 'Fusión intersomática lumbar con abordaje lateral directo'.

Una tesis doctoral alerta sobre el riesgo del consumo temprano de alcohol

Una tesis doctoral presentada en la Universidad de Murcia por Carlos Javier Lázaro Martínez alerta sobre el consumo cada vez más temprano de alcohol por parte de los adolescentes y recomienda la práctica deportiva como forma de combatir esta tendencia cada vez más generalizada. 

   Este trabajo de investigación, que ha obtenido la calificación de sobresaliente cum laude, indica en sus conclusiones que "el consumo de alcohol se ha mostrado como uno de los hábitos nocivos para la salud que son más preocupantes en la etapa adolescente, ocupando un papel preponderante en los hábitos sociales de ocio propios de esta etapa madurativa".
   "Prueba de esta circunstancia -añaden las conclusiones- son los elevados porcentajes de consumo habitual y la temprana edad de inicio en la adquisición de este hábito tanto en varones como en mujeres".
   La investigación ha permitido confirmar que "los niveles de condición física relacionada con la salud de los jóvenes suponen uno de los factores que mayor importancia poseen como elemento disuasorio del consumo de alcohol".
   La tesis doctoral es concluyente al señalar que "los adolescentes que realizan una actividad físico-deportiva consumen, de forma significativa, menos bebidas alcohólicas que aquellos que no la realizan".
   Para la realización de este trabajo científico su autor analizó una muestra formada por 533 estudiantes de Educación Secundaria y Bachillerato de las cinco comarcas de la Región de Murcia.
   El estudio fue dirigido por María Cristina Sánchez, Pedro Ángel López y Pedro Luis Rodríguez, según han informado fuentes de la institución docente.