sábado, 27 de octubre de 2012

Tomar probióticos durante embarazo reduce el riesgo de eccemas en el bebé

Investigadores del Turku University Central Hospital, en Finlandia, han descubierto que los bebés cuyas madres tomaron probióticos durante el embarazo y la lactancia tienen menos probabilidades de padecer un eccema o erupción cutánea que causa picor.

   Según informa en su último número el 'Journal of Allergy and Clinical Immunology', esto puede deberse a que los probióticos --que ayudan a equilibrar las poblaciones de bacterias en el intestino y prevenir las cepas causantes de enfermedades-- pueden influir en los bebés "a través de las células inmunes que atraviesan la placenta y después se pasan a la leche materna".
    Para el estudio, el investigador Samuli Rautava y su equipo seleccionaron a 241 mujeres embarazadas a tomar dos combinaciones diferentes de probióticos, administradas como un polvo mezclado con agua una vez al día, o un polvo de placebo libre de bacterias.
   Todas las futuras madres presentaban antecedentes alérgicos, por lo que sus bebés tenían un mayor riesgo de tener eccemas y otras reacciones alérgicas.
   Las mujeres tomaron su probiótico asignado durante los dos últimos meses del embarazo y los dos primeros meses de la lactancia materna. Los investigadores analizaron la salud de sus bebés durante dos años para ver cuantas erupciones desarrollaron.
   Al final del estudio, el 71 por ciento de los bebés en el grupo placebo habían tenido por lo menos una vez eccema, comparado con el 29 por ciento de los bebés cuyas madres tomaron cualquiera de las combinaciones de probióticos.
   El eccema crónico se diagnosticó en un 26 por ciento de los niños tratados con placebo, en comparación con el 10 y 6 por ciento respectivamente en los dos grupos de probióticos.
   Sin embargo, a los dos años, no hubo diferencias en la sensibilidad de los niños para una variedad de alergenos, como la leche, el trigo, la soja y los perros y la caspa de gato, en función de si sus madres habían tomado o no los suplementos
   "El estudio en realidad muestra una reducción en el eccema de los probióticos, que es una intervención simple y fácil para las madres", según ha apuntado Ruchi Gupta, investigador de la Northwestern University Feinberg School of Medicine.
   Rautava y sus colegas no encontraron ninguna evidencia de probióticos relacionados con los efectos secundarios, y aunque ha habido informes de infecciones atribuidas a los probióticos en los bebés, dando a los suplementos a las madres en su lugar se puede reducir ese riesgo.

Desarrollan un método para crear células iPS de forma eficiente

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, han ideado una manera eficiente y segura para crear células madre pluripotentes inducidas, o células iPS, usando sólo las proteínas que codifican los genes. Aunque no es la primera vez que se prueba este tipo de enfoque, el éxito sin precedentes del estudio de los investigadores publicado en 'Cell' se debe a un descubrimiento inesperado: el virus usado en el método original no solo se encarga de la entrega de genes.

   Conseguir que una célula de la piel se convierta en una célula madre pluripontente es una hazaña tan notable que fue honrada a principios de este mes con el Premio Nobel de Medicina. El doctor Shinya Yamanaka mostró que, al añadir tan sólo cuatro genes a la célula de la piel, mediante un virus, dicha célula se convertía en pluripotente. Sin embargo, los investigadores han sido cautelosos acerca de la promoción de los posibles usos terapéuticos de estas células, ya que la inserción de los genes podría hacer que las células se volviesen cancerosas.
   Según John Cooke, profesor de Medicina en Stanford, "ahora sabemos que el virus hace que la célula pierda cromatina, permitiendo así que el ADN pueda volver al estado pluripotente".
Las células iPS, que no requieren de embriones humanos ofrecen una alternativa a algunos de los problemas éticos asociados con la investigación con células madre - las iPS se crean a partir de células adultas que ya han asumido una función especializada en el cuerpo.
Hasta el descubrimiento de Yamanaka, se pensaba que estas células no podían volver a convertirse en la célula madre pluripotente de la que proceden. Sin embargo, Yamanaka demostró que estas células altamente especializadas poseen un desarrollo más flexible de lo que se creía. En presencia de sólo cuatro genes, las células pueden asumir las características de las células madre embrionarias y, bajo las condiciones adecuadas, pueden convertirse en casi cualquier tipo de célula.
   Ahora, la investigación de Cooke ha identificado un componente importante para explicar cómo ocurre esta transformación. "Observamos que cuando una célula está expuesta a un patógeno, cambia para adaptarse o defenderse", explica Cooke, quien añade que "parte de esta inmunidad innata incluye aumentar el acceso a su ADN, lo cual permite a la célula alcanzar su caja de herramientas genética, y tomar lo que necesita para sobrevivir. Además, este acceso también permite que las proteínas que inducen la pluripotencia modifiquen el ADN".
   Debido a que las células activan una respuesta inmune similar a la inflamación, en presencia del material genético viral, los investigadores calificaron el proceso de 'transflamación'. Este descubrimiento podría allanar el camino para el uso de células iPS en los seres humanos, y arrojar luz sobre los mecanismos biológicos por los cuales se produce la pluripotencia.

¿Hay demasiada esperanza en la quimio? pregunta un estudio

Al menos dos terceras partes de los enfermos de cáncer en fase avanzada creían que la quimioterapia que estaban recibiendo podría curarles, aunque solo se les estaba dando el tratamiento para conseguirles tiempo o para que estuvieran más cómodos, según un estudio estadounidense.

Investigadores de la publicación New England Journal of Medicine hallaron que el 69 por ciento de los pacientes enfermos terminales con cáncer de pulmón y el 81 por ciento con cáncer colorrectal mortal no entendían que no era probable en absoluto que la quimioterapia eliminase sus tumores.
"Sus expectativas estaban completamente alejadas de la realidad", dijo la investigadora principal, Deborah Schrag, de la Institución para el Cáncer Dana-Farber, en Boston.
Irónicamente, los pacientes que mejor hablaron de la capacidad de sus médicos de comunicarse con ellos fueron los que entendían menos el objetivo de su quimioterapia que los pacientes que tenían una opinión menos favorable de sus médicos.
"Esto no se trata de médicos malos y no se trata de personas no inteligentes", dijo Schrag. "Esta es una dinámica compleja de comunicación. Es difícil hablar con la gente y decirles que no podemos curar su cáncer".
La investigadora añadió que a los médicos no les gusta tener que dar malas noticias y que a los pacientes no les gusta oírlas.
El estudio se basó en entrevistas con 1.193 pacientes diagnosticados con un cáncer que se había extendido. Todos estaban recibiendo quimioterapia.
"El hecho de que entre 20 y 30 por ciento de los encuestados admitieran que la quimioterapia no era probable que fuera a curarles muestra que al menos algunos pacientes podían aceptar esta realidad y admitirlo en una entrevista", escribieron los investigadores en The New England Journal of Medicine.
Los resultados se deben probablemente, en varios grados, a que a los pacientes no se les dice que su enfermedad es incurable, que no se les dice en un modo que puedan entenderlo, que escogen no creer el mensaje o que son demasiado optimistas, escribieron Thomas Smith y Dan Longo, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
"Si los pacientes tienen expectativas no realistas de cura por una terapia que se administra con una intención paliativa, tenemos un problema grave de mala comunicación que necesitamos afrontar", agregaron en un comentario al estudio.
Muchos pacientes creen que van a poder con la estadística.
"¿Qué se supone que tienes que hacer? Ponerte ante alguien que tiene una enfermedad avanzada y discutir con ellos? Eso no es productivo", afirmó Hossein Borghaei, oncólogo del Centro de Cáncer Fox Chase en Filadelfia. "Pero lo oigo todo el rato, sobre todo de los pacientes más jóvenes".
Schrag dijo que es un recordatorio para que los médicos paren y se den cuenta de lo difícil que es este asunto.
"Admitir que no es una conversación, sino normalmente varias conversaciones para ver si lo han entendido y cómo actúan ante ellos", añadió.

La crisis económica, un detonante más del suicidio

La crisis económica mina la salud mental de los ciudadanos, quienes cada vez en más número se enfrentan a despidos o desahucios, que pueden ser el desencadenante en casos muy extremos de suicidios, aunque, según los expertos, a la decisión de acabar con la propia vida contribuyen varios factores.

En esta última semana un hombre de 53 años se suicidó horas antes de que fuera desahuciado de su vivienda en Granada, suceso que ocurrió el pasado jueves y al día siguiente, ayer, otro, de 50 años, se tiró desde el balcón de su piso, en Burjassot en las mismas circunstancias.
En países como Italia y Grecia, donde la crisis ha golpeado también con especial dureza, se han registrado casos similares a los ocurridos la semana pasada e incluso han incrementado sus tasas de suicidio.
El sociólogo Juan Carlos Pérez, autor del libro "La mirada del suicida", asegura que parece "evidente" que la crisis está pasando factura, pero insiste en que aunque "es muy fácil" simplificar y señalarla como único motivo del suicidio, éste responde a "una constelación de causas".
"Un desahucio es un factor más pero no es el único, puede ser quizá el que desencadena el paso a la acción que supone el suicidio, pero es muy complejo", considera Pérez, quien apunta que en España entre nueve y diez personas acaban con su vida cada día.
Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), 3.158 personas se suicidaron en España en 2010.
En la inmensa mayoría de los casos, argumenta Pérez, hay patologías mentales previas, tales como la depresión, y con el aislamiento y la soledad como circunstancias compartidas.
De la misma opinión es el jefe de psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Jerónimo Saiz, quien afirma que la crisis económica "es una verdadera amenaza" para la salud mental de los ciudadanos.
"Evidentemente, el perder el puesto de trabajo o la vivienda son un desencadenante, como las rupturas sentimentales o la muerte de un ser querido, pero no hay que olvidar que en el suicidio una parte mayoritaria de las personas tienen una enfermedad psiquiátrica", explica Saiz, quien además es catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Alcalá de Henares.
Opina que la persona que está pensando en poner fin a su vida y es impulsiva puede hacer que se apresure a tomar la decisión por el hecho de leer una noticia sobre el suicidio de una persona que se encontraba en una situación similar.
Por su parte, Pérez estima que "es muy difícil" saber si se produce en realidad este "efecto llamada" pero en lo que sí se muestra seguro es en que hay más atención por parte de los medios de comunicación cuando hay un suicidio en circunstancias como las de la pasada semana en Granada y Valencia.
Desde que comenzó la crisis, especialmente en los últimos dos años, los desahucios han sido objeto de debate tanto entre los partidos políticos y el Gobierno como la ciudadanía por el impacto que tiene entre los afectados.
De hecho, a raíz del suicidio de Granada, la oposición ha reclamado varias iniciativas.
El PSOE ha propuesto que las familias desahuciadas que tengan que llegar a la dación en pago puedan permanecer en sus casas dos años más, mientras que IU ha solicitado la comparecencia del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón para que explique qué medidas promoverá el Gobierno para modificar la ley de desahucios.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) recogió a principios de octubre en un informe sobre el impacto de la crisis que los desahucios han subido un 13,4 por ciento con respecto a 2011 y según la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que cita cifras del órgano de gobierno de los jueces, en el primer trimestre del año ha habido 46.559 desalojos, es decir, 517 al día.
Para ayudar a la gente que se encuentra en una situación extrema, tanto Saiz como Pérez ponen de manifiesto la importancia de que la familia, los amigos y los compañeros de trabajo contribuyan a que vean la vida de forma positiva.
"Hay una manera muy clara de ayudar y es hablar con la persona, ese es el comienzo", subraya el sociólogo, quien considera que con las actuales circunstancias económicas se necesita "más apoyo social" en términos materiales pero "también afectivos".

El abandono del tabaco puede prolongar la vida diez años en mujeres

El abandono del tabaco puede prolongar la vida de las mujeres en 10 años, según una investigación basada en los resultados del Million Women Study y publicada en 'The Lancet'.

   En el estudio participaron 1,3 millones de mujeres, reclutadas entre 1996 y 2001, con edades de entre 50 y 65 años. Las participantes completaron un cuestionario sobre estilo de vida, factores médicos y sociales. Los investigadores eran informados cuando una participante fallecía, y de la causa de la muerte. Las mujeres fueron seguidas durante un promedio de doce años, durante ese período, 66.000 participantes del estudio murieron.
   En un principio, el 20% de las participantes del estudio eran fumadoras, el 28% exfumadoras y el 52% nunca había fumado. Las que eran aun fumadoras en la segunda encuesta, a los 3 años, tenían casi tres veces más de probabilidades de morir que las no fumadoras, en los siguiente 9 años.
   Así, dos terceras partes de todas las muertes de fumadoras en sus 50, 60 o 70 años son causadas por el tabaquismo, y están relacionadas con enfermedades como el cáncer de pulmón, la enfermedad pulmonar crónica, enfermedades del corazón o un derrame cerebral. Los riesgos aumentaban considerablemente con la cantidad fumada, aunque incluso para aquellas que fumaban tan solo 1 cigarrillos al día, al inicio del estudio, las tasas de mortalidad fueron el doble de las de las no fumadoras.
   Las fumadoras que dejaron de fumar alrededor de los 30 años de edad evitaron en un 97% el riesgo de muerte prematura, y aunque el riesgo continuó siendo excesivo durante décadas entre aquellas que fumaron hasta los 40 años, el mayor riesgo recayó entre las que siguieron fumando después de los 40 años de edad.
   Según el coautor Sir Richard Peto, de la Universidad de Oxford, "tanto los hombres como las mujeres que dejan de fumar antes de llegar a la mediana edad ganan un extra de diez años de vida. Tanto en el Reino Unido como en los EE.UU., las mujeres nacidas alrededor de 1940 fueron la primera generación que comenzó a fumar un número considerable de cigarrillos a lo largo de la vida adulta. Por lo tanto, sólo en el siglo XXI se pueden observar directamente todos los efectos del tabaquismo prolongado sobre la mortalidad prematura entre las mujeres.