viernes, 12 de mayo de 2017

Fibromialgia, el dolor invisible


MADRID.- La fibromialgia es una enfermedad de gran prevalencia en todo el mundo y que se caracteriza por dolor crónico difuso así como un conjunto de síntomas similares a los presentados por las enfermedades mitocondriales como intolerancia al ejercicio, fatiga, miopatía y disfunción mitocondrial.

Se trata de una enfermedad que afecta fundamentalmente a mujeres y que se caracteriza por dolor generalizado, incapacitante y crónico (durante todo el día y para toda la vida), junto con la demostración en la exploración física de unos puntos previamente definidos en los que la presión moderada desencadena dolor; estos puntos se conocen como puntos sensibles de la fibromialgia.
El dolor crónico generalizado e incapacitante que padecen los enfermos, junto a la presencia de insomnio, que en ocasiones es grave, más la conjunción florida de otras muchas alteraciones en distintos órganos y sistemas, condiciona el que estos pacientes sean vistas por múltiples especialistas médicos y sometidas a múltiples e inútiles pruebas complementarias en las que no se encuentra nada. Esto hace que, con frecuencia, estos pacientes sean etiquetados de somatizadores, ansiosos, depresivos o locos y condiciona que ellos se sientan incormprendidos y presenten un estado de frustración permanente que agrava el estado de depresión/ansiedad reactiva que produce toda enfermedad grave incapacitante.

Síntomas de la fibromialgia

La dolencia se caracteriza por un dolor músculo-esquelético generalizado y una hipersensibilidad en múltiples puntos del cuerpo, que hace que cualquier contacto físico o cambio de temperatura pueda provocar dolor, aunque no exista un daño aparente.
El 70% de los pacientes con fibromialgia refiere sentir fatiga en mayor o menor medida y un 30% de los enfermos padece el síndrome de fatiga crónica. El síndrome de fatiga crónica está también presente en trastornos como la depresión o los trastornos distímicos y rara vez se deriva de problemas endocrinos u otras enfermedades, desafortunadamente en algunos pacientes no es posible detectar la causa.
En cuanto a las alteraciones psicológicas que sufren los pacientes con fibromialgia, también existe una amplia variabilidad. Entre un 30% y un 40% no tiene ninguna psicopatología y en un 30% de los enfermos se presenta una alteración secundaria como consecuencia de la enfermedad.
Además, entre un 18 y un 20% de los enfermos ha sufrido o sufre un episodio de depresión mayor o trastorno de ansiedad después del diagnóstico o previamente a éste.
Junto al principal síntoma, el dolor, la fibromialgia se acompaña de un número importante de trastornos complejos, entre los que se encuentra la cefalea, vejiga irritable, alteraciones digestivas funcionales, dismenorrea (menstruación dolorosa), parestesias, intolerancia a los cambios térmicos, intolerancia al ejercicio, debilidad muscular, cansancio persistente, rigidez, fatiga prolongada tras el ejercicio leve o moderado y sueño no reparador.
Este conjunto de problemas condicionan, en la mayoría de las mujeres portadoras de esta enfermedad, una alteración funcional grave.

Tratamiento para la fibromialgia

La fibromialgia requiere un tratamiento multidisciplinar, tendente a evitar el estrés, facilitar la realización de ejercicio diario, adoptar hábitos de higiene del sueño y conseguir la aceptación de la enfermedad a través de técnicas de psicología positiva, así como un tratamiento específico para el dolor y la fatiga.

Además, existe trambién un tratamiento farmacológico. Aunque hoy por hoy no existe una medicación específica para combatir esta enfermedad, el tratamiento más frecuente consiste en la combinación de distintos fármacos ya conocidos para otras enfermedades en dosis más bajas a las habituales.
La medicación suele basarse en una asociación de tricíclicos (en dosis más bajas que para la depresión), analgésicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, ansiolíticos y relajantes musculares, entre otros. En cualquier caso, tendrá que ser el médico quien determine cuál puede ser la mejor medicación para cada paciente.

Pronóstico de la fibromialgia

Se trata de una enfermedad de carácter crónico, directamente relacionada con el grado de estrés que sufre la paciente.


Causas de la fibromialgia

Hoy por hoy, las causas de la fibromialgia siguen siendo desconocidas. Pese a ello, sí que se conoce que ciertas alteraciones fisiólogicas y psicológicas están relacionadas con la aparición de la enfermedad.

Hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa aparente y en otras comienza después de procesos identificables, como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil, una separación matrimonial o divorcio, problemas con los hijos...
En otros casos, la fibromialgia aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc). Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.
Además, investigadores de la Universidad de Sevilla han descrito mutaciones en el ADN mitocondrial en algunos pacientes diagnosticados de fibromialgia que podrían ser responsables de que la enfermedad sea hereditaria en algunas familias.

¿Cómo prevenir la fibromialgia?

Puesto que sus causas siguen siendo desconocidas, no existen unas pautas concretas de prevención.