jueves, 21 de enero de 2021

El 80% por ciento de los españoles mantendrá la mascarilla tras la pandemia


 MADRID.- La llegada del Covid-19 ha provocado cambios en los hábitos de autocuidado de los españoles que perdurarán una vez superada la pandemia y ha generado que las consultas de prevención y cuidados a los diversos profesionales sanitarios y sociosanitarios desciendan. Así se desprende del primer barómetro de autocuidado de la Asociación para el Autocuidado de la sSalud (Anefp) que ha estudiado la evolución de los hábitos en la época del coronavirus.

De entre los más de 5.000 encuestados entre los meses de noviembre y diciembre, la medida más acogida ha sido el uso de la mascarilla, especialmente en el transporte público y en el trabajo, donde un 92,9 por ciento y un 84,7 por ciento, respectivamente, afirman darle mucha importancia a su uso. Mientras que en las reuniones familiares (61,4 por ciento) y las reuniones con amigos (69,6 por ciento) es donde más se relaja su uso.

Además, casi el 80 por ciento de los españoles afirma que mantendrá a futuro el uso de productos de autocuidado como geles desinfectantes o mascarillas. De hecho, sobre la adquisición de estos productos, un 82,4 por ciento de los españoles han seguido comprando presencialmente en farmacias medicamentos y productos de autocuidado, mientras que la tendencia en farmacias online ha aumentado un 22 por ciento.

En cuanto a las actividades de salud que se han dejado de realizar por mor de la pandemia, las consultas al fisioterapeuta han dejado de realizarse por el 22,7 por ciento de los encuestados. Seguidas por las visitas al psicólogo (21,4 por ciento) y al dentista (15,5 por ciento). 

Otra de las actividades de prevención y cuidado que han bajado considerablemente son las revisiones médicas, un 15,8 por ciento afirma que ha dejado de acudir a causa de la pandemia. Un hecho que se ha producido especialmente entre los mayores de 65 años (17,4 por ciento) y los adultos de adulto de 35 a 49 años (16,6). “Por miedo al Covid han dejado de asistir. Este es un elemento que desde el ámbito de Salud Pública hay que tener cuidado”, señala Jaume Pey, director general de Anefp.

A pesar del descenso, el 64,2 por ciento ha mantenido el hábito de realizar revisiones médicas, especialmente los mayores de 65 años (71,8 por ciento). Y es que como destaca el estudio, a medida que avanza la edad se mantiene más estable este habito de revisiones médicas habituales. En cambio, cuanto menor es la edad, resulta más habitual no acudir a estas revisiones, ni antes ni ahora.

Los sanitarios han tenido y tienen un papel protagonista en la pandemia del Covid-19. Un reflejo de ello es que dos de cada tres encuestados ha tenido algún contacto con profesionales médicos durante la pandemia, es decir, el 65 por ciento de la población.

Las más comunes de estas acciones han sido los contactos con profesionales sanitarios a través de telemedicina o las consultas telefónicas a farmacia (43,5 por ciento). Mientras que el segundo factor más común ha sido la realización de pruebas diagnósticas para para la detención del Covid-19, de las cuales un 29,8 por ciento han sido PCR y un 17,4 por ciento serológicas. Además, un 16,9 por ciento ha realizado consultas presenciales en la farmacia sobre medicamentos o productos de autocuidado.

Estas labores de los sanitarios son las mejor valoradas por la población. Un 78 por ciento cree que su papel ha sido muy positivo para combatir la pandemia. Esta opinión positiva es mayor en las poblaciones de mayor tamaño y, sobre todo, a medida que avanza la edad de las personas. Otro 30 por ciento también valora muy positivamente la labor de la industria farmacéutica y de autocuidado, ya que en ningún momento se ha producido un desabastecimiento. De cara al futuro, el 68 por ciento los encuestados creen que la higiene de manos es el hábito que quedará más instaurado una vez pasada la pandemia. Aunque no será la única nueva práctica que ha permeado entre la población.

Otros aspectos como optar por espacios abiertos (35 por ciento), la desinfección de objetos y ventilación de espacios cerrados (34,1 por ciento), el uso de mascarillas ante enfermedades infecciosas (33,7 por ciento) o adoptar hábitos saludables como el descanso y la actividad física (33,5 por ciento) también los mantendrá una buena parte de la población.

Además, un 81,6 por ciento de los ciudadanos han incorporado y mantendrán una alimentación sana, seguido de un 45,5 por ciento que seguirá haciendo ejercicio físico en casa.

La vitamina D, señalada como inhibidor de la tormenta de citoquinas

 MADRID.- Varios estudios españoles de prevalencia han evidenciado que más del 50 por ciento de la población en España tiene carencia de vitamina D. Este problema se ha observado en algunas investigaciones de determinados colectivos, como por ejemplo en el 80 por ciento de los ancianos, el 62 por ciento de un grupo de embarazadas y el 61 por ciento de un grupo de estudiantes de medicina de Las Palmas de Gran Canaria, según publica Redacción Médica.


Se habla de una cierta paradoja, dado que en países escandinavos donde los niveles de esta vitamina comparados con España son iguales o más bajos. “Esto se puede deber al poco consumo de alimentos fortificados con vitamina D y tener la piel más oscura”, indica el doctor Juan Carlos Percovich, endocrino de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional de Madrid. Según este experto, su déficit puede causar raquitismo en los niños (poco frecuente en España) y osteomalacia y osteoporosis en los adultos. Aunque también puede tener repercusión fuera de la salud ósea.

La vitamina D es una prohormona que termina de crearse en la piel bajo la influencia de la luz solar. “Es así como el 7-dehidrocolesterol epidérmico (enzima que cataliza la producción de colesterol), se convierte en colecalciferol (o vitamina D3, es una forma de vitamina D), que a través de las proteínas trasportadoras llega al hígado y se transforma finalmente en una verdadera hormona activa tras la acción de la 1-Alpha-hidroxilasa del riñón”, explica Percovich. 


Existen otras células aparte de las renales que contienen 1-α-hidroxilasa y pueden producir vitamina D activa. Entre ellas están dos tipos de células implicadas en la defensa: las dendríticas y los macrófagos. Ambas actúan en el sistema inmune.

Tal y como explica el doctor Percovich, la vitamina D estimula a la inmunidad innata a través de las células del sistema inmunitario (los macrófagos). Éstas detectan a los microbios y, mediante una serie de procesos, activan a la 1-Alpha-hidroxilasa produciendo vitamina activa que ingresa a su núcleo. “A partir de ahí se liberan diferentes moléculas (péptidos) contra los microbios. Las primeras son las Beta-defensinas que liberan interleucinas o proteínas segregadas que actúan como moléculas mensajeras en la comunicación celular, y otras células proinflamatorias, que contribuyen a la destrucción de los virus y bacterias”.

Las segundas son las células dendríticas, también reguladas por la vitamina D, este tipo de células producidas en la médula ósea y que se encuentran en la sangre, piel y en el tracto digestivo y respiratorio, “actúan disminuyendo diferentes células proinflamatorias, pero no es que bajen nuestros mecanismos protectores, sino que regula el exceso de los mismos, dado que toda respuesta inflamatoria e inmune necesita ser controlada y dirigida al microorganismo que nos está causando daño. Si esto no es así, puede generar una tormenta de citoquinas, que puede resultar perjudicial para el individuo, de ahí la importancia de los nuevos estudios sobre la vitamina D”, subraya Juan Carlos Percovich.

En noviembre del 2020 el doctor Joliffe ha publicado en el International Journal of Molecular Medicine un metanálisis con 46.331 pacientes, en el que se relaciona cierta protección contra infecciones respiratorias agudas con una suplementación de vitamina D. Otros especialistas en la materia como el doctor Yi Xu explica en un artículo publicado recientemente en Nutrients, que la vitamina D podría actuar como un inmunosupresor inhibiendo el síndrome de liberación de citoquinas en Covid-19, que son en parte una de las causas del síndrome de dificultad respiratoria aguda de este tipo de infección.

Asimismo, en diciembre del 2020, el doctor Bijesh George del Centro Rajiv Gandhi y dos prestigiosas universidades estadounidenses han encontrado que en pacientes con Covid-19 los niveles del receptor de la vitamina D en las células del lavado bronquioalveolar pulmonar estaban reducidos y que la regulación de diferentes genes por parte de la vitamina estaba alterada. “Todo esto ha hecho que muchos científicos como el doctor Mc Cartney de la Universidad de Dublín se inclinen por recomendar optimizar los niveles de vitamina D en diferentes grupos de riesgo en espera de nuevos estudios”, indica el doctor Percovich.


En España, se está evaluando un primer estudio sobre la eficacia de la administración de colecalficerol (vitamina D3) a altas dosis en pacientes con neumonía por Covid-19. “Cada vez hay más evidencia del papel de la vitamina D como reguladora del sistema inmune”, subraya Percovich.

Por otro lado, continua este especialista -, el tener una vitamina D en niveles adecuados ha demostrado muchas ventajas. “Disminuye las reagudizaciones en pacientes con asma y EPOC, reduce los marcadores de inflamación en pacientes con diabetes y protege el sistema cardiovascular. Además, influye positivamente en algunos tipos de cánceres y al encontrarse sus receptores en casi todas las células del sistema inmune, se hipotetiza sobre el papel preventivo en las enfermedades autoinmunes”.

El doctor Percovich recomienda que, si la vitamina D ha sido solicitada por el médico, se debe trazar una estrategia para que no vuelva a descender, inicialmente y de forma frecuente en medicamento y ya que la fuente principal de vitamina D (90 por ciento) es la exposición solar, el experto aconseja que se tomen unos veinte minutos al día, pero sin olvidar el consumo de alimentos adecuados y, en muchas ocasiones, tener que dejar vitamina D de mantenimiento.