Un equipo de expertos de la universidad inglesa de Sheffield ha
desarrollado una terapia basada en la aplicación de células madre para
tratar la sordera, que abre las puertas a futuros tratamientos de la enfermedad, según un estudio publicado en la revista "Nature".
El
experimento representa un "adelanto importante" en el mundo de la
investigación, pues supone la "demostración conceptual de que las
células embrionarias pueden ser empleadas para reparar un oído dañado", según explicó el argentino Marcelo Rivolta, el responsable del estudio.
El
grupo de expertos "instruyó" a las células madre embrionarias humanas
-un estadio muy temprano en el que la célula aún no ha decidido qué
tejido va a producir- a generar, primero, células progenitoras del oído
y, posteriormente, células sensoriales ciliadas y neuronas.
Para
ello, los investigadores desarrollaron un método con el que
consiguieron inducir a las células madre embrionarias humanas -con
capacidad para diferenciarse en muchos tipos de células- a convertirse
en células óticas.
Ese
primer hallazgo del estudio es, según Rivolta, "muy positivo" pues
permite tener "una fuente prácticamente inagotable para producir células
del oído a demanda".
En
segundo lugar, este experto, que cursó estudios en la Universidad
Nacional de Córdoba, y sus colegas, quisieron comprobar si esas células
del oído funcionarían una vez trasplantadas en un animal hipoacúsico
(con insuficiencias auditivas).
Para
ello, los científicos experimentaron con un gerbo (roedor), al ser "un
buen modelo de audición, por ser más parecido al humano que, por
ejemplo, el ratón".
Cuando
los investigadores, que se concentraron en "reparar el nervio auditivo"
del roedor, trasplantaron células progenitoras en gerbos que tenían
lesionado ese nervio, las nuevas células reemplazaron a las neuronas
perdidas, "se reconectaron y mostraron una recuperación funcional
significativa".
El
estudio subraya que esa habilidad para restaurar la funcionalidad
neuronal auditora podría abrir las puertas a un futuro tratamiento
basado en células para tratar algunas formas de sordera.
Rivolta
y sus colegas consideran, además, que su técnica podría tener un
potencial terapéutico en un amplio número de pacientes si se emplea en
combinación con los implantes cocleares (productos de alta tecnología
que ayudan a restablecer la audición de personas con problemas de
sordera).