sábado, 5 de julio de 2014

Los tumores remodelan su entorno para crecer

SAN FRANCISCO.- Un equipo de científicos del Instituto Burnham de Investigaciones Médicas Sanford (Sanford-Burnham), en La Jolla, California, Estados Unidos, ha detectado que la pérdida de una proteína llamada p62 en las células y el tejido que rodea a un tumor puede mejorar el crecimiento y la progresión del mismo.

   El estudio, cuyos resultados se publican en la edición de esta semana de la revista 'Cancer Cell' sugiere que las terapias dirigidas al microambiente tumoral pueden ser tan importantes como la orientación del propio tumor.  La investigación contribuyen al creciente reconocimiento de que las células y los tejidos que rodean un tumor, el estroma, son una parte integral del inicio del cáncer, el crecimiento y la expansión.
   "Nuestro estudio revela un mecanismo preciso que las células del estroma utilizan para fomentar el proceso tumoral de las células de cáncer epitelial", resume Jorge Moscat, director del Programa de Redes de Muerte Celular y Supervivencia de Sanford-Burnham. "Hemos demostrado que en el estroma, p62 actúa como un supresor tumoral antiinflamatorio, controlando el ambiente inflamatorio y las señales que promueven el cáncer. Ante la ausencia de p62, los tumores crecen más grandes y están más inclinados a hacer metástasis", añade.
   Anteriormente, Moscat y sus colegas demostraron que la activación de p62 en el cáncer de próstata y de las células epiteliales de pulmón tuvo efectos de promoción de los tumores. Los cánceres de las células epiteliales se denominan carcinomas y, aproximadamente, el 85 por ciento de todos los cánceres son carcinomas.
   En el estudio actual, el equipo estudió los efectos de p62 en el tejido adyacente al tumor y descubrió que tenía efectos contrarios. "Estas son observaciones muy significativas ya que p62 activa otra proteína llamada mTOR, que es un objetivo biológico de muchos ensayos clínicos en curso en el cáncer en este momento", señala María Díaz-Meco, profesora en Sanford-Burnham y coautora del estudio.
   "Potencialmente, esto significa que las estrategias terapéuticas dirigidas a reducir p62 en un organismo y la inhibición de mTOR en las células que rodean el tumor pueden realmente beneficiar al tumor, al desactivarse las fuciones que suprimen el tumor. También puede explicar por qué las terapias dirigidas a bloquear mTOR están mostrando una eficacia clínica limitada", subraya Díaz-Meco.
   La sugerencia inicial de que p62 en el estroma influye en el crecimiento del tumor proviene de analizar más de 200 tumores de próstata humanos con puntuaciones de Gleason, un sistema de clasificación del diagnóstico de cáncer de próstata, que van de 2 a 10.
   En concreto, Gleason es una asignación numérica dada a los tumores de próstata basándose en la patología, con las puntuaciones más altas (10 máximo) que indica que el cáncer es muy probable que se propague. El equipo de investigación encontró que los niveles de p62 en el estroma fueron significativamente más bajos en las muestras con las más altas puntuaciones de Gleason, lo que sugiere un papel protector de p62.
   Para entender cómo funciona el p62, el equipo de investigación introdujo células cancerosas de la próstata y analizó la formación de tumores en ratones normales y ratones genéticamente modificados para carecer de p62. Los ratones sin p62, tenía tumores de próstata más grandes en comparación con los roedores normales, apoyando la noción de que la ausencia de p62 en un organismo promueve el crecimiento del cáncer.
   Los investigadores demostraron también que estos animales a los que se les retiró p62 tenían mayores niveles de IL-6, una citoquina proinflamatoria (una molécula de señalización), que aumenta la proliferación de células tumorales e inhibe la muerte celular. Los eventos genéticos que relacionan el agotamiento de p62 al aumento de los niveles de IL-6 en ratones se reflejan en los seres humanos.
   "Nuestras observaciones apoyan un enfoque más integral para el tratamiento del cáncer, uno que se basa en la comprensión de las comunicaciones entre un tumor y su entorno", agrega Moscat. "Es concebible que los tratamientos que inhiben las señales inflamatorias promotoras de tumores asociados a objetivos específicos puedan mejorar los resultados del cáncer", concluye.

Joan Massagué cree que en cinco años un análisis de sangre podrá detectar el cáncer

SANTANDER.- El científico español Joan Massagué, una de los primeras autoridades mundiales en la investigación del cáncer, cree que en cinco años será posible detectar muchos tipos de tumores con sólo un análisis de sangre, una revolución, dice, en la detección precoz de una enfermedad que va camino de normalizarse.

"Lo llamo revolución porque puede ir muy rápido, es económico e implementable en todo el mundo, como lo fue en su día Internet o la telefonía móvil", afirma el director del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.
Según Massagué, esa revolución está en sus comienzos y se empieza a implementar ahora pero va tan rápido que aplicar esta técnica "podría ser cosa de poco tiempo, de cuatro o cinco años".
"Ahora que las técnicas de secuenciación del ADN de los tumores han avanzado tantísimo y son tan económicas, uno puede hacer análisis de sangre para ver si hay restos de ADN de algún tumor que tengamos en el organismo. No sabemos dónde, pero está soltando células, algunas de ellas se deshacen, mueren y su contenido de ADN con sus mutaciones está en la circulación", explica.
El nivel de mutación cancerígena en sangre se puede leer con técnicas "altamente sensibles" y, a partir de esos indicadores, ver la posibilidad de que el paciente esté desarrollando un tumor maligno en alguna parte de su organismo, que habría que localizar después con un chequeo a fondo.
"Esto suena complejo pero vale para decir que estamos probablemente ante una revolución en la detección precoz aplicable a muchos cánceres, no sólo al de mama y al de colon", ha apuntado.
Massagué ha inaugurado esta semana los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con un mensaje esperanzador: antes de que pasen 50 años el cáncer estará dominado como lo están desde mediados del siglo XX las enfermedades infecciosas.
Y asegura que incluso el horizonte de 2050 es "conservador" porque va a ser antes cuando se llegue "a un nivel de satisfacción bastante importante en nuestra relación con el cáncer y nuestra capacidad de gestionarlo".
Ese objetivo se conseguirá, por un lado, convirtiendo en rutinaria la secuenciación, es decir la lectura completa y a fondo, del tumor que se haya extraído en el quirófano. El oncólogo tiene así una información "exquisita y medicamentos que puede aplicar o no según lo que esta información le dice", apunta.
Otro de los frentes abiertos en la batalla de la ciencia contra el cáncer es la inmunoterapia, que ya ha empezado a aplicarse y "va a aumentar de manera muy importante como terapia normal del cáncer en general".
"Nuestro organismo constantemente hace pequeños errores de intentar generar tumores, no adrede sino por accidente, con tantas células y tantos tejidos que están constantemente renovándose. Y nuestro sistema inmunitario está constantemente limpiándonos de estos prototumores. El cáncer que sale es porque sorteó, se escapó de esta vigilancia", explica.
Y añade: "Si reforzamos el sistema inmunitario para que acabe de atacar aquel cáncer, vamos a eliminar cánceres gracias a nuestras propias defensas".
Luego están los avances que se están produciendo a la hora de entender la metástasis, en como reacciona la prole de un tumor que se ha esparcido por órganos que para las células del cáncer "son muy nuevos y muy hostiles", por lo que se pueden "cazar y atrapar mejor" que cuando forman parte de un tumor que está creciendo activamente.
Es la convergencia de esos tres elementos y de otros la que, a su juicio, ya está transformando la relación del ser humano con el cáncer en "normal" como sucedió con las infecciones, aunque algunas de ellas sean muy serias y causen muchas víctimas.
Massague considera que es hora de un cambio de mentalidad y dice que un ejemplo de la mala relación que aún se tiene con el cáncer es que en los medios de comunicación "las personas todavía dudan en decir tengo un cáncer de tal".
 "¿Por qué? -se pregunta- No es ninguna vergüenza y empezamos a entender la enfermedad".
Recuerda que en el siglo XVI a quien tenía una infección le llamaban apestado y señala que en el cáncer se está saliendo todavía "de la época del oscurantismo". Se debe a que la sociedad "se afana en explicar lo que no conoce y se inventa cosas", explicaciones esotéricas, religiosas o seudocientíficas.
Pero ahí entra la ciencia: "La ciencia explica y una vez explicado eso se ve claro y a nadie le llaman apestado o lo van a decir cosas que todavía se dicen a los pobres pacientes de cáncer".
Massegué cree que le ha tocado vivir "la época más apasionante de la oncología, la gran inflexión", después de décadas de promesas que han causado "frustración" a una sociedad a la que a comienzos de los sesenta se le anunció que comenzaba la gran batalla para acabar con el cáncer. Fue el reto que en 1971 lanzó el presidente estadounidense Richard Nixon y, junto a él, la comunidad internacional.
"Estamos en aquel momento que la promesa había vaticinado", anuncia.

El ayuno, ¿nueva herramienta contra la diabetes?

NUEVA YORK.- Una nueva investigación sobre el ayuno periódico, presentada en la reunión anual de la Asociación Americana de la Diabetes, ha identificado un proceso biológico en el cuerpo que convierte el colesterol malo en las células de grasa en energía, de modo que combate los factores de riesgo para la diabetes.

Investigadores del Instituto del Corazón del Centro Médico Intermountain en Murray, Utah, Estados Unidos, han descubierto que tras entre 10 y 12 horas de ayuno, el cuerpo comienza a rebuscar para encontrar otras fuentes de energía para mantenerse a sí mismo, de forma que termina extrayendo el colesterol LDL (colesterol malo) de las células de grasa y lo utiliza como energía.
"El ayuno tiene el potencial de convertirse en una importante intervención para la diabetes", dice Benjamin Horne, director de Epidemiología Cardiovascular y Genética del Instituto del Corazón de Intermountain y principal investigador del estudio. "Aunque hemos estudiado el ayuno y sus beneficios para la salud durante años, no sabíamos por qué el ayuno podría proporcionar los beneficios para la salud relacionados con el riesgo que observamos de la diabetes", añade.
Prediabetes significa que la cantidad de glucosa, también llamado azúcar en la sangre, es más alta de lo normal pero no lo suficientemente elevada para llamarse diabetes. Antes de la investigación realizada por el doctor Horne y su equipo en 2011 centrada en las personas sanas durante un día de ayuno, sólo el agua en ayunas se había asociado con niveles más bajos de glucosa y pérdida de peso.
"Cuando estudiamos los efectos del ayuno en personas aparentemente sanas, los niveles de colesterol aumentaron durante un tiempo de 24 horas de ayuno", subraya Horne. "Los cambios que fueron más interesantes o inesperados estaban relacionados con riesgos para la salud y la diabetes metabólica.
Nuestros estudios anteriores en los que mostramos que décadas de ayuno de forma rutinaria se relacionaron con un menor riesgo de diabetes y enfermedad de las arterias coronarias nos llevaron a pensar que el ayuno es más impactante en la disminución del riesgo de diabetes y los problemas metabólicos relacionados", agrega.
Debido a los hallazgos en 2011, Horne se involucró en este nuevo estudio para analizar los efectos del ayuno en los prediabéticos durante un mayor periodo de tiempo. Los participantes de este trabajo eran prediabéticos, hombres y mujeres de 30 a 69 años, con por lo menos tres factores de riesgo metabólicos.
Los factores de riesgo podían ser una gran cintura, también conocida como obesidad abdominal o "tener forma de manzana"; un nivel alto de triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre, y un bajo nivel de colesterol HDL, el colesterol "bueno", que eleva el riesgo de enfermedades del corazón.
Otros factores de riesgo eran la presión arterial alta, la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón bombea sangre, y un nivel alto de azúcar en sangre en ayunas, que puede ser un signo temprano de diabetes.
En el grupo de participantes del estudio había personas con diferentes pesos, algunos obesos y otros no. En otros análisis previos sobre el ayuno realizados por algunas otras instituciones, sólo se examinó a participantes obesos y se centraron en la pérdida de peso debido al ayuno.
En el estudio de Intermountain, aunque los participantes perdieron unos 1,36 kilogramos en seis semanas, el foco principal del estudio fue la interención en la diabetes."Durante los días reales de ayuno, el colesterol subió ligeramente en este estudio, al igual que en nuestro análisis previo de las personas sanas, pero vimos que en el periodo de seis semanas los niveles de colesterol disminueron un 12 por ciento además de perder peso", destaca Horne.
"Como esperamos que el colesterol se usara para la energía durante los episodios de ayuno y probablemente proviniera de las células grasas, esto nos lleva a creer que el ayuno puede ser una intervención eficaz para la diabetes", valora.
El proceso de extracción de colesterol LDL de las células de grasa para la energía debería ayudar a evitar la resistencia a la insulina. En la resistencia a la insulina, el páncreas produce más insulina, hasta que no se puede seguir produciendo insulina suficiente para las demandas del cuerpo, por lo que se eleva el azúcar en la sangre.
"Las propias células de grasa son un contribuyente importante a la resistencia a la insulina, lo cual puede llevar a la diabetes. Debido a que el ayuno puede eliminar y ayudar a romper las células de grasa, la resistencia a la insulina puede verse frustrada por el ayuno", explica Horne, quien señala también la necesidad de realizar más estudios en este sentido.
"Aunque el ayuno puede proteger contra la diabetes --advierte Horne--, es importante tener en cuenta que estos resultados no eran instantáneos en los estudios realizados que realizamos. Lleva su tiempo".