lunes, 2 de abril de 2012

Un antidiabético podría ayudar a prevenir el cáncer de hígado primario

La metformina, un fármaco que suele emplearse como tratamiento de la diabetes tipo II, podría ayudar a prevenir el cáncer de hígado primario o carcinoma hepatocelular, un cáncer a menudo mortal que está aumentando en todo el mundo.

   Así lo han descubierto un equipo de investigadores de la University of Maryland liderado por Marlene y Stewart Greenebaum, según publica la revista especializada 'Cancer Prevention Research'.
   Los diabéticos tipo II tienen un riesgo de desarrollar cáncer de hígado primario entre dos y tres veces mayor. También corren este peligro las personas obesas, quienes tienen hepatitis o hepatopatía grasa no alcohólica (NAFLD).
   La metformina, que se deriva de la lila francesa, se usa para tratar la NAFLD así como la diabetes. En la actualidad, se estudia en conexión con la prevención de diversos cánceres, pero este estudio preclínico de la University of Maryland es el primero que se centra en el cáncer de hígado.
   Según su autor principal, Geoffrey D. Girnun, profesor adjunto de Bioquímica y Biología Molecular en la University of Maryland School of Medicine, "esta investigación ha demostrado que la metformina previene el cáncer de hígado primario en modelos animales".
   "Los ratones tratados con metformina tuvieron tumores significativamente más pequeños y un menor número que aquellos que no recibieron la medicación", apunta Girnun, investigador del University of Maryland Greenebaum Cancer Center.
   "En base a estos decubrimientos, creemos que la metformina debería ser evaluada como un agente preventivo en personas de alto riesgo. Muchos pacientes con diabetes ya están tomando esta medicación, con menos efectos secundarios", añade.
   A su juicio, "hay muchos estudios epidemiológicos retrospectivos que vinculan la metformina con un menor riesgo de cáncer de hígado", pero ha sido este último estudio "el primero en evaluar formalmente si la metformina puede proteger frente la carcinogénesis, no sólo del crecimiento del tumor y su desarrollos, sino la formación del tumor en el hígado", concluye.

Las mujeres tardan ahora en dar a luz más que hace 50 años

Las mujeres tardan entre dos y tres horas más en parir que hace unos 50 años, según una investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, publicada en 'American Journal of Obstetrics & Gynecology' y que sugiere que los médicos podrían necesitar replantearse la definición de parto normal.

   Este tiempo extra se gasta en la primera etapa del parto, que es la más larga del proceso y va antes de la etapa de "empujar", según este trabajo, que apunta que las madres son diferentes también, pues la media son más mayores y pesan más. Además, sus bebés son de mayor tamaño.
   "Sin embargo, incluso cuando se toman en cuenta estos cambios demográficos, el parto es todavía más largo", señala el líder de esta investigación, Katherine Laughon, del National Institute of Child Health and Human Development.
   Aunque el estudio de Laughon no puede explicar todas los potenciales factores que hay detrás de esta diferencia, una posible explicación podría ser el alivio del dolor que proporciona la epidural, que se utiliza mucho más ahora que hace 50 años. La epidural ralentiza entre 40 y 90 minutos el parto.
   Los resultados se basan en dos estudios gubernamentales realizados en dos décadas distintas: uno desarrollado entre 1959 y 1966 con 39.500 mujeres que dieron a luz a sus bebés no prematuros y otro entre 2002 y 2008 con más de 98.000 mujeres que tuvieron a sus bebés no prematuros. Todas tuvieron partos espontáneos.
   Al observar la duración del parto, las primerizas que dieron a luz en los años más recientes solían emplear 2,6 horas más en la primera etapa del parto, en comparación con aquellas que tuvieron sus bebés en 1960. La diferencia cayó hasta las dos horas en mujeres que habían dado a luz antes.
   El 55 por ciento de las mujeres actuales recibía la epidural, en comparación con sólo el 4 por ciento de las mujeres de hace 50 años. El 20 por ciento tuvieron cesáreas, en comparación con el 3 por ciento de 1960, mientras que el 31 por ciento recibió oxitocina -que estimula las contracciones-- frente al 12 por ciento de las madres que tuvieron a sus hijos 50 años antes.
   Para Laughon, aunque se desconozcan todas las razones de estos cambios, los médicos deberían redefinir lo que se conoce como parto "normal", un concepto basado en lo que era normal para las mujeres de hace medio siglo.
   Por ejemplo, los facultativos consideran que un parto es anormal si no se dan cambios en la cervix tras dos horas en la parte "activa" de la primera etapa del parto. En este momento, deben intervenir o dando oxitocina o haciendo una cesáreas. "Creo que necesitamos revisar las definiciones de parto anormal y los tiempos de intervención", concluye.

El autismo puede tardar en diagnosticarse hasta tres años en España

En los últimos años están aumentado en España los casos de autismo, un trastorno que afecta a las habilidades comunicativas de quienes lo padecen y que se detecta en los primeros años de vida, aunque no tan pronto como se debiera. De hecho, el diagnóstico suele retrasarse entre uno y hasta cuatro años según cada caso.

   Así lo ha asegurado la coordinadora del Programa para la Atención Médica Integral de los pacientes con Trastorno del Espectro Autista (AMI-TEA) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Mara Perallada, con motivo del Día Mundial de Concienciación del Autismo que se celebra este martes, 2 de abril.
   Un reciente estudio publicado en Estados Unidos ha revelado que el número de nuevos casos de niños con trastorno del espectro autista había aumentado un 78 por ciento en los últimos años.
   Para esta experta, según ha reconocido, este incremento es "exagerado" y no se puede extrapolar a España, donde lamenta no obstante la falta de estudios epidemiológicos que permitan contabilizar el número de afectados.
   Sin embargo, la doctora Perallada reconoce que en los últimos años "están aumentando mucho las consultas y el número de personas atendidas" que "tardan en diagnosticarse más de lo que se debería".
   "Existe un retraso importante", ha admitido, precisando que aunque el diagnóstico debe hacerse antes de los dos años de vida, "lo habitual es tardar más de un año en los casos más graves, y entre tres y cuatro en quienes presentan "síntomas de menor nivel".
   Esto se debe, en parte, a que "no hay suficientes unidades específicas ni servicios preparados para este correcto diagnóstico", y el principal problema que acarrea es que "se comienza demasiado tarde a trabajar con ellos" y condiciona su pronóstico.
   En muchos casos, como explica esta experta, "no se inicia el tratamiento hasta que no hay un diagnóstico cerrado" cuando, a su juicio, "lo primero que hay que hacer en caso de detectar algún síntoma es intervenir". 
"Y luego ya cerraremos el diagnóstico", asevera Perallada.
   Los primeros síntomas que pueden alertar de la presencia de un trastorno de espectro autista durante el primer año de vida son la falta de balbuceo o gestos como saludar con la mano o señalar para pedir alguna cosa, o no responder cuando se le llama.
   Asimismo, entre los 18 y 24 meses de vida se debe estar atento si no dice palabras sencillas, ni frases de dos o más palabras de forma espontánea, si presenta dificultades para mantener el contacto ocular cuando se le habla y no sigue objetos con la mirada.
   La doctora Perallada ha reconocido que estas personas vivirán con su trastorno "de por vida" pero, en caso de llevar a cabo "una intervención intensiva y lo más temprana posible", se pueden mejorar mucho sus habilidades comunicativas.
   "La mayoría van a ser dependientes, pero un porcentaje de pacientes llegará incluso a trabajar", ha asegurado.

Los efectos de la insuficiencia cardiaca en las células pueden ser revertidos con el descanso

Los cambios estructurales en las células musculares del corazón después de la insuficiencia cardiaca se pueden revertir al permitir que el corazón descanse, según una investigación del Imperial College de Londres, en Reino Unido. 

   Los resultados de este estudio en ratas, publicado en la revista 'European Journal of Heart Failure', muestran que los efectos en la condición de las células del músculo del corazón no son permanentes, como se ha pensado tradicionalmente. El descubrimiento podría abrir la puerta a nuevas estrategias de tratamiento.
   La insuficiencia cardiaca, que padecen 750.000 personas en Gran Bretaña, implica que el músculo del corazón es demasiado débil, o fuerte, para bombear la sangre con la eficacia que necesita y, como resultado, comúnmente, ocasiona un ataque al corazón. Por otro lado, la insuficiencia cardiaca severa conlleva un riesgo de muerte dentro de un año, un pronóstico peor que el de la mayoría de los cánceres, por lo que se necesitan nuevos tratamientos para la insuficiencia cardiaca con urgencia.
   Los pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada, en ocasiones, utilizan un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (LVAD, por sus siglas en inglés). El LVAD es una pequeña bomba que eleva la función del corazón, y reduce la tensión en el ventrículo izquierdo, la mayor cámara del corazón, que bombea sangre alrededor de la circulación principal del cuerpo.
   En 2006, investigadores del Imperial College de Londres, dirigidos por el profesor Magdi Yacoub, mostraron que dejar descansar el corazón, mediante la colocación de un LVAD por un tiempo limitado, puede ayudar al músculo del corazón a recuperarse. Ahora, este nuevo estudio ha dado un paso importante en la comprensión de los mecanismos de esta mejora, en el nivel de las células musculares del corazón.
   Los investigadores analizaron los cambios que se producen en las células musculares del corazón, durante la insuficiencia cardiaca, en ratas; y si el descanso del corazón puede revertir estos cambios. "Si se lesiona un músculo de la pierna, el descanso permite que se recupere", explica el doctor Cesare Terracciano, del National Heart and Lung Institute (NHNI) británico, quien supervisó el estudio, quien añade que, "sin embargo, el corazón no puede darse el lujo de descansar, así que el LVAD ayuda a reducir la carga sobre el corazón mientras se mantiene el suministro de sangre al cuerpo, y esto parece ayudar al corazón a recuperarse".
   Para estudiar el efecto del descanso, se trasplantó el corazón defectuoso de una rata, en otra rata, que conservó su corazón sano, por lo que el corazón trasplantado recibió sangre, pero no tuvo que bombear. Después de que el corazón defectuoso descansara, varios cambios en la estructura de las células musculares del corazón afectado, se invirtieron.
   "Esta es la primera demostración de que la remodelación de las células musculares del corazón, inducida por insuficiencia cardiaca, es reversible", afirma Michael Ibrahim, también del NHLI, quien agrega que, "si podemos descubrir los mecanismos moleculares de estos cambios, podría ser posible inducir la recuperación sin necesidad de un procedimiento serio, como la implantación un LVAD".

Nuevas directrices europeas para el diagnóstico, tratamiento y control de la tuberculosis

La Sociedad Respiratoria Europea (ERS, por sus siglas en inglés), y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), han publicado, en conjunto, 21 normas para el control de la tuberculosis: el European Union Standards for Tuberculosis Care (ESTC). 

   Dichas normas tienen como objetivo guiar a médicos y trabajadores de la salud pública, para asegurar el diagnostico, tratamiento y prevención de la tuberculosis (TB) en Europa, con cerca de 74.000 casos de TB en la UE, en 2010, la tuberculosis sigue siendo un reto público para la salud en toda la región.
   La publicación de las nuevas directrices coincide con el inicio de una serie especial de revisión, publicada en el 'European Respiratory Journal', que analiza el estado actual de la tuberculosis en Europa.  
   Las nuevas directrices específicas han sido desarrolladas por un panel de 30 expertos, y su objetivo es llenar los vacíos actuales en el manejo de los casos de tuberculosis, identificados en una encuesta reciente. En el proceso, el ERS ha tomado la delantera en el desarrollo de los estándares relacionados con la clínica, y el ECDC ha desarrollado las normas relacionadas con la salud pública.
   El ESTC se basa en las mismas recomendaciones que las normas internacionales de tratamiento de la TB, pero cuenta con suplementos adicionales, y con nueva información relevante para los profesionales sanitarios.
   Entre las normas, se incluyen las siguientes: todas las personas que presenten signos, síntomas, historia, o factores de riesgo, relacionados con la TB, deben ser examinadas para detectar la posible enfermedad; aquellos diagnosticadas con la TB deben realizarse pruebas de sensibilidad a los medicamentos, para descartar la resistencia a las drogas y ayudar a combatir el creciente número de casos resistentes; y  los pacientes con alta probabilidad de tener TB causada por microorganismos farmacorresistentes (especialmente la TB-MDR), deben ser tratados, al menos, durante 20 meses -con una fase intensiva del tratamiento de 8 meses.
   Por otro lado, los médicos deben asegurarse de que todos los pacientes de nuevo ingreso, de los que se sospeche que puedan tener TB infecciosa, estén sujetos a aislamiento respiratorio, hasta que su diagnóstico se confirme o se excluya. Las pautas también incluyen una sección adicional, acerca de cómo pueden adoptar estas recomendaciones los políticos y los profesionales sanitarios de un centro de salud.
   "La TB multirresistente, y la TB extremadamente resistente, han proliferado en la UE: un 4,6 por ciento de los pacientes con TB fueron diagnosticados con TB multirresistente en 2010, y sólo el 30 por ciento fue tratado con éxito; además, la proporción de pacientes con TB extremadamente resistente se incrementó de 8,2 a 13,2 por ciento, entre 2009 y 2010", advierte el director del ECDC, Marc Sprenger.
   El presidente electo de la ERS, el profesor Francesco Blasi, quien también es autor de las nuevas directrices, afirma que, "en toda Europa, la tuberculosis representa una seria amenaza para la salud pública, pero con la prevención precisa, su diagnóstico, y tratamiento, se puede mitigar. Las normas para la atención de la tuberculosis en Europa están todavía por debajo de un nivel aceptable, y los estudios recientes han puesto de manifiesto las deficiencias en el manejo de la enfermedad. Ahora, las nuevas directrices pueden ayudar a reducir su propagación, y mejorar la atención al paciente".
   La ERS también ha lanzado recientemente (a principios de marzo), el Foro Europeo de Innovación para la Tuberculosis (European Forum for TB Innovation), que tiene como objetivo identificar y poner de relieve las deficiencias, retos, y necesidades, en la innovación y el control de la tuberculosis, a nivel europeo y mundial.