martes, 29 de noviembre de 2011

Crean un 'superbrócoli' que elimina toxinas


Un equipo de científicos del Institute of Food Research y del John Innes Centre en Norwich, Reino Unido, han creado 'Beneforté', un nuevo tipo de brócoli que resulta incluso más saludable que su variable natural, ya que aporta beneficios como la capacidad de eliminar toxinas, reducir el colesterol y prevenir el cáncer. 

   Lo han logrado potenciando uno de los componentes de esta verdura, la glucorafanina, algo en lo que trabajan desde principios de los 90. En concreto, los investigadores, inspirados en las propiedades anticancerígenas asociadas a la glucorafanina, eligieron una especie silvestre de brócoli con elevados niveles de este componente y la mezclaron con una versión cultivada para crear un híbrido.
   El nuevo tipo de planta presentaba altos contenidos del compuesto presente en su 'padre' silvestre, pero parecía un brócoli normal. En el proceso de creación, que ha durado unos 15 años, los científicos han sido capaces también de eliminar el azufre que pueden dar a este alimento un sabor amargo.
   Una parte clave de este estudio era estudiar los beneficios en salud que podía aportar el nuevo vegetal. Según el profesor Richard Mithen, "identificar la glucorafanina en sí misma es importante y se logró, sobre todo, con cultivos de células humanas".
   "Cogiendo células humanas, poniéndolas en placas de Petri y añadiendo este compuesto para ver cómo reaccionan las células. De esa forma identificamos compuestos que tienen propiedades anticancerígenas", apunta el investigador, quien dice que "han sido capaces de demostrar los beneficios sobre la enfermedad cardiovascular, estamos trabajando aún para demostrar si los tiene en el cáncer".
   Para conseguir estos beneficios, Mithen recomienda comer Beneforté dos o tres veces a la semana como parte de una dieta saludable. Este 'superbrócoli' ya está en venta en Reino Unido y próximamente lo estará en el resto del mundo.

Aumenta el contagio de VIH entre hombres que tiene sexo con hombres

Los nuevos contagios de VIH entre hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres han aumentado casi un 6 por ciento en España, pasando de representan casi el 40 por ciento de las nuevas infecciones en 2009 a ser cerca del 46 por ciento en 2010. Así lo demuestran los últimos datos comparables sobre la epidemia presentados por el Ministerio de Sanidad para el Día Mundial del Sida, a celebrar el 1 de diciembre.

   Son cifras que pertenecen a las nueve comunidades autónomas que aportan información sobre nuevos contactos para el registro nacional desde el año 2004 que son Baleares, Cataluña, Canarias, Extremadura, La Rioja, Navarra, País Vasco y Galicia.
   Ante estos datos, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha advertido de que, si siguen aumentando los contagios entre hombres que mantienen sexo con hombres, probablemente por un "relajación" de las precauciones, la situación "podría empeorar en los próximos años".
"La situación nos preocupa y ocupa", asevera.
   Para el director del Plan Nacional sobre Sida, Tomás Hernández, esta tendencia podría deberse a un menor uso del preservativo en este colectivo, en el que "las relaciones sexuales de riesgo tienen mayor riego que en el resto por presentar ya una alta prevalencia de VIH".
   Este repunte se ha visto, sobre todo, entre los menores de 20 años, pese a que la media de edad de los nuevos contagiados siguen siendo los 35 años. "El grupo de edades más jóvenes, menores de 20 años, puede estar experimentándose un aumento del porcentaje respecto al total. Es algo que nos debe alertar, no alarmar", acota.
   En base a los últimos datos del registro nacional sobre nuevos contagios, que cuenta ya con información de todas las autonomías --salvo de Andalucía y Valencia--, en 2010 se notificaron un total de 2.907 nuevos casos de VIH, el 82 por ciento en hombres de unos 35.
   En el 46 por ciento de los nuevos casos la vía de transmisión fueron las relaciones sexuales entre hombres, seguidas de las heterosexuales (33%) y el uso de drogas inyectables (6%).
   El 45 por ciento fueron diagnósticos tardíos, siendo más frecuente este retraso en mujeres (49%) que en hombres (45%). Sin embargo, según la vía de transmisión, el mayor número de diagnósticos tardíos se dio en hombres heterosexuales (59%) y los menores retrasos en hombres que mantienen relaciones con hombres (36%). El 64 por ciento de quienes fueron diagnosticados tarde eran mayores de 49 años.
   En cuanto a los casos de sida, en 2010 se estima que se diagnosticaron en España 1.162 casos de sida. Esta cifra, destaca Sanidad, ha experimentado un progresivo declive desde que la epidemia alcanzara su máximo en los años 90, por lo que este dato supone "un descenso so del 83 por ciento respecto a los notificados en 1996".
   Reducir las infecciones entre los hombres que mantienen relaciones con hombres y sensibilizar a la sociedad contra el estigma de estos pacientes es el objetivo de la campaña '30 años de logros. 30 años de retos', lanzada este martes por Sanidad, que ha costado unos 174.000 euros y se distribuirá a través de un 'spot', folletos y cartelería.
   Hace referencia a los 30 años cumplidos desde la aparición del primer caso de sida y subraya que continúa la búsqueda de vacunas contra esta enfermedad, pero que "la verdadera vacuna de la discriminación está dentro de cada uno".

Las defunciones por enfermedad coronaria se redujeron un 40% entre 1988 y 2005

Las muertes causadas por enfermedad coronaria disminuyeron en España un 40 por ciento entre 1988 y 2005, según un estudio publicado en la 'Revista Española de Cardiología' y realizado a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria y de otros estudios epidemiológicos.

   Esta reducción significa que en 2005 murieron 8.530 muertes menos que en 1988, según ha informado la Sociedad Española de Cardiología (SEC). El estudio ha concluido que estos datos se deben, tanto a la mejora del tratamiento de la enfermedad coronaria como por un mayor control de los factores de riesgo que la causan.
   Concretamente, el desarrollo del tratamiento de la fase aguda del infarto de miocardio ha supuesto una bajada en la mortalidad del 11 por ciento; las mejoras en prevención secundaria, un 10 por ciento; y la evolución en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, un 9 por ciento.
   "Gracias a la mejora en la asistencia sanitaria, los pacientes crónicos están mejor controlados. Además, tanto las técnicas de diagnóstico precoz  como la respuesta ante un episodio coronario agudo han evolucionado de tal forma, que estamos capacitados para reaccionar de forma mucho más rápida que años atrás", ha dicho la doctora María Grau, investigadora del Institut Municipal d'Investigació Mèdica (IMIM).
   Por otra parte, el mayor control de los factores de riesgo también ha contribuido a la bajada general del número de defunciones por enfermedad coronaria. La disminución del número de pacientes con colesterol elevado ha reducido un 31 por ciento las muertes, mientras que el control de la hipertensión han causado un descenso del 9 por ciento.
   El estudio ha observado, asimismo, una diferencia en los factores de riesgo según el sexo. Mientras que la prevalencia de tabaquismo ha disminuido entre los hombres (pasando del 52,5% al 32,6%), entre las mujeres, principalmente en mujeres jóvenes, ha aumentado  preocupantemente (del 9,1% al 19,1%), lo que ha comportado 340 muertes más. Por otro lado, el índice de masa corporal ha aumentado entre los hombres y ha provocado 540 muertes más, así como la diabetes, cuya prevalencia también ha sufrido un aumento en los varones.
   "Además de las mejoras en el tratamiento, es importante destacar que en estos últimos años ha habido un mayor conocimiento por parte de la población tanto de la enfermedad coronaria como de la prevención de la misma. Es importante que tanto desde las instituciones públicas como desde las asociaciones y fundaciones, se siga trabajando en campañas informativas para seguir reduciendo la prevalencia de los factores de riesgo", ha destacado la doctora Gemma Flores, investigadora del Institut d'Investigació en Atenció Primària IDIAP Jordi Gol.
   Sin embargo, pese a la reducción de la mortalidad por enfermedad coronario y cardiovascular, estas enfermedades siguen siendo la primera causa de defunción en España, pues representan un 31,2 por ciento de las muertes del total que se producen.
   "Es importante que sigamos trabajando para disminuir estas cifras, ya que el tratamiento de este tipo de patologías suponen un coste de 5.500 millones de euros en nuestro país, lo que supone el 7.1 por ciento del gasto sanitario nacional. Es, por lo tanto, un problema de salud pública", ha afirmado el doctor Roberto Elosua, miembro de la SEC y coordinador del Grupo de Investigación en Epidemiología y Genética Cardiovascular del IMIM.
   Esta investigación ha sido realizada por el Institut d'Investigació en Atenció Primària IDIAP Jordi Gol, el IMIM, el CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, la Universidad de Liverpool (Reino Unido), el CIBER de Epidemiología y Salud Pública y el Hospital Universitari Dr. Josep Trueta, en Girona.

Los niños con autismo regresivo tienen cerebros más grandes

En el mayor estudio sobre el desarrollo del cerebro en niños preescolares con autismo hasta la fecha, una investigación realizada por investigadores de la Universidad de California en Davis, ha observado que los niños de 3 años de edad con autismo regresivo, y no con autismo de inicio temprano, tienen cerebros más grandes que sus contrapartes sanas. El estudio ha sido publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).

   "El hallazgo de que los niños con autismo regresivo muestran una forma diferente de neuropatología que los niños con autismo de aparición temprana es una novedad", afirma Christine Wu Nordahl, investigadora de la Universidad de California en Davis, "además, cuando se evaluó a niñas con autismo por separado de los niños, se encontró que no hay niñas --independientemente de la aparición temprana o del autismo regresivo-- con un crecimiento anormal del cerebro".
   "Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que existen varios subtipos biológicos del autismo, con diferentes bases neurobiológicas.", afirma Amaral, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de California.
   Para el estudio, los autores incluyeron a un total de 180 niños con edades entre los 2 y los 4 años, 114 de los participantes tenían trastornos del espectro autista, el resto de participantes de la misma edad participaron como controles. De los niños con autismo, un 54 por ciento fue diagnosticado con la forma regresiva y un 46 por ciento con el tipo no regresivo.
   Los investigadores recogieron imágenes por resonancia magnética (IRM) de 180 participantes de 3 años de edad. Para evaluar la tasa de crecimiento del cerebro antes de los 3 años, los investigadores analizaron las mediciones de circunferencia de la cabeza del niño sano realizadas en las visitas al pediatra desde su nacimiento hasta los 18 meses.
   Las imágenes de resonancia magnética se llevaron a cabo en los participantes del estudio durante el sueño natural, utilizando protocolos desarrollados específicamente para el Proyecto de Autismo Fenoma.
   Según el estudio, el crecimiento de la cabeza y la ampliación acelerada del cerebro se observó consistentemente sólo en el subgrupo de niños con diagnóstico de autismo regresivo; en concreto, el volumen cerebral total a los tres años de edad en los varones con autismo regresivo era un 6 por ciento mayor que el de los niños con un desarrollo típico.
   Estos análisis indican claramente que el crecimiento del cerebro empieza a ser anormal de los 4 a 6 meses de edad; esto es de particular interés ya que muchas familias creen que el detonante que ocasionó la regresión de su hijo se llevó a cabo mucho más tarde.
   Por otro lado, los datos reportados en este trabajo también indican que el proceso que conduce al crecimiento anormal del cerebro, que también se asocia con la aparición del autismo, se inicia cuando el niño es un recién nacido.
   Aún queda mucho por dilucidar respecto a los cambios cerebrales asociados con el autismo, señalan los autores. En el estudio actual, no todos los niños con la regresión muestran el crecimiento cerebral precoz. El equipo de investigación también continúa sus esfuerzos para definir la patología cerebral subyacente en niños con autismo de aparición temprana y en niñas con autismo.

Un estudio identifica nuevos modos de matar al parásito de la malaria humana

Un equipo internacional de científicos ha anunciado un gran avance en la lucha contra la malaria, allanando el camino para el desarrollo de nuevos fármacos para tratar esta enfermedad mortal, tras observar que un grupo de enzimas llamadas quinasas son fundamentales para que el parásito sobreviva en el torrente sanguíneo.

   Los investigadores, que han descubierto nuevas formas en las que el parásito de la malaria sobrevive en la sangre de sus víctimas, pertenecen a la Universidad de Leicester, en el Reino Unido y al Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale, en Francia; y trabajan en el Centro Wellcome Trust de Parasitología Molecular en Glasgow y la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne, en Suiza.
   El avance fue realizado, concretamente, por los equipos dirigidos por el profesor Andrew Tobin de la Universidad de Leicester y el profesor Christian Doerig de la Universidad de Monash en Australia, y ha sido publicado en la prestigiosa revista científica 'Nature'.
   De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la malaria infecta a más de 225 millones de personas en todo el mundo y es responsable de cerca de 800.000 muertes al año. La mayoría de los casos de muerte ocurren entre los niños que viven en África, donde un niño muere cada 45 segundos debido a la malaria, que es la enfermedad responsable de aproximadamente el 20 por ciento de las muertes infantiles. La enfermedad es causada por el parásito de la malaria, 'Plasmodium', que es inyectado en el huésped humano mediante la picadura de la hembra del mosquito 'Anopheles'.
   Según declara el profesor Tobin, del Departamento de Fisiología Celular y Farmacología, "estoy orgulloso de participar en una colaboración que ha hecho impacto en la investigación contra la malaria; nuestro estudio abre nuevas vías para el desarrollo de nuevos tratamientos".
   El profesor Doerig explica que "se ha demostrado que uno de los elementos fundamentales requerido por el parásito de la malaria para sobrevivir en el torrente sanguíneo humano es un grupo de enzimas llamadas quinasas de proteínas, por tanto, si bloqueamos estas enzimas, mataremos al parásito".
   "Estamos ahora en busca de drogas que hagan exactamente eso -detener la acción de las proteínas quinasas. Si desarrollamos estos medicamentos, tendremos una nueva forma de matar al parásito de la malaria", ha añadido.
   Tobin y Doerig advierten, no obstante, de que "el parásito es muy inteligente a la hora de adaptarse a los tratamientos farmacológicos y, al hacerlo, se vuelve resistente a los fármacos. De hecho, ya hay pruebas de que el parásito está desarrollando resistencia a los tratamientos más recientes de la malaria".
   "Para evitar la mencionada resistencia generalizada a los tratamientos contra la malaria, necesitamos una serie continua de nuevos medicamentos contra esta enfermedad", concluyen.

Rematar de cabeza más de mil veces al año afecta a la actividad cerebral

Investigadores del Albert Einstein College of Medicine, en Nueva York (Estados Unidos), aseguran que aquellos futbolistas que rematan de cabeza entre 1.000 y 1.500 veces al año tienen afectada la actividad de las fibras nerviosas o axones de determinadas regiones del cerebro.

   Así se desprende de los resultados de un estudio presentado en la última reunión de la Sociedad Americana de Radiología, celebrada recientemente en Chicago (EE.UU). De hecho, uno de sus autores, Michael Lipton, asegura que los cambios son "similares a los que causa un traumatismo".
   Lipton y su equipo escanearon los cerebros de 32 futbolistas no profesionales, con una media de 31 años de edad, que habían practicado este deporte desde su infancia.
   Para ello utilizaron un sistema de resonancia magnética llamado DTI (Difusion Tensor Imagin) que capta imágenes cerebrales 'in vivo', evaluando los cambios microscópicos en las fibras nerviosas que componen materia blanca del cerebro llamadas axones, que actúan como cables de comunicación entre diferentes regiones.
   Tras observar el movimiento de moléculas de agua en estas fibras, los investigadores han concluido que el hecho de que estas moléculas pasen de moverse de manera uniforme a hacerlo aleatoriamente está asociado a un deterioro cognitivo, algo que ocurre en pacientes con traumatismos cerebrales.
   Una vez calculados los remates de cabeza que ejecutaba cada jugador al año para luego comparar las imágenes cerebrales de aquellos que realizaban más cabeceos con las del resto, observaron que "entre los dos grupos había diferencias en cinco regiones del cerebro en el lóbulo frontal y en la región témporo-occipital".
   Dichas áreas, según ha explicado Lipton en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), están relacionadas con la atención, la memoria y ciertas funciones visuales importantes.
   "Rematar con la cabeza no tiene un impacto capaz de dañar las fibras nerviosas del cerebro, pero hacerlo de forma continuada sí", explica este experto, quien puntualiza que "la velocidad a la que viaja la pelota en el fútbol profesional es casi el doble que la del amateur".
    "Algunos jugadores realizan más de 5.000 cabezazos por año, gran parte de ellos durante los entrenamientos. Los ejercicios en los que los futbolistas cabecean un balón que viene hacia ellos son muy comunes, más todavía en entrenamientos profesionales", reconoce Lipton, quien aboga por "tener en cuenta estos resultados para proteger a los jugadores".

El envejecimiento de las células madre puede explicar la mayor prevalencia de infecciones en ancianos

Las células madre humanas no son inmunes al proceso de envejecimiento, según un equipo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, que ha estudiado las células madre hematopoyéticas para entender cuándo y cómo éstas comienzan a fallar debido al paso de los años, lo que explicaría por qué algunas enfermedades, como la leucemia mieloide aguda, aumentan su prevalencia con la edad, y por qué las personas mayores tienden a ser más vulnerables a infecciones, como los resfriados, y a la gripe. 

   Aunque ya se sabía que la función del sistema inmunológico disminuye con la edad, la doctora Wendy Pang, una de las autoras del estudio, publicado en el último número de 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), reconoce que este estudio es "el primero en comparar la función y los perfiles de expresión génica de células madre hematopoyéticas purificadas jóvenes y viejas".
   En concreto, los investigadores observaron que las células madre hematopoyéticas de personas sanas mayores de 65 años producen menos linfocitos - las células responsables de ofrecer una respuesta inmune ante virus y bacterias - que las células madre de personas sanas entre las edades de 20 y 35 años.
   Por otro lado, las células madre hematopoyéticas (CMH) envejecidas, tienen una tendencia a ser parciales en la producción de otro tipo de glóbulos blancos, llamados células mieloides. Este sesgo puede explicar por qué las personas mayores son más propensas que las jóvenes a desarrollar neoplasias mieloides malignas.
   Pang inició el estudio para entender si las CMH humanas envejecían como las CMH de ratón, ya que estudios anteriores habían demostrado que las CMH de ratones cambiaban en número y función con la edad. El estudio analizó las CMH de 15 personas sanas de edad avanzada y de 28 personas sanas jóvenes, y comparó su prevalencia, distribución y perfil de ciclo celular.
   Cuando Pang purificó las CMH y las cultivó en placas de laboratorio, observó que las CMH de las personas mayores eran menos capaces de diferenciarse en linfocitos B, y tenían más probabilidades de convertirse en células mieloides.
   Por último, Pang examinó el perfil de expresión génica de los dos conjuntos de CMH humanos, así como cinco muestras de CMH de personas de entre 42 y 61 años.
   La investigadora observó entonces que las CMH de donantes ancianos expresan niveles relativamente más altos de varios genes relacionados con el envejecimiento del ciclo celular, su proliferación y desarrollo, así como de genes asociados con la reparación del ADN y la muerte celular. Los niveles más altos de estos genes sugieren que las células no son propensas a esperar hasta que la sangre se renueve, así que las células inmunes entran en el ciclo celular de forma inapropiada.
   En general, los resultados son similares a los observados en estudios de CMH de ratones de laboratorio de diferentes edades; las observaciones sugieren que la acción de las células humanas cuando una persona envejece puede conducir, no sólo a la insuficiencia de la respuesta inmune, sino también al crecimiento de cánceres de la sangre, como la leucemia mieloide aguda.
   "Estos resultados también servirán como una base importante para futuros estudios de enfermedades relacionadas con la edad, como el síndrome de displasia mieloide, la anemia y la leucemia", concluye Pang.