miércoles, 23 de mayo de 2012

Los trastornos del ritmo diario disminuyen la tasa de embarazos a término

Las mujeres que quieren tener hijos no deben fijarse solamente en el "reloj biológico" de sus años fértiles, sino también en el ciclo circadiano que regula el metabolismo diario, según un artículo que distribuyó hoy Public Library of Sciences.

El estudio lo encabezó Fred Turek, de la Universidad Northwestern, en Illinois, y apunta a una vinculación clara entre los trastornos del ritmo circadiano y la fisiología reproductiva en las mujeres.
El ritmo, o ciclo, circadiano es el período de aproximadamente 24 horas influido por la luz solar sobre el cual opera todo el ciclo biológico del cuerpo humano u otros seres vivos.
Este ritmo regula tanto los ritmos fisiológicos del cuerpo como los ritmos psicológicos con influencia, por ejemplo, en la digestión, el estado de vigilia, el crecimiento y la renovación de las células, o la subida o bajada de la temperatura.
Otros estudios epidemiológicos ya han mostrado que las mujeres que trabajan en turnos nocturnos, como las enfermeras, o las que viajan largas distancias entre el este y el oeste, como las azafatas, tienen problemas menstruales y dificultades reproductivas.
Turek y sus colegas en el Centro para Biología Circadiana y el Sueño, en el Colegio de Artes y Ciencias de Northwestern, son los primeros investigadores que han demostrado que si se trastorna ambientalmente el ciclo circadiano en ratonas, con cambios repetidos en sus ciclos de luz y oscuridad, aparecen problemas de embarazo.
Los efectos pueden ser enormes: los investigadores encontraron pruebas que indican que el grado de trastorno circadiano puede conectarse con el grado de trastorno en el embarazo.
Las ratonas sujetas a adelantos en el ciclo de luz y oscuridad fueron las que tuvieron los trastornos mayores en el reloj circadiano y las que tuvieron menos embarazos.
En este grupo de animales de laboratorio la tasa de embarazos a término fue de apenas el 22 por ciento.
"Nuestros resultados tienen implicaciones importantes para la salud reproductiva de las mujeres que trabajan en turnos de noche, las mujeres que padecen trastornos del sueño y las mujeres cuyo ciclo circadiano está alterado por alguna otra razón", dijo Turek.
Keith Summa, autor del artículo y uno de los investigadores en el laboratorio de Turek, señaló que "si se alteran los ritmos internos habrá consecuencias negativas, y eso es bien claro".
"Nuestras conclusiones indican que las personas deben considerar sus ritmos biológicos para tener una salud óptima", añadió.
El equipo de Turek estudió a tres grupos de ratonas de laboratorio normales que se habían apareado recientemente. El estudio se condujo a lo largo de 21 días que es la duración típica de la preñez en los ratones.
Un grupo de 12 ratonas se designó como de control y experimentó jornadas normales de 12 horas de luz y otras 12 de oscuridad.
A los otros dos grupos, con 18 ratonas cada uno, también se les sometió a ciclos de 12 horas de luz y 12 de oscuridad.
Pero a uno de estos, el grupo de adelanto, el ciclo de 12 horas de luz se le inició seis horas más temprano cada cinco días. y Al otro grupo, el de retraso, se le inició el período de 12 horas de luz seis horas más tarde cada cinco días.
Los investigadores observaron a las ratonas durante el período de gestación para contar el número de embarazos a término, y los resultados fueron sorprendentes.
En las ratonas del grupo de control la tasa de embarazos a término fue del 90 por ciento. En el grupo de retraso, la tasa de embarazos exitosos fue del 50 por ciento, y en las del grupo de adelanto fue de apenas el 22 por ciento.

Científicos convierten células de la piel en músculo cardíaco

LONDRES.- Un grupo de científicos tuvo éxito por primera vez en la extracción de células de la piel de pacientes con insuficiencia cardíaca para su posterior transformación en tejido saludable del corazón, que podría ser usado algún día para tratar esa patología.

Los investigadores, con sede en Haifa, en Israel, dijeron que aún quedaban años de pruebas y perfeccionamiento de la técnica. Pero los resultados suponen que finalmente se podrían reprogramar las células de los pacientes para que sanen sus propios corazones afectados.
"Hemos demostrado que es posible coger células cutáneas de un paciente anciano con insuficiencia cardíaca avanzada y terminar obteniendo en el laboratorio células que laten, saludables y jóvenes, equivalentes a sus células cardíacas casi cuando se generaron", dijo Lior Gepstein, del Instituto de Tecnología Technion-Israel, autor del estudio.
El equipo, cuya investigación fue publicada el miércoles en el European Heart Journal, indicó que los ensayos clínicos sobre la técnica podrían comenzar dentro de 10 años.
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad debilitante en la que el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre a todo el cuerpo. La dolencia se ha vuelto más común en las últimas décadas, a medida que los avances médicos permiten que cada vez más personas sobrevivan a un infarto.
Ahora, las personas con insuficiencia cardíaca severa tienen que depender de dispositivos mecánicos o de la esperanza de un trasplante de corazón.
Los científicos han estado estudiando las células madre de varias fuentes durante más de una década, con la esperanza de capitalizar su capacidad de transformarse en una amplia variedad de otros tipos celulares, con el fin de tratar una serie de enfermedades.
Hay dos tipos principales de células madre: las embrionarias, que se toman de embriones de días de vida, y las pluripotentes inducidas (conocidas como iPS), que suelen provenir de la piel o la sangre.
El equipo de Gepstein tomó células de la piel de dos hombres con insuficiencia cardíaca -de 51 y 61 años- y las transformó, añadiendo tres genes y luego una pequeña molécula llamada ácido valproico al núcleo celular.
Los expertos descubrieron que las células madre iPS resultantes eran capaces de diferenciarse y convertirse en células del músculo cardíaco, o cardiomiocitos, de manera tan efectiva como las iPS humanas desarrolladas a partir de voluntarios jóvenes saludables que actuaron como grupo de control en el estudio.

El 70% de los casos de epilepsia tiene una causa desconocida

En España se estima que hay unos 400.000 personas con epilepsia, un trastorno neurológico que "se conoce desde hace mucho tiempo pero sigue siendo un enigma", según ha reconocido el director del Instituto de Neurociencias de Alicante, Juan Lerma, ya que hasta en el 70 por ciento de los casos se conoce la causa que ha motivado su desarrollo.

   "Muchos pensamos que es una especie de queja del cerebro, pero tenemos que indagar más en lo que la motiva", según ha reconocido este investigador, cuyo centro pertenece a la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con motivo del Día Nacional de la Epilepsia.
   El profesor Lerma ha apuntado que hay investigaciones que están indagando en una posible base genética de la enfermedad, "si acaso hay alguna", ya que aunque el porcentaje de casos hereditarios es muy bajo, de apenas un 1 por ciento, la secuenciación del genoma permite buscar una relación entre alteraciones genéticas y la enfermedad.
   De hecho, ha asegurado, "se piensa que la causa genética no tiene que ver con un gen sino varios, y probablemente tenga que ver con variaciones de una sola letra en el ADN, generando una susceptibilidad mayor en algunos daños".
   Lo que ya se sabe, reconoce este experto, es que la enfermedad obedece a un desbalance entre la actividad excitadora y la inhibidora. "En el cerebro hay dos sistemas, uno acelerador y otro de freno, y en el balance de ambos el coche va bien pero, cuando hay una sobrexcitación o una bajada de señales inhibidoras, es cuando se da la epilepsia", ha explicado Lerma.
   De hecho, los tratamientos farmacológicos actualmente existentes van dirigidos hacia este sistema de freno o aceleración, con el inconveniente que estos sistemas funcionan para todo, por lo que "los efectos secundarios pueden son más grandes".
   Además, en un 20 por ciento de los casos estos tratamientos no resultan eficaces y los pacientes generan resistencias, lo que obliga a buscar nuevas terapias que, actualmente, pasan por la cirugía o la estimulación eléctrica, tanto con electrodos profundos como de forma intracraneal.
   La cirugía consiste en la resección del foco epiléptico y, aunque funciona en gran parte de las ocasiones, Lerma reconoce que hay que determinar muy bien la zona del foco a fin de que no afectar otras zonas cerebrales.
   En cuanto a la estimulación, este experto ha reconocido que se trata de una vía terapéutica que "se está estudiando bastante" y es, ya que algunos de los dispositivos desarrollados permiten averiguar cuándo se va a producir un ataque y prevenirlo.
   "Son pequeños implantes, como una especie de marcapasos, con electrodos que llegan a determinadas zonas del tálamo, y cuando se produce la actividad cerebral, aplica estimulación eléctrica e inactiva esos núcleos sin que el paciente ni se entere", ha detallado Lerma.
   De momento, ha reconocido, sólo se utiliza en pacientes fármacorresistentes y con una frecuencia de ataques epilépticos muy alta que impide llevar una vida normal, ya que se trata de un tratamiento muy invasivo.
   "El problema de los electrodos implantados es que cualquier objeto introducido en el cerebro produce una reacción inflamatoria y una lesión", ha avanzado, si bien ha destacado que se está trabajando también en los materiales a emplear para que sean "lo más inocuos posible".
   Además, esta técnica ya ha demostrado que también puede funcionar en el manejo de otros trastornos mentales, ya que "también funciona bien en casos de depresión que no se pueden revertir con medicamentos".
   El mayor obstáculo de todo ello, lamenta este experto, es que "la investigación es muy lenta y costosa". 
"Esto en la vida de un paciente es desesperante, porque no se va a encontrar una solución para él, sino para sus nietos", ha concluido.