viernes, 12 de febrero de 2021

La muerte súbita cardiaca es más común en personas que no hacen ejercicio


COPENHAGUE.- La muerte súbita cardiaca es más común en personas que no hacen ejercicio, tal y como ha puesto de manifiesto un estudio realizado por investigadores del Hospital Bispebjerg de Copenhague (Dinamarca) y que ha sido publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology'.

Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte a nivel mundial y la prevención es una de las principales prioridades de salud pública. El impacto beneficioso de la actividad física para detener las enfermedades cardíacas y la muerte súbita en la población está bien documentado.

Ante esto, el estudio se centró en el efecto de un estilo de vida activo frente al sedentario en el curso inmediato de un ataque cardíaco, un área con poca información. Los investigadores utilizaron datos de 10 cohortes observacionales europeas, incluidos participantes sanos con una evaluación inicial de la actividad física que sufrieron un ataque cardíaco durante el seguimiento: un total de 28.140 personas.

Los participantes se clasificaron según su nivel semanal de actividad física en el tiempo libre como sedentarios, bajos, moderados o altos. La asociación entre el nivel de actividad y el riesgo de muerte debido a un ataque cardíaco (instantáneamente y dentro de los 28 días) se analizó en cada cohorte por separado y luego se agruparon los resultados.

Los análisis se ajustaron por edad, sexo, diabetes, presión arterial, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, tabaquismo, índice de masa corporal, colesterol en sangre, consumo de alcohol y nivel socioeconómico.

Un total de 4.976 participantes murieron dentro de los 28 días de su ataque cardíaco, de los cuales 3.101 (62,3%) murieron instantáneamente. En general, un mayor nivel de actividad física se asoció con un menor riesgo de ataque cardíaco instantáneo y fatal en 28 días, aparentemente de una manera similar a la dosis-respuesta.

Los pacientes que habían realizado niveles moderados y altos de actividad física en el tiempo libre tenían un 33 por ciento y un 45 por ciento menos de riesgo de muerte instantánea en comparación con los individuos sedentarios. A los 28 días, estas cifras eran del 36 por ciento y 28 por ciento, respectivamente.

"Casi el 18 por ciento de los pacientes con un ataque cardíaco murieron en 28 días, lo que confirma la gravedad de esta afección. Encontramos un beneficio de supervivencia inmediato de la actividad física previa en el escenario de un infarto, un beneficio que parecía preservado a los 28 días", han informado los investigadores.

Las pautas recomiendan que los adultos sanos de todas las edades realicen al menos 150 minutos a la semana de intensidad moderada o 75 minutos a la semana de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa o una combinación equivalente de los mismos.

Los menores de 70 años que nacieron con bajo peso tienen tres veces más riesgo de padecer Covid-19 grave


 BARCELONA.- Las personas de entre 18 y 70 años que nacieron con bajo peso, menos de 2,5 kg, tienen hasta tres veces más riesgo de ingreso en la UCI por coronavirus, según ha puesto de manifiesto un equipo investigador del Clínic-IDIBAPS.

"Sabemos que haber nacido con bajo peso predispone a tener ciertas enfermedades en la vida adulta, como infarto de miocardio, diabetes o hipertensión. El objetivo de este estudio fue evaluar si el hecho de haber nacido 'pequeño' también es un factor de riesgo para desarrollar una Covid-19 grave", han señalado los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en 'Scientific Reports' y recogido por la plataforma Sinc.

Para llevarlo a cabo, los expertos reclutaron 397 pacientes de entre 18 y 70 años con SARS-CoV-2 atendidos en el Hospital Clínic a los que se les preguntó por el peso al nacimiento. El 15 por ciento de los pacientes requirieron ingreso en UCI y los investigadores pudieron identificar como factores de riesgo independientes de dicho ingreso las siguientes variables: edad, sexo masculino, hipertensión previa, y bajo peso al nacimiento.

Con respecto a esta última variable, observaron que nacer con bajo peso provoca tener hasta tres veces más riesgo de acabar en la UCI por una Covid-19 grave. Dada la relevancia del hallazgo, se intentó validar en otra muestra, para lo cual se hizo una encuesta 'on line' anónima de donde se obtuvieron datos de 1.822 adultos (18-70 años) que reportaban covid-19 con prueba PCR positiva donde un 2,5 por ciento ingresaron en UCI.

Se aplicó el mismo modelo y se validó, confirmando el valor predictivo independiente del bajo peso al nacimiento para necesidad de ingreso en UCI por coronavirus. "Estos resultados son totalmente nuevos y creemos que muy relevantes. Nos podrán ayudar a identificar mejor los pacientes menores de 70 años que tienen mayor riesgo con la Covid-19 y adecuar su tratamiento y manejo de la enfermedad", han zanjado.

El riesgo de mortalidad por COVID-19 es 3,5 mayor que por gripe


TORONTO.- El riesgo de mortalidad por COVID-19 es 3,5 mayor que por gripe, según ha puesto de manifiesto un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) en un estudio publicado en el 'Canadian Medical Association Journal'.

"Ahora podemos decir definitivamente que el COVID-19 es mucho más grave que la gripe estacional. Los pacientes ingresados en el hospital de Ontario con COVID-19 tenían un riesgo 3,5 veces mayor de muerte, un uso 1,5 veces mayor de la UCI y estancias hospitalarias 1,5 veces más largas que los pacientes ingresados por gripe", han señalado los expertos.

De hecho, estos resultados se suman a los datos de estudios similares realizados recientemente en Francia y en Estados Unidos. Para llevarlo a cabo, se compararon las hospitalizaciones por gripe entre el 1 de noviembre de 2019 y el 30 de junio de 2020 en siete grandes hospitales en Toronto y Mississauga, áreas con grandes poblaciones y altos niveles de COVID-19.

Se incluyeron a todos los pacientes ingresados en los servicios médicos o en una unidad de cuidados intensivos (UCI) por gripe o por COVID-19. Hubo 783 hospitalizaciones por gripe en 763 pacientes, en comparación con 1.027 hospitalizaciones por COVID-19 en 972, lo que representa el 23,5 por ciento de todas las hospitalizaciones por COVID-19 en Ontario durante el período de estudio.

La mayoría de los pacientes hospitalizados con COVID-19 tenían pocas otras enfermedades y el 21 por ciento eran menores de 50 años. Asimismo, las personas menores de 50 años también representaron casi 1 de cada 4 (24%) ingresos a la UCI.

"Mucha gente cree que el COVID-19 afecta principalmente a las personas mayores y, aunque es cierto, encontramos que entre los adultos mayores de 75 años que fueron hospitalizados con COVID-19, casi el 40 por ciento murió en el hospital y que también puede causar una enfermedad muy grave en los adultos más jóvenes", han señalado los expertos.

Y es que, las personas hospitalizadas por COVID-19 tenían un mayor uso de la UCI, más probabilidades de ser conectadas a un ventilador y estancias hospitalarias más prolongadas, en comparación con las personas con gripe.

Un modelo matemático predice el éxito de las extubaciones en los pacientes


BARCELONA.- Los equipos de investigación de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y del Hospital Universitario Joan XXIII-IISPV, ambos en Tarragona, han desarrollado un modelo matemático que predice el resultado de una extubación en un paciente adulto en estado crítico con ventilación mecánica invasiva.

Según ha informado este viernes la URV, los resultados del trabajo "permitirían reducir potencialmente la tasa actual de reintubaciones del 9 % hasta el  1 %, a partir de herramientas de aprendizaje automático".

Los investigadores han recopilado datos de un millar de pacientes de las UCI con dificultades respiratorias que han sido tratados y analizados para poder crear esta herramienta.

Desde la universidad han explicado que cerca de la mitad de los pacientes ingresados en una unidad de cuidados intensivos (UCI) requieren ventilación mecánica invasiva (VMI), un procedimiento médico que permite garantizar una aportación suficiente de oxígeno a los órganos y tejidos de los ingresados.

Además, han destacado que el uso de este sistema se ha generalizado estos últimos meses en pacientes afectados por la covid-19 que han llegado a las UCI.

El equipo ha asegurado que, a menudo, la ventilación mecánica invasiva es "vital para el paciente", pero que "no está exenta de riesgos, como las lesiones accidentales durante la intubación o extubación o la atrofia de los músculos responsables de la respiración".

El estudio ha considerado los criterios actuales, según los cuales una extubación se considera fallida si el paciente requiere ser nuevamente intubado (reintubación) pasadas 48 horas de la retirada de la ventilación mecánica invasiva.

Los investigadores han estudiado un conjunto "masivo y heterogéneo" de datos procedentes de varias fuentes, como equipos de monitorización del paciente, datos demográficos (edad, sexo, peso, etc.), datos clínicos obtenidos en el momento de admisión en la UCI y registros de incidencias del personal médico.

Los miembros del equipo de investigación han empleado técnicas de aprendizaje automático ('machine learning') que han permitido determinar la compleja relación entre todas estas variables para crear modelos capaces de entender al paciente.

El equipo investigador de la UCI Joan XXIII, liderado por la intensivista Maria Bodí y el científico de datos Josep Gómez, ha recopilado datos de aproximadamente mil pacientes adultos con dificultades respiratorias ingresados en los últimos cinco años en la UCI del hospital.

Posteriormente, los ha tratado y analizado un grupo de investigación del Departamento de Ingeniería Mecánica, liderado por el investigador Alexandre Fabregat.

Los resultados del trabajo, publicado en la revista 'Computer Methods and programos in Biomedicin', han demostrado que "es posible reducir potencialmente la tasa actual de reintubaciones del 9 % hasta el 1 %, de forma que se minimizan los riesgos para el paciente si se incorpora el modelo de predicción en las UCI".

El equipo completo que ha llevado a cabo el estudio ha estado integrado por médicos de la UCI del Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona, del Instituto de Investigación Sanitaria Virgili y del grupo de investigación Ecommfit, del Departamento de Ingeniería Mecánica de la URV.

Ajustar el reloj circadiano y estimular los ritmos, clave para futuras terapias


SAN FRANCISCO.-Expertos de la Universidad de California (Estados Unidos) han señalado, en un artículo publicado en la revista 'Science', que ajustar el reloj circadiano y estimular los ritmos puede ser clave para futuras terapias y medicamentos.

"Casi todas las células que componen nuestros órganos tienen su propio reloj y, por lo tanto, el tiempo es un aspecto crucial de la biología. Comprender cómo el tiempo diario se integra con la función en todos los órganos tiene implicaciones para la salud humana, ya que la interrupción del reloj y los ritmos circadianos pueden ser tanto una causa como un efecto de enfermedades desde la diabetes hasta el cáncer", han señalado.

El reloj circadiano genera un ritmo de aproximadamente 24 horas que controla el comportamiento, las hormonas, el sistema inmunológico y el metabolismo. Utilizando células humanas y ratones, los investigadores tienen como objetivo descubrir los circuitos fisiológicos, por ejemplo entre el cerebro y el hígado, mediante los cuales los relojes biológicos logran coherencia.

Los relojes circadianos alinean los procesos internos con el tiempo externo, lo que permite que diversas formas de vida anticipen los cambios ambientales diarios, como el ciclo de luz y oscuridad. En organismos complejos, la función del reloj comienza con el reloj u oscilador molecular codificado genéticamente dentro de cada célula y se acumula anatómicamente hacia arriba en un sistema de todo el organismo.

La desalineación circadiana, a menudo impuesta en la sociedad moderna, puede alterar este sistema e inducir efectos adversos sobre la salud si se prolonga. "Las estrategias para ajustar nuestros relojes y estimular los ritmos han sido prometedoras en estudios preclínicos, lo que ilustra la importancia de desentrañar este aspecto de nuestra biología y desbloquear el potencial que tiene para los tratamientos y medicamentos del futuro", han aseverado los expertos.

Sin luz eléctrica, viajes de alta velocidad, disponibilidad constante de alimentos y horarios de trabajo y vida las 24 horas, los relojes de los antepasados estaban en constante armonía con el medio ambiente. Sin embargo, debido a estas presiones de la sociedad moderna, alinear nuestro tiempo interno con el tiempo geofísico se ha convertido en un desafío en el mundo actual.

En este sentido, los investigadores han comentado que la desalineación crónica, cuando los patrones de alimentación y sueño entran en conflicto con el ciclo natural de luz y oscuridad, se asocia con un mayor riesgo de síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares, afecciones neurológicas y cáncer. Una gran parte de la fuerza laboral mundial tiene horarios atípicos y puede ser particularmente vulnerable.

"Se ha vuelto urgente que descubramos los fundamentos moleculares de la relación entre el reloj circadiano y la enfermedad. Descifrar los medios por los que los relojes se comunican a través de los órganos metabólicos tiene el potencial de transformar nuestra comprensión del metabolismo, y puede ser una promesa terapéutica para estrategias innovadoras y no invasivas para promover la salud", han zanjado.

Una combinación de dos fármacos reduce a la mitad la mortalidad por COVID-19 de los pacientes más graves


LONDRES.- Los resultados de un ensayo clínico divulgados este jueves en el Reino Unido sugieren que la combinación de tocilizumab, un fármaco usado hasta ahora para tratar la artritis reumatoide, y un corticoide como la dexametasona, puede reducir a casi la mitad las muertes en los pacientes más graves con COVID-19.

Ese efecto en la mortalidad se ha identificado en pacientes hospitalizados con hipoxia -déficit de oxígeno- e "inflamación significativa" que han necesitado ventilación mecánica invasiva, según un comunicado emitido por los responsables del ensayo Recovery, dirigido por la Universidad de Oxford.

En el caso de las personas ingresadas que solo han requerido un tratamiento con oxígeno no invasivo, las muertes decrecen en torno a un tercio tras el empleo de ambos fármacos.

El mismo ensayo clínico a gran escala, que cuenta con la colaboración del sistema de salud público del Reino Unido, ya había detectado en junio que la dexametasona, una sustancia de bajo coste que reduce la inflamación, contribuye a salvar vidas entre los pacientes más graves de COVID-19.

Los investigadores han determinado ahora que el tocilizumab, que se aplica por vía intravenosa, puede reducir por sí solo un 4 % la mortalidad, y que su efecto se amplifica al ser utilizado en combinación con el corticoide.

Sus resultados se basan en un estudio aleatorio en el que 2.022 pacientes recibieron el medicamento para la artritis y otros 2.094 fueron asistidos con los cuidados habituales.

Los resultados indican que 596 de los individuos que recibieron tocilizumab murieron en un plazo de 28 días (el 29 %), frente a 694 de quienes no fueron tratados con ese fármaco (el 33 %).

Esas cifras sugieren que por cada 25 personas tratadas con el medicamento, una vida fue salvada, según subrayan los responsables del ensayo.

El tocilizumab también incrementó las probabilidades de los pacientes de recibir el alta en un periodo de 28 días, desde el 47 % hasta el 54 %.

"Ensayos previos con tocilizumab habían mostrado resultados heterogéneos y no estaba claro si los pacientes se beneficiarían de ese tratamiento. Ahora sabemos que los beneficios del tocilizumab se extienden a todos los pacientes de COVID con bajos niveles de oxígeno y una inflamación significativa", declaró Peter Horby, jefe adjunto de Investigación del proyecto Recovery.

"El doble impacto de la dexametasona y el tocilizumab es impresionante y muy bienvenido", recalcó el profesor de la universidad inglesa de Oxford.

Martin Landray, otro de los responsables del ensayo clínico, recalcó por su parte que esa combinación de fármacos "mejora la supervivencia, acorta las estancias hospitalarias y reduce la necesidad de ventilación mecánica".