Un estudio realizado por el centro de investigación epidemiología nutricional del Instituto Francés de Sanidad e Investigación Médica
(INSERM), y dirigido por Emmanuelle Kesse-Guyot, ha mostrado que la
dieta mediterránea puede no proteger al cerebro del envejecimiento.
Para llevar a cabo esta investigación, los expertos analizaron
desde mediados de la década de 1990 a 3.083 personas menores de 45 años.
Al comienzo, los encuestados tuvieron que registrar un día entero, cada
dos meses, la comida que ingerían con el objetivo de ofrecer a los
investigadores seis muestras de registros dietéticos durante un año.
Una vez que los participantes cumplieron 65 años, los
investigadores midieron su edad, la memoria y otras habilidades mentales
como, por ejemplo, recordar las palabras de una lista o pedirles
nombrar tantos animales como sea posible en dos minutos. Posteriormente,
les separaron en tres categorías dependiendo de lo cerca que se
adhirieron a una dieta de estilo mediterráneo, y compararon sus
puntuaciones mentales en la prueba de habilidad.
"Nuestro estudio no apoyan la hipótesis de un efecto
neuroprotector significativo de una dieta mediterránea en la función
cognitiva", han asegurado los investigadores. En este sentido, el
profesor asociado de Columbia de Nueva York, Centro Médico de la
Universidad, Nikos Scarmeas, que no ha participado en el estudio
pero ha investigado los efectos de los alimentos sobre la salud del
cerebro, ha advertido de que esta investigación tiene "algunas limitaciones".
Por ejemplo, según ha comentado, los investigadores sólo probaron
las habilidades mentales de los participantes en una ocasión, por lo
que, según ha comentado Scarmeas, es "imposible" hacer un seguimiento si
tiene "mejor o peor" pronóstico con el tiempo.
Asimismo, este experto ha avisado también de que es "demasiado pronto"
para asegurar que la dieta mediterránea mejora o no la salud del
cerebro aunque, ha recordado que estos hábitos están vinculados a la
salud del corazón.