sábado, 6 de diciembre de 2014

Encuentran grandes diferencias entre países a la hora de diagnosticar y tratar un cáncer

LONDRES.- La revista "The Lancet" ha publicado el estudio global más completo sobre supervivencia al cáncer realizado hasta la fecha y muestra "amplias diferencias" entre países, que los expertos atribuyen a un desigual acceso a un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado.

El estudio "Concord-2" se ha realizado a partir de 279 registros con más de 25,7 millones de afectados por uno de los 10 tumores más frecuentes diagnosticados de 1995 a 2009 de 67 países, que representan a dos tercios de la población mundial.
Incluso después de que los investigadores corrigieran los datos para evitar incluir fallecimientos por otras causas y se clasificaran por edad, sexo o raza, los investigadores encontraron "grandes diferencias" entre países y regiones.
"Nuestros hallazgos muestran que en algunos países el cáncer es mucho más letal que en otros, y en el siglo XXI no debería haber un abismo tan dramático en la supervivencia", ha reconocido Claudia Allemani, profesora de Epidemiología del Cáncer en la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido) y autora de la investigación.
Una de las más significativas fue la observada en el caso de la leucemia linfoblástica aguda en niños, el tumor más común en la infancia, con una supervivencia a cinco años después del diagnóstico que oscila del 16 al 50 por ciento en países como Jordania, Lesotho, Túnez, Indonesia o Mongolia mientras supera el 90 por ciento en países como Canadá, Austria, Bélgica, Alemania y Noruega.
De los 10 tumores estudiados, el cáncer de hígado y el de pulmón son los que tienen el peor pronóstico, con una supervivencia a los cinco años de menos del 20 por ciento tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, lo que sugiere que la mayoría de los pacientes son diagnosticados demasiado tarde para que el tratamiento sea eficaz.
Por ejemplo, aunque la supervivencia al cáncer de pulmón ha superado el 10 por ciento en el periodo de estudio en países como China, Israel, Japón y Corea, y ha aumentado ligeramente en otros países como Colombia, América del Norte y algunos países europeos, el informe muestra como en este continente aún hay países con porcentajes inferiores, entre otros en Reino Unido.
En cambio, el análisis muestra como la supervivencia a los cinco años de otros tumores, como el de mama y el colorrectal, ha aumentado en los países más desarrollados y en América del Sur (Brasil, Colombia y Ecuador), gracias a un diagnóstico precoz y la aparición de mejores tratamientos, como la radioterapia preoperatoria y la escisión total del mesorrecto, en el caso de estos tumores.
La supervivencia más elevada para estos tumores se consigue en Israel y Ecuador (más del 68% en caso de cáncer de colon); Qatar, Chipre e Islandia (más del 70% en cáncer de recto); y Australia, Brasil, Canadá, Chipre, Israel, Japón, Estados Unidos y varios países europeos (más del 85% en el caso del cáncer de mama).
A nivel mundial Mongolia es con diferencia el país con la supervivencia más baja para estos tres tipos de tumor, mientras que en Europa el país menos superviviente es Rusia. Además, en este continente el estudio muestra que, mientras el país más superviviente al cáncer colorrectal es Islandia (65% en colon y 77% en recto), en los de mama las mejores tasas las presentan Francia y Finlandia, donde sobreviven tras cinco años el 87 por ciento de estas afectadas.
El cáncer de estómago, menos letal en el sudeste asiático
En lo que respecta al cáncer de estómago, la supervivencia es más elevada en el sudeste de Asia (Japón, 54%; Corea, 58%; Taiwán, 36%), lo que refleja una actividad más intensiva en el diagnóstico precoz y el uso de cirugía radical. Dentro de Europa, la supervivencia a los cinco años en Dinamarca, Malta, Polonia y Reino Unido está en el 18-19 por ciento, siendo más baja que en la mayoría de países europeos.
Otros de los tumores que muestran amplias diferencias son los que afectan al ovario y al cuello de útero, donde la supervivencia ha mejorado levemente en términos generales.
De este modo, en el caso del cáncer de cérvix varía desde una supervivencia superior al 70 por ciento en las Islas Mauricio, Corea, Taiwán, Islandia y Noruega a menos del 40 por ciento en Libia. Y dentro de Europa, la supervivencia del cáncer de cuello uterino es del 60 por ciento o inferior en Reino Unido, Francia, Irlanda, Letonia, y hasta en cuatro países de Europa del Este (Bulgaria, Polonia, Rusia y Eslovaquia), apenas se ha observado mejoría en los últimos 15 años.
Pese a estos datos, la doctora Allemani reconoce que la mayor parte de esta variabilidad se debe a factores que se pueden cambiar, como la accesibilidad y calidad de los servicios de diagnóstico y tratamiento, y cree que debe ser una llamada de atención para que los sistemas sanitarios inviertan más en el abordaje de esta enfermedad.

La obesidad puede reducir en ocho años la expectativa de vida

MONTREAL.- La obesidad puede reducir en hasta ocho años la expectativa de vida de las personas y en 19 los años de vida sin enfermedades, según concluye un estudio publicado hoy en la revista médica "The Lancet".

Un equipo del Instituto de investigación del centro de salud de la Universidad McGill de Montreal (Canadá), dirigido por el doctor Steven Glover, elaboró un modelo informático de la incidencia de enfermedades según el peso, con datos extraídos del Estudio de nutrición y salud nacional de Estados Unidos.
Los expertos calcularon el riesgo de contraer diabetes y enfermedades cardiovasculares para adultos de diferente peso y después analizaron el efecto del sobrepeso y la obesidad en los años de vida que perdían -y en los años de vida sana perdidos- de adultos estadounidenses de entre 20 y 79 años, comparado con personas de peso normal.
Comprobaron que las personas con sobrepeso (un índice de masa corporal, o IMC, de 25) perdían de 0 a 3 años de expectativa de vida, dependiendo de su edad y género.
Las personas obesas (IMC de 30) perdían entre 1 y 6 años, mientras que las muy obesas (IMC de 35) veían recortada su vida entre 1 y 8 años, comparado con personas con un IMC ajustado a su altura y dimensiones.
Se considera que un IMC por debajo de 18,5 indica desnutrición o algún problema de salud, mientras que uno superior a 25 indica sobrepeso.
Por encima de 30 hay obesidad leve, y por encima de 40 hay obesidad elevada.
"Nuestro modelo informático prueba que la obesidad está asociada con un riesgo más alto de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes que, de promedio, reducirán drásticamente la expectativa de vida de la persona y sus años de vida sana, sin estas enfermedades crónicas", explica Grover.
Según su estudio, el efecto del peso excesivo en la pérdida de años de vida es mayor entre los jóvenes de entre 20 y 29 años, ascendiendo a 19 años de vida menos en los casos de obesidad extrema, y disminuye con la edad.
El exceso de peso no solo reduce la expectativa de vida sino también los años de vida sana, definidos en este estudio como los años sin enfermedades asociadas al peso, como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, apuntan los expertos.
"La pauta está clara", afirma Glover.
"Cuanto más pesa una persona y cuanto más joven es, mayor es el efecto en su salud, pues tiene más años por delante en los que los mayores riesgos de salud asociados con la obesidad pueden tener un impacto negativo en su vida", declara.
Según este especialista, estos datos son útiles para que las personas obesas y los profesionales de la salud "puedan apreciar mejor la escala del problema y los beneficios de un estilo de vida más sano".

martes, 2 de diciembre de 2014

Vivir en una ruta aérea, malo para el corazón

BERLÍN/MADRID.- Vivir bajo una ruta aérea aumenta el riesgo de hipertensión, infarto e ictus, según ha mostrado un estudio, publicado en 'European Heart Journal', que ha sido llevado a cabo por investigadores del departamento de Medicina de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (Alemania).

Para llevar a cabo el estudio, los expertos realizaron un estudio de campo ciego sobre una muestra de 75 voluntarios sanos, con una edad media de 26 años, los cuales fueron expuestos de forma aleatoria a diferentes secuencias de patrones de ruido: uno sin ruido y dos con reproducciones del sonido de diferentes números de vuelos (una reproducción de 30 vuelos y otra de 60 vuelos), con un nivel medio de presión sonora máximo (SPL) de 60 decibelios (dB).
De esta forma, se comprobó que los adultos sanos que se habían expuesto tan solo una noche al ruido de 60 vuelos veían alterada su función endotelial, señalando una significativa contribución del estrés oxidativo en este fenómeno; aunque estos efectos fueron notablemente mejorados mediante el suministro de vitamina C.
Además, la disfunción endotelial iba paralelamente acompañada de un aumento significativo de los niveles de adrenalina y de una disminución de la calidad del sueño, con un aumento de la presión arterial sistólica.
"Estos nuevos hallazgos indican que la hipertensión observada en respuesta a la exposición al ruido durante la noche podría explicarse por el aumento de la activación simpática pero también por la disfunción endotelial", ha comentado el vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y miembro de la FEC, Alejandro Berenguel Senén.
De hecho, prosigue, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que durante la noche no deberían de superarse los 30 decibelios para poder garantizar el descanso dentro de una comunidad. "Lamentablemente, muchas veces es difícil que se logren cumplir estos niveles debido al ocio nocturno o a la cercanía de los aeropuertos, como ya hemos comprobado", ha recalcado.
'Ruido y salud'
Por otra parte, la FEC ha recordado que la contaminación acústica se ha convertido en uno de los principales problemas medioambientales de España, como lo demuestra el informe 'Ruido y Salud', donde se indica que es el segundo país más ruidoso del mundo, solo por detrás de Japón, y que es el que posee un mayor índice de población expuesta a altos niveles de ruidos, con más de nueve millones de ciudadanos que soportan niveles por encima de los límites que permite la OMS, 65 dB durante el día y de 55 dB por la noche.
Por ello, la FEC ha recordado la necesidad de que "todos" de las administraciones como de los ciudadanos, creen entornos sonoros promotores de salud que velen por el descanso de la población.
Finalmente, ha recomendado a los grupos más vulnerables al ruido (niños, enfermos crónicos y personas de edad avanzada) que eviten en la medida de lo posible las exposiciones a zonas de alto ruido, y a las administraciones que velen para garantizar que se cumplen las medidas adecuadas para la prevención de la contaminación acústica.