sábado, 5 de enero de 2013

Un estudio asocia caminar con menos apoplejías en mujeres

Las mujeres que caminan al menos tres horas por semana son menos propensas a sufrir un accidente cerebrovascular (ACV o ictus) que las que andan menos o no lo hacen en absoluto, según un estudio español que siguió a miles de personas.

Aunque el estudio, publicado en la revista Stroke, no puede demostrar que el paseo habitual llevase a sufrir menos ictus, se suma a un pequeño número de indicios sobre una posible relación entre ejercicios específicos y los riesgos de sufrir enfermedades concretas.
Estudios anteriores han asociado la actividad física a menos ACV, que pueden estar provocados por placa acumulada en las arterias o vasos sanguíneos rotos en el cerebro.
"El mensaje para la población general sigue siendo similar: realizar de forma regular actividades recreativas moderadas es bueno para la salud", indicó el director del estudio, José María Huerta, del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad y Consumo de Murcia.
Las mujeres que caminaban enérgicamente durante 210 minutos o más por semana tenían un riesgo menor de sufrir un ACV que las inactivas, pero también que las que montaban en bicicleta y hacían otra clase de ejercicios de mayor intensidad durante menos tiempo.
En total, casi 33.000 hombres y mujeres respondieron a un cuestionario de actividad física a mediados de los 90 dentro de un proyecto europeo más amplio sobre el cáncer. Para su estudio, Huerta y su equipo dividió a los participantes por género, tipo de ejercicio y tiempo total de ejercicio a al semana.
Los autores siguieron a los participantes de forma periódica para registrar cualquier ictus. Durante los 12 años siguientes se produjeron un total de 442 accidentes cerebro vasculares entre los hombres y mujeres del estudio.
Los resultados para las mujeres que caminaban de forma habitual mostraban un riesgo un 43 por ciento menor en comparación con el grupo inactivo, señaló Huerta. En los hombres no se registró una reducción en función del tipo o la frecuencia del ejercicio.
"No tenemos una explicación clara para esto", escribió Huerta en un correo electrónico, señalando que quizá los hombres en el estudio estaban en mejor condición física que las mujeres, pero que no hay pruebas para sostener esa hipótesis.
Huerta tampoco quiso comparar los niveles de riesgo de los participantes con los de la población general, señalando las características poco habituales de los sujetos. Por ejemplo, la mayoría de los hombres y mujeres del estudio eran donantes de sangre y los donantes de sangre tienden a tener buena salud.
"No sacaría muchas conclusiones de los resultados porque son para una población muy específica", dijo Wilson Cuerva, de la Universidad de Chicago, quien no participó en el estudio.
Cuerva señaló que el estudio dependía mucho de medidas subjetivas como el recuerdo de los participantes sobre sus ejercicios y que no había una forma objetiva de medir la actividad que realmente hacían.
Si bien señaló que es difícil sacar conclusiones del estudio español, sí indicó que la gente debería intentar seguir las recomendaciones de hacer dos horas y media de ejercicio moderado, como andar con energía, cada semana.
"Sabemos que el ejercicio está relacionado a un riesgo reducido de ictus y otras enfermedades", dijo.

Las personas que padecen 'mobbing' en el trabajo son las únicas que pueden sufrir una depresión postnavideña

La reincorporación al trabajo tras unos días de vacaciones por Navidad se hace dura para muchas personas pero sobre todo para aquellas que sufren algún caso de 'mobbing' (acoso) laboral en las que, en este caso, sí que se puede hablar de depresión postnavideña, señala el psicólogo clínico Esteban Cañamares.

   Este experto explica que la "inmensa mayoría" padece  desajustes en el apetito y sueño durante 3 ó 4 días a consecuencia de los cambios en los horarios laborales y vacacionales. En cambio, para las personas que padecen acoso laboral, la vuelta supone un "suplicio".
   Para este tipo de personas, este experto considera "imprescindible" acudir a los sindicatos y al psicólogo ya que, en sus palabras, "en algunos casos puede dar lugar al suicidio o a la depresión mayor".
   Sin embargo, para el resto de personas, recomienda levantarse de "forma gradual" durante los días previos a la incorporación. "Hay que levantarse y acostarse a la misma hora", apostilla.
   La diferencia entre la vuelta de las vacaciones de verano y las de Navidad es que las primeras "suelen ser más largas" y, de esta manera, existe "un cambio de rutina mayor". En el segundo caso, por lo general, "nos vamos al pueblo, cambian menos las rutinas y es menos tiempo", dice.
   Para los niños, en cambio, la vuelta a la rutina puede ser más complicada que la de los adultos, asegura este experto, quien recomienda que los padres y familiares vayan acostándoles a la misma hora que lo hacen habitualmente.
   Por otro lado, Cañamares asegura que, tras las vacaciones de Navidad, aumentan las consultas con el especialista por los conflictos familiares abiertos tras las cenas de Nochebuena y Nochevieja, para lo que aconseja buscar pautas de comportamiento y analizar por qué se "llevan mal" con ese familiar.
   En relación a los propósitos de Año Nuevo, este experto recomienda fijarse "metas realistas" y hacer promesas cuando haya una "subida anímica". Y, en este sentido, pone como ejemplo proponerse dejar de fumar en el caso de que la persona esté cómoda con su pareja o trabajo.

Claves para preservar la memoria

Ejercitarse intelectualmente, hacer diariamente ejercicio físico, mantener las relaciones sociales y seguir la dieta mediterránea ayuda a no perder la memoria, especialmente cuando se llega a la vejez. Y es que, diversos estudios han mostrado que entre el 30 y el 50 por ciento de los mayores de 65 años sufren olvidos cotidianos como, por ejemplo, los nombres de personas.

   No obstante, esta pérdida de memoria también afecta a la población más joven. De hecho, las investigaciones señalan que al menos una de cada cuatro personas de entre 25 años y 35 años está preocupada por "olvidos inexplicables". Un porcentaje que asciende al 35 por ciento en las personas de más de 40 años.
   Así lo ha explicado la neuropsicóloga Gema Mejuto quien participa en un taller de memoria organizado por la Fundación Vianorte-Laguna en el Hospital Centro de Cuidados Laguna de Madrid y que tiene como objetivo ayudar a las personas a mantener la memoria activa.
   Al llegar a una cierta edad las conexiones neuronales se van debilitando provocando que "ciertas partes del cerebro" se vayan desconectando y produzcan la aparición de ciertos tipos de demencia que, en muchas ocasiones, conllevan una pérdida de memoria.
   Entre los olvidos más frecuentes se encuentran la llamada 'punta de lengua' que es cuando no salen las palabras más comunes --le ocurre a casi el 94% de los mayores--, el olvido de los nombres de personas --al 94%--, las dificultades para aprender una nueva habilidad --76%-- o cuando no se recuerda de lo que se acaba de decir --76%--.
   Ahora bien, según ha explicado Mejuto, estos olvidos comienzan a ser preocupantes cuando se convierten en habituales y duran más de seis meses. En estos casos, la experta ha recomendado que, además de acudir a talleres como el que organiza la Fundación, el afectado vaya a un médico para que le realice un diagnóstico.
   Por todo ello, la neuropsicóloga ha insistido en la necesidad de que, sobre todo, las personas mayores de 65 años realicen ejercicios intelectuales que refuercen la memoria y, por tanto, las conexiones neuronales y que, además, se entrenen físicamente dado que este ejercicio tiene repercusiones "muy positivas en el funcionamiento cerebral".
   Además, Mejuto ha subrayado la importancia que tienen las relaciones sociales recordando que las sociedades "más abiertas" tienen menos problemas de demencia y ha insistido en los beneficios que aporta al cerebro la dieta mediterránea basada en el pescado azul, en las frutas y en las verduras.