viernes, 19 de octubre de 2012

Los factores metabólicos pueden aumentar el riesgo de morir por un cáncer de próstata

La presión arterial alta, el azúcar en la sangre, los lípidos sanguíneos y el índice de masa corporal, características que suelen agruparse como el síndrome metabólico, están vinculadas en forma conjunta con un mayor riesgo de morir por cáncer de próstata. Esa es la conclusión de un nuevo estudio publicado en 'Cancer', una revista de la Sociedad Americana del Cáncer.

   Los resultados del estudio sugieren que las recomendaciones de salud pública con respecto a la dieta y el estilo de vida para prevenir la enfermedad cardíaca y la diabetes también pueden disminuir la probabilidad de que un hombre muera por cáncer de próstata.
   Los investigadores tienen poco conocimiento sobre los posibles vínculos entre los factores metabólicos, por separado y en combinación, y el riesgo de los hombres de ser diagnosticados con (o morir por) cáncer de próstata. Para investigarlo, Christel Häggström y Tanja Stocks, ambos de la Universidad de Umea en Suecia, y sus colegas, analizaron datos de 289.866 hombres inscritos en un estudio llamado Proyecto Síndrome Metabólico y Cáncer. El análisis se completó bajo la dirección de Pär Stattin, científico visitante en el Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering de Nueva York.
   Durante una media de seguimiento de 12 años, 6.673 hombres fueron diagnosticados con cáncer de próstata y 961 murieron a causa de la enfermedad. Los hombres con las categorías más altas de índice de masa corporal y presión arterial tenían un riesgo un 36 por ciento y 62 por ciento mayor de morir por cáncer de próstata, respectivamente. Además, cuando se comparaba una puntuación compuesta de todos los factores metabólicos, los hombres con una puntuación más alta fueron más propensos a morir de cáncer de próstata.
   El estudio no encontró evidencia de un vínculo entre los altos niveles de los factores de riesgo metabólicos y la probabilidad de un hombre de desarrollar cáncer de próstata, pero reveló una relación entre estos factores y su riesgo de morir de la enfermedad. Esto sugiere que mientras que los hombres con el síndrome metabólico no son más propensos que otros a desarrollar cáncer de próstata, si lo desarrollan, son más propensos a morir por el cáncer.
   "Estas observaciones sugieren que los factores de riesgo cardiovascular como el sobrepeso y la hipertensión están implicadas en la estimulación de la progresión del cáncer de próstata", dijo Stattin.

Abusar de carbohidratos y azúcares puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo

Las personas mayores de 70 años que siguen una dieta con un alto contenido en carbohidratos presentan un riesgo casi cuatro veces mayor de desarrollar deterioro cognitivo leve, riesgo que aumenta con una dieta rica en azúcares, según han demostrado los investigadores de la Clínica Mayo en un estudio publicado en 'Journal of Alzheimer's Disease'.

   De este modo, el estudio, financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, destaca la importancia de seguir una dieta equilibrada, afirma el autor principal Rosebud Roberts, epidemiólogo de la Clínica Mayo, quien subraya la importancia de que la dieta sea equilibrada en cuanto a la proporción de proteínas, carbohidratos y grasas, "porque cada uno de estos nutrientes cumple una función importante para el organismo".
   Los investigadores hicieron un seguimiento de 1.230 personas de edades comprendidas entre los 70 y los 89 años, que proporcionaron información sobre su alimentación durante el año anterior. Un equipo especializado compuesto por médicos, enfermeras y neuropsicólogos evaluó la función cognitiva de los participantes en el estudio.
   A los 940 que no mostraron signos de deterioro cognitivo se les pidió que volvieran a someterse a evaluaciones de seguimiento. Después de casi cuatro años de investigación, 200 de los citados 940 empezaron a mostrar un deterioro cognitivo leve así como problemas de memoria, lenguaje, pensamiento y juicio superiores a los habituales para la edad.
   Así, quienes indicaron consumir las tasas más altas de carbohidratos al comienzo del estudio tenían 1,9 veces más posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve que aquellos con una ingesta inferior de carbohidratos. Por otro lado, los participantes con mayor consumo de azúcar tenían 1,5 veces más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo leve que quienes indicaban los niveles más bajos.
   Igualmente, las personas cuya alimentación era más rica en grasas presentaban un 42 por ciento menos de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo con respecto a las personas con el nivel de consumo de grasas inferior, y quienes consumían alimentos con mayor contenido proteínico redujeron el riesgo a un 21 por ciento.
   Teniendo en cuenta la ingesta total de grasas y proteínas, las personas con mayor consumo de carbohidratos tenían 3,6 veces más posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve. "Una ingesta alta de carbohidratos podría resultar nociva para el ser humano, porque los carbohidratos repercuten en el metabolismo de la glucosa y la insulina", ha explicado Roberts.
   Dicho esto, ha precisado que el azúcar estimula el cerebro, por lo que es "bueno" si se consume con moderación. "En cambio, un nivel de azúcar demasiado elevado puede impedir que el cerebro realmente utilice el azúcar, similar a lo que ocurre con la diabetes de tipo 2", ha señalado.

La mayoria de las mujeres deben vacunarse contra el papilomavirus

Expertos de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (SEGO) han lanzado un artículo en la revista de esta sociedad científica en el que recomiendan la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) a la mayoría de las mujeres por su eficacia del 90 por ciento.

   Así lo recogen en el documento 'Vacunación frente al cáncer de cérvix en mujeres fuera de los programas de vacunación sistemática, con o sin infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) o lesión cervical. Encuesta de opinión y recomendaciones', que ha sido avalado por la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC), la Asociación Española de Vacunología (AEV), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
   El coautor del mismo y miembro del Hospital Clínico de Barcelona, el doctor Aureli Torné, indica que "se han demostrado científicamente los beneficios de esta vacuna" y, por ello, la aconseja "individualizadamente". En este sentido, expresa que, pese a que el riesgo de infección "existe a lo largo de la vida, la realidad de cada mujer es distinta".
   De esta forma, ejemplifica que "la mujer de 45 años que no tiene relaciones fuera de su pareja, ni ésta tampoco, presenta un riesgo ínfimo de contacto". No obstante, en las que tienen una actividad sexual con diferentes parejas, "sí puede tener un beneficio la vacunación".
   Y es que, Torné indica a Europa Press que no sólo previene el cáncer de cérvix "entre un 70 y un 80 por ciento", sino que también reduce la posibilidad de padecer otros tumores, como "el de bulba, vagina, canal anal, el rinosinusal o el de orofaringe". De cualquier forma, debido al elevado precio de la vacuna -entre 120 y 150 euros por cada una de las tres dosis necesarias-, entiende que las autoridades sanitarias no la financien pasados los 14 años de vida de la mujer.
   Sin embargo, mantiene que, si no tuviera este coste, "sería sistemática, sin límite de edad y ampliada, incluso, a los hombres". Pero en el contexto actual, sostiene que "el médico debe informar de lo beneficioso de vacunarse a la paciente y, ésta, decir en función de su situación personal".
   Para Torné, la dosis que aprobó la OMS en 2007 para los tipos de PVH 16 y 18 debe ser recomendada por el profesional, ya que las dudas frente a su eficiencia y seguridad "ha hecho que la tasa de vacunación sea baja". Así, los expertos indican que "sólo dos de cada tres niñas se vacunan".
   Al hilo de ello, sale al paso de la polémica surgida en torno a este apartado al afirmar que "ésta es una de las más seguras, ya que tiene estudios muy potentes con un gran número de pacientes". Por ello, sostiene que "no hay ninguna evidencia sólida que ponga en jaque su administración".
   Para conocer el conocimiento de los profesionales sanitarios acerca de este método de protección, los especialistas han encuestado a una muestra de ellos. De él se extrae que "el 66 por ciento indica la vacuna a las mujeres que han estado en contacto con el virus, y que un 51 por ciento la recomienda a las mujeres que ya presentan lesiones cervicales".
   Por su parte, el otro autor del artículo publicado en la revista de SEGO y miembro del Instituto Catalán de Oncología, el doctor Xavier Castellsagué, destaca la importancia de la detección precoz, ya que el cáncer de cérvix "afecta a casi 2.000 personas en España cada año". Debido a ello, "es el 11º tumor en incidencia en la mujer, y el 15º en mortalidad".
   No obstante, si se restringe el ranking a las mujeres menores de 45 años, el porcentaje se eleva "al segundo en incidencia y al tercero en mortalidad". Por ello, y porque, citando al estudio Cleopatra, "el VPH está presente en el 30 por ciento de las mujeres jóvenes", insiste en aconsejar la vacunación.
   Según su criterio, la prevalencia del virus disminuye con la edad, pero no es motivo de relajación, ya que "el riesgo de persistencia aumenta con la misma". Esta coyuntura la achaca a que la función inmune "se deteriora" con los años.
   Otros expertos han apoyado estas ideas, como el es el caso de la responsable del Grupo de Atención a la Mujer de SEMERGEN, Mercedes Abizanda, que añade que la prevención debe ser "una actividad multidisciplinar" en la que participen "médicos, enfermeras, matronas y ginecólogos".
   Por último, el representante de SEGO, José Antonio Vidart, se muestra en la misma línea de opinión que sus 'colegas'. "Si se siguen estos métodos de prevención, podemos hablar casi del fin de este cáncer", concluye.

Más de la mitad de los europeos no conserva su dentadura natural completa

El 70 por ciento de los europeos asegura estar contento con su higiene dental, sin embargo, más de la mitad indica que no conserva su dentadura natural completa, según un estudio a nivel europeo, que ha recogido 3.500 opiniones sobre salud oral y que ha sido impulsado por Wrigley y GSK en el marco de su colaboración con la Plataforma para una mejor Salud Bucodental en Europa.

   "Las enfermedades bucales requieren tratamientos caros y pueden incrementar el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer. Esta encuesta pone de manifiesto que muchos europeos tienen que aprovechar mejor los mecanismos sencillos y accesibles que pueden ayudarles a mejorar rápidamente su higiene bucal", ha señalado el presidente de la Plataforma, Kenneth Eaton.
   Los resultados del estudio, en el que han participado ciudadanos de Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Polonia, España y Reino Unido, revelan que los hábitos sobre salud bucodental son diferentes entre países. Así, los italianos y españoles se cepillan los dientes con más frecuencia que los ciudadanos del resto de países encuestados.
   De este modo, más del 75 por ciento de los ciudadanos de estos países Mediterráneos afirmaron que se cepillaban los dientes al menos dos veces al día y más del 35 por ciento, al menos tres veces diarias. En cambio, solo el 12 por ciento de los irlandeses y el 8 por ciento de los británicos declaró cepillarse los dientes tres veces al día.
   El comportamiento en cuanto a la duración del cepillado varía también según el país, en Italia (63%) y España (59%) son más propensos a cepillar sus dientes en menos de dos minutos --duración recomendada--. En contraposición, un 62 por ciento de los alemanes tiene una mayor predisposición por cepillarse los dientes durante dos minutos o más.
   En general, un 70 por ciento de los europeos asegura que visita al dentista como mínimo una vez al año. Entre nacionalidades, los polacos son los que más acuden al dentista --un 19% dice que lo hace al menos tres veces al año--.
   Por su parte, los encuestados británicos (46%) y alemanes (44%) son más propensos a ir al dentista dos veces al año, mientras que los franceses (43%) y españoles (41%) se limitan a una vez al año.
   En general, el 31 por ciento reconoce que le da miedo ir al dentista y el 43 por ciento de los europeos afirman ir únicamente cuando se manifiestan complicaciones dentales, en lugar de programar las revisiones preventivas habituales.
   Para los europeos que no van al dentista cada año, las principales razones esgrimidas para no hacerlo son el coste del tratamiento dental (40%), no tener problemas dentales (30%) o considerar que los problemas dentales no son muy graves (28%).
   El texto recoge también que el 22 por ciento de los españoles indica que se cepilla los dientes menos de dos veces al dia. Además, la duración  es menor de los 2 minutos recomendados.
   Además, el 70 por ciento de los encuestados españoles no asocia masticar chicle sin azucar con beneficios para su salud bucodental, a pesar de que existen estudios que indican que hacerlo después de comer y beber estimula la producción de saliva que ayuda a limpiar los restos de alimentos, lo que neutraliza los ácidos que dañan la placa y remineraliza el esmalte dental.
   El estudio también pone de manifiesto que el hilo dental se utiliza poco. Así, el 36 por ciento afirma que nunca lo usa, a pesar de que más de la mitad lo considera clave para ayudar a prevenir infecciones de las encias. Por su parte, el enjuague bucal recibe una buena acogida como mecanismo para combatir el mal aliento, puesto que más de la mitad de los encuestados considera que previene la placa dental y las infecciones de las encias.
   En general, todos los ciudadanos de los países encuestados afirman conocer los productos que afectan positivamente a la salud dental -verduras, lácteos y agua-- así como aquellos que tienen un efecto negativo.
   "La caries y las enfermedades de las encias se pueden prevenir fácilmente con una dieta sana y equilibrada junto con revisiones dentales habituales y unos hábitos de higiene adecuados, como un cepillado correcto con dentífrico con flúor, la limpieza interdental, y mascar chicle sin azucar después de las comidas", recuerda el doctor Eduardo Chimenos-Kustner, asesor medico del programa OrbitRpro en España.

La crisis económica puede dejar secuelas en la salud mental de los niños

El jefe de Servicio de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Celso Arango, alerta de que la actual crisis económica que está afectando a gran parte de las familias españolas también puede dejar "secuelas" en la salud mental de los niños que afecten a su comportamiento de adultos.

   Así lo ha reconocido con motivo de la VII Jornada Científica 'Prevención y detección precoz en psiquiatría del niño y del adolescente' organizada por la Fundación Alicia Koplowitz, en la que se ha abordado la situación de las diferentes patologías psiquiátricas en las primeras etapas de la vida, su prevención, su diagnóstico y su tratamiento.
   Actualmente se estima que uno de cada cinco adultos ha sufrido algún tipo de trastorno mental durante su infancia o su adolescencia, y aunque algunos desaparecen con el propio desarrollo (como los cuadros adaptativos, enúresis o terrores nocturnos), otros son más graves y requieren una atención constante, como la esquizofrenia, la depresión o la fobia social.
   Sobre estas últimas, Arango, que también dirige la Cátedra Alicia Koplowitz-Universidad Complutense de Madrid de Psiquiatría Infantil, ha explicado que la crisis puede tener una repercusión en su incidencia, ya que a su juicio los niños son los "sufridores silentes" de la actual situación que vive España.
   "Los niños lo escuchan todo, los diálogos de lo que pasa en casa, al padre cuando pierde el trabajo, a la madre que no llega a fin de mes, que no hay dinero para comida, etcétera. Aunque son cosas que se le intentan esconder, pero un niño de 7 u 8 años de edad capta perfectamente lo que sucede", ha aseverado.
   El problema en estos casos, según este experto, es que "no se les hace partícipes", sino que "son sujetos pasivos de las malas noticias y las consecuencias de éstas".
   "Esto hace que se puedan sentir excluidos e incluso culpables de lo que está sucediendo, de que sus padres estén tristes o angustiados por no llegar a fin de mes", reconoce Arango, que recomienda que "en la medida de sus capacidades se cuente con ellos y se le comuniquen las cosas porque tan sólo el hecho de formar parte de la unidad familiar es para ellos muy importante".
   De hecho, el no hacerlo puede desembocar en posteriores patrones de comportamiento, como una incapacidad para relacionarse, una menor empatía o una desconfianza ante las cosas "que pueden arrastrar a su vida adulta".
   "Todos somos productos de nuestra educación y experiencias vitales", recuerda Arango. De hecho, hay estudios que han demostrado que las situaciones vividas, incluso durante la gestación, pueden condicionar la salud mental de un individuo.
   En este sentido, por ejemplo, se ha demostrado que en mujeres embarazadas cuyos maridos fueron a la guerra el riesgo de esquizofrenia de sus hijos era dos veces mayor que aquellos cuyas madres no habían tenido ningún factor estresante durante el embarazo.
   Por ello, Arango ha insistido en la necesidad de detectar estos cuadros "cuanto antes" y darles un tratamiento precozmente va a mejorar mucho el pronóstico.
   Asimismo, este experto también ha insistido en la necesidad de acabar con el estigma social que rodea a estas enfermedades y que, en el caso de los niños, en muchos casos las acaba incluso agravando.
   "Son enfermedades enormemente estigmatizantes, porque si yo me rompo una pierna y tengo que tenerla escayolada, seguro que nadie se metería conmigo por ello", ha explicado, mientras que en el caso de un trastorno mental, sea cual sea, quienes lo padecen suelen "sufrir las risas, burlas y la discriminación del resto, una carga que a veces es incluso mayor que el propio trastorno".