martes, 25 de septiembre de 2018

Un test genómico predice qué pacientes con cáncer responderán a la inmunoterapia

BARCELONA.- Investigadores españoles han descubierto un biomarcador genómico capaz de predecir la respuesta al tratamiento con inmunoterapia en cáncer, independientemente del tipo de esta enfermedad, a través de una proteína presente en los linfocitos, células inmunológicas clave en la respuesta contra el cáncer.

El estudio, publicado en la revista 'Annals of Oncology' y coordinado por científicos del Hospital Clínic - Institut d'investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (Idibaps) de Barcelona, ha demostrado que cuanta más cantidad hay de este receptor presente en los linfocitos (la proteína PD1), mejor es la respuesta a fármacos dirigidos contra esta proteína.
El coordinador del artículo y jefe de Oncología Médica del Clínic, Aleix Prat, ha destacado que se trata del "primer biomarcador genómico capaz de predecir el beneficio a la inmunoterapia independientemente del tipo de cáncer", y ha añadido que el objetivo actual es validar de forma definitiva su utilidad clínica en un ensayo clínico.
"Los resultados demostraron que un 52% de los pacientes con expresión elevada de PD1 respondían al tratamiento anti-PD1 independientemente del tipo de cáncer que tuvieran. En cambio, las respuestas en los tumores con baja expresión de PD1 eran sólo del 15%", ha afirmado.
El cáncer se caracteriza por la acumulación de varias alteraciones genéticas que hacen que las células tumorales creen antígenos, unas proteínas que pueden ser identificadas por el sistema inmunológico, concretamente por los linfocitos, e inducir una respuesta antitumoral.
Se han desarrollado fármacos dirigidos contra estas proteínas, como pembrolizumab o nivolumab, que activan los linfocitos que se encuentran dentro del tumor: "Por razones que aún desconocemos, la respuesta a esta inmunoterapia es muy diferente según el tipo de cáncer".
"Por ejemplo, un 40% de los pacientes con melanoma responden al tratamiento, mientras que sólo lo hacen un 20% de los pacientes con cáncer de pulmón o un 5% de los pacientes con cáncer colorrectal", ha detallado, por lo que es necesario identificar biomarcadores que puedan ayudar a predecir esta respuesta.
Para comprobar su hipótesis de que la cantidad de esta proteína dentro del tumor explicaría las diferencias a los fármacos, analizaron datos de 547 genes, incluido PD1, en cerca de 10.000 tumores y 34 tipos de cáncer de la base de datos pública del Atlas del Genoma del Cáncer (TCGA).
Tras comprobar que todos estos genes tenían la asociación más fuerte con la probabilidad de respuesta a la inmunoterapia, lo analizaron en 773 muestras de 17 tipos de cáncer del biobanco del Clínic-Idibaps:
"En nuestra serie de casos, confirmamos lo mismo que habíamos visto en el TCGA a pesar de utilizar métodos analíticos muy diferentes", ha señalado la investigadora post-doctoral Laia Paré.
Ante esta confirmación, desarrollaron un test genómico para determinar PD1 en los linfocitos que se pudiera implementar en la práctica clínica diaria, y el último paso fue testarlo en 117 tumores de pacientes tratados con inmunoterapia en el Clínic y en otras instituciones del Grupo Español Multidisciplinar de Melanoma.
Este estudio ha sido financiado principalmente por una beca de la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom), y por las aportaciones de las asociaciones Pas a Pas contra el Càncer de Mama y Save The Mama.

Identifican una molécula que detiene y revierte la neurodegeneración del párkinson

BARCELONA.- Investigadores del Instituto de Biotecnología y de Biomedicina (IBB) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han identificado una molécula que detiene y revierte la neurodegeneración que provoca el párkinson.

La investigación, que publica hoy la revista PNAS, ha revelado que una pequeña molécula, llamada SynuClean-D, interrumpe la formación de fibras amiloides de alfa-synucleina, el proceso que desencadena la enfermedad de Parkinson, y revierte la neurodegeneración que se deriva de ella.
El párkinson se caracteriza por la acumulación de depósitos de proteínas en las neuronas dopaminérgicas (las que producen dopamina) en forma de fibras amiloides, que son agregados formados principalmente por la proteína alfa-sinucleína.
Esta agregación se produce de manera muy compleja, y ello hace que sea complicado identificar moléculas que puedan prevenir o revertir este proceso y la neurodegeneración que conlleva.
Ahora, los investigadores, tras analizar más de 14.000 moléculas, han encontrado una, llamada SynuClean-D, que inhibe la agregación de la proteína alfa-sinucleína y rompe las fibras amiloides ya formadas, evitando que se inicie el proceso que desencadena la enfermedad neurodegenerativa de párkinson.
Mediante experimentos realizados con el gusano 'Caenorhabdiis elegans', uno de los modelos animales más utilizados para el estudio de enfermedades neurodegenerativas, los investigadores han podido comprobar que, una vez administrada a través de la comida, la molécula es capaz de reducir notablemente la agregación alfa-sinucleína, impidiendo la propagación de los agregados tóxicos, y, por tanto, evita la degeneración de las neuronas dopaminérgicas.
"Todo parece indicar que la molécula que hemos identificado, la SynuClean-D, puede tener aplicaciones terapéuticas para tratar enfermedades neurodegenerativas como el párkinson en un futuro", ha apuntado el investigador de la UAB Salvador Ventura, coordinador de la investigación.
Para identificar la SynuClean-D, los investigadores desarrollaron una metodología capaz de identificar inhibidores de la agregación de la alfa-sinucleína entre miles de moléculas.
Una vez identificada, se llevó a cabo la caracterización biofísica 'in vitro' de su actividad inhibidora y una prueba de su comportamiento con cultivos de células neuronales humanas, antes de probar su comportamiento en el gusano.
Los experimentos mostraron cómo la administración del inhibidor identificado reducía la agregación de la proteína, mejoraba la movilidad del animal y lo protegía contra la degeneración neuronal.
En la investigación también han colaborado científicos del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UAB, del Departamento de Química de la UAB, del Instituto de Neurociencias de la UAB, y del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona).
Además, investigadores de las universidades de Barcelona, de Vic y de Zaragoza, del University Medical Center de Göttingen (Alemania), de la Universidad de la Sorbona (Francia), del Instituto Max Planck de Medicina Experimental (Alemania), y de la Universidad de Newcastle (Reino Unido).