viernes, 25 de marzo de 2011

Los pacientes con VIH envejecen 15 años de forma prematura

Los pacientes infectados con el VIH envejecen entre 10 y 15 años de forma prematura aunque sigan el tratamiento antirretroviral, y ello aumenta su riesgo de sufrir problemas de salud añadidos, según han recordado diversos expertos en el XVI Simposio Internacional Sida 2011, que se celebra este viernes en Barcelona.
   Dicho envejecimiento, causado por "múltiples factores", entre los que también se encuentra el mismo tratamiento farmacológico, hace que los enfermos se enfrenten cada vez más a complicaciones que no están relacionadas con la infección, como problemas cardiovasculares, variedades de cáncer y deterioro neuronal, ha señalado en rueda de prensa el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínic de Barcelona, Josep Maria Gatell.
   "No sabemos qué se puede hacer con esto", ha reconocido Gatell, al indicar que éste es uno de los temas más candentes en la investigación actual contra el sida, y uno de los aspectos abordados durante la reunión.
   En todo caso, el tratamiento farmacológico actual ha conseguido reducir al mínimo la replicación viral y ha aumentado de forma exponencial la esperanza y calidad de vida de los enfermos, si bien la carga viral residual se mantiene y obliga a que dicho tratamiento se mantenga toda la vida.
   El coste promedio anual de los fármacos necesarios para el sida se sitúa entre los 7.000 y los 8.000 euros por persona, pero esta cifra puede aumentar con complicaciones añadidas como el virus de la hepatitis C o el mismo deterioro de la salud provocado por el envejecimiento.
HEPATITIS C
   El secretario de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y hepatólogo del Clínic, Xavier Forns, ha recordado que cerca del 30 por ciento de los infectados con el VIH también sufren hepatitis C.
   El abordaje de esta infección es otro de los temas que se tratan durante el simposio --patrocinado por Janssen--, ya que "en pocos meses" está previsto que salgan al mercado nuevos fármacos que mejoren el tratamiento contra esta enfermedad específica.
   Los medicamentos existentes en la actualidad solo funcionan en el 50 por ciento de los casos, pero Forns confía que con los nuevos medicamentos aumente este porcentaje y se logre paliar así la dinámica de refuerzo que tienen VIH y hepatitis C cuando se dan al mismo tiempo.
   Las complicaciones de esta segunda infección también son económicas, ya que el precio de tratar la hepatitis C supone un coste añadido de entre 6.000 y 8.000 euros que debe prolongarse entre seis meses y un año.
   Gatell ha recordado asimismo que el 30 por ciento de las cerca de 150.000 personas infectadas con el VIH en España no saben que padecen la enfermedad, lo que hace que ellos sean los responsables de cerca del 70 por ciento de los nuevos contagios.

Los niveles elevados de los triglicéridos advierten del riesgo futuro de enfermedades cardiovasculares

Unos niveles elevados de triglicéridoslos pueden advertir de la presencia futura de diferentes enfermedades cardiovasculares y otras más graves como la pancreatitis, según han destacado diversos expertos en el marco del II Symposium Nacional de Hipertrigliceridemias organizado en Bilbao por la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA).
   En este sentido, el doctor José María Mostaza, de la Unidad de Arterioesclerosis del Hospital Carlos III de Madrid, ha reconocido que "con frecuencia se asocian a otros factores de riesgo, como la obesidad, la diabetes o a tener un colesterol-HDL bajo".
   De hecho, las causas mas frecuentes de hipertrigliceridemia son la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y la diabetes y, en menor medida, el consumo de determinadas medicinas, una dieta muy rica en grasas y en azúcares y las enfermedades del tiroides.
   El problema, como indica el doctor Mostaza, es que en una persona con triglicéridos altos, además de un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, también puede aparecer una pancreatitis, una inflamación grave del páncreas que requiere ingreso hospitalario y puede llevar a la muerte.
   Para evitar esto, este experto aboga por abordar el tratamiento de la hipertrigliceridemia "calculando el riesgo cardiovascular global y el colesterol no-HDL".
   "Si éste está aumentado, se establece el tratamiento con una estatina y, tras ello, se añade si es necesario un fármaco para la reducción de la hipertrigliceridemia", añade el doctor Juan Ascaso, catedrático de la Universidad de Valencia.
   En caso de hipertrigliceridemia grave, deberá instaurarse siempre el tratamiento con un fármaco que disminuya los niveles de triglicéridos plasmáticos, para tratar el riesgo cardiovascular y el riesgo de pancreatitis.
   En este sentido, los ácidos grasos omega-3 de prescripción son unos hipertrigliceridemiantes potentes, bien tolerados, sin efectos secundarios y pueden asociarse a estatinas y a otros fármacos hipolipemiantes y no interaccionan con otros fármacos o alimentos.
   Además, tienen una nula interferencia farmacológica y ni se metabolizan en el hígado por la vía del citocromo y ni se eliminan por vía renal, por lo que "pueden ser utilizados en sujetos con hipertrigliceridemia y disminución de la función renal", añade el doctor Ascaso.
   Por su parte, el coordinador de la Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular del Hospital de Bellvitge (Barcelona), Xavier Pintó, ha destacado que la coordinación entre la Atención Primaria y la hospitalaria es "fundamental" para lograr un control adecuado y a largo plazo de los pacientes con un exceso de triglicéridos.
   Así, reconoce que "estos pacientes requieren un seguimiento prolongado que contribuya a mantener unos hábitos de vida saludables y un peso corporal óptimo", para lo que "la Atención Primaria tiene el papel principal", mientras que el hospital desempeña una labor de carácter diagnóstico y terapéutico de las hipertrigliceridemias y las dislipemias mixtas.

Desarrollan dos test que detectan precozmente la esclerosis múltiple y predicen su evolución

Dos nuevos test desarrollados por la doctora Luisa María Villar, jefa de la Sección de Inmunoquímica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, permiten detectar precozmente la esclerosis múltiple (EM) y predecir qué pacientes desarrollarán las formas más graves de esta enfermedad, pudiendo optar así por el mejor tratamiento.
   Villar ha impartido este jueves en el Ramón y Cajal el curso teórico-práctico 'Biomarcadores en líquido cefalorraquídeo', en el que junto al neurólogo Carlos Álvarez Cermeño, coordinador de la Unidad de EM de este hospital, han explicado estas nuevas técnicas a 65 expertos de varios hospitales nacionales.
   Una de estas pruebas es el test de bandas oligoclonales de Inmonoglobulinas G (IgG) en el líquido cefalorraquídeo, que permite identificar a los pacientes con los primeros síntomas de EM que pueden llegar a desarrollar esta enfermedad. De este test existía una versión previa, incluso comercializada, que Villar ha perfeccionado para hacerla más sensible y así más fiable en sus resultados.
   "Existían bandas oligoclonales de IgG para el diagnóstico temprano de la EM, pero eran de baja sensibilidad, lo que hacía que esta prueba requiriese laboratorios muy especializados y provocaba que los resultados fueran diferentes en función de quién la practicaba", ha explicado esta experta a Europa Press.
   "Ahora este test es más sensible y permite un diagnóstico temprano más fiable, lo que significa que se puede frenar el avance de la discapacidad en estos pacientes, que suelen ser jóvenes con muchos años de enfermedad por delante", dice.
   "Es importante frenar cuanto antes la neurodegeneración, porque no existe tratamiento para revertir este daño y hay que tratarlo con las nuevas terapias en las primeras etapas, cuando aún el paciente no sufre ningún déficit", añade.
   La segunda prueba, creada íntegramente por la doctora Villar, es el test de bandas oligoclonales de inmonuglobulina M (IgM). Permite averiguar, en pacientes con los primeros síntomas de EM, cuáles presentan un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad en sus formas más graves. Así los especialistas puedan optar, en estos casos, por tratamientos más precoces o más fuertes.
   Según explica la experta, la inmonuglobulina M es una proteína difícil de manipular en el laboratorio. Para facilitar su estudio, se le ocurrió "descomponerla en subunidades más manejables sin alterar sus características", un trabajo que inició en el Instituto de Neurología de Londres y que concluyó en el Ramón y Cajal, donde probó con éxito este método en sus pacientes. "Esto nos permitió identificar a estos pacientes y poder tratarlos mejor", concluye.

Un nuevo método informático detecta la aparición de ataques epilépticos

 Investigadores de la Universidad Concordia han promovido un método informático para detectar los ataques epilépticos cuando aparecen, una nueva técnica que puede abrir nuevas vías para estudiar la actividad eléctrica del cerebro. Esta investigación, presentada en el encuentro anual de la Sociedad de Ingeniería en Medicina y Biología, documenta la exitosa aplicación de este nuevo método.
   Los ataques epilépticos son causados por la interrupción de la actividad eléctrica normal en el cerebro y pueden producir una amplia gama de síntomas, entre los que se incluyen convulsiones y pérdidas de conciencia.
   Para aprender más sobre el ritmo y la naturaleza de los ataques, se suele medir la actividad eléctrica del cerebro de los pacientes utilizando electroencefalogramas (EEG, por sus siglas en inglés). Por el momento, los expertos deben revisar estos registros de forma manual, un proceso en el que se pierde mucho tiempo.
   El coautor de este estudio Rajeev Agarwal, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de esta universidad, "los registros de los electroencefalogramas pueden cubrir un periodo de varias semanas".
   "Eso supone un montón de datos para revisar. Automatizar el proceso es difícil, porque no existe una definición exacta de ataque, por lo que no hay un patrón que buscar. CAda ataque es diferente en cada paciente", explica.
   Sin embargo, los ataques presentan ciertas características reconocibles. Aparecen cuando las neuronas se disparan de una forma rítmica o sincronizada. Mientras el ataque progresa, las señales EEG muestran una transición muy fuerte. Observadas en una registradora de EEG, las ondas de actividad eléctrica tienen a ser como picos.
   El equipo de investigadores de Concordia, dirigidos por el autor principal Rajeev Yadav, ha inventado un algoritmo para comprobar la agudeza de las señales eléctricas grabadas en la EEG comprobando su ángulo. Una serie de señales afiladas indican que se está produciendo un ataque.
   Esta aproximación se ha mostrado extremadamente exitosa. En el análisis de los registros EEG de siete pacientes, este nuevo método detectó cada ataque, mientras que encajaba una tasa extremadamente baja de falsos positivos. Los resultados son mucho mejores que aquellos obtenidos a través de los métodos tradicionales.
   Este método para la detección de ataques podría tener aplicaciones más allá de la epilepsia. Según Agarwal, cofundador, director técnico ejecutivo (CTO, por sus siglas en inglés) y vicepresidente de Leap Medical Inc, "los patrones afilados de actividad eléctrica en el cerebro no son, en general, una buena señal".
   "Hay que pensar en los pacientes en coma que están en la UCI, por ejemplo", explica este investigador, para quien algunos de estos pacientes "pueden tener ataques o actividad similar a la epiléptica, pero no hay forma de saberlo por el momento". 
"Nuestro método puede ayudar a los profesionales de la salud a conseguir una representación mucho más clara de la función cerebral de los pacientes", dice.
   En la actualidad, este equipo de investigadores sigue evaluando y perfeccionando este método de detección de ataques, revisando más datos de pacientes procedentes de diferentes centros y preparando más publicaciones sobre este asunto. De cualquier forma, destaca Agarwal, los resultados son prometedores.

Descubren un sensor antiobesidad en las células que producen hormona de crecimiento

Investigadores del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la Universidad de Illinois, en Chicago (Estados Unidos), han descubierto un sensor natural contra la acumulación de grasas en las células que producen la hormona del crecimiento. Este hallazgo, publicado en 'Endocrinology,' podría desvelar el secreto para combatir la obesidad.
   Diversos estudios desarrollados en ratones transgénicos han demostrado que  las células encargadas de producir la hormona del crecimiento -- células somatotropas-- funcionan además como sensores naturales que detectan la existencia de un exceso de nutrientes e informan al organismo para evitar una acumulación de grasas y una alteración de la glucosa, condiciones previas en la obesidad.
   Los investigadores de la UCO, dirigidos por el profesor Raúl Luque, miembro del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Córdoba, han experimentado con la eliminación de genes concretos en dichas células.
   Así, han comprobado que la disminución en los niveles de la hormona del crecimiento que ocurre de manera natural en el organismo con el envejecimiento --esa hormona alcanza su mayor presencia durante la pubertad e inicia después su descenso-- podría ser la fórmula que emplea el cuerpo humano para evitar la aparición de otros problemas, como la diabetes.
   Cuando ese descenso es excesivo, se producen las alteraciones y aparecen enfermedades como la obesidad provocada por la acumulación de grasas --un defecto del metabolismo--, la pérdida de masa muscular y la aparición de la diabetes.
   El doctor en Biología por la Universidad de Córdoba y miembro del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica, Raúl Luque, ha trabajado en la Universidad de Illinois de Chicago. Desde su regreso como investigador del Programa Ramón y Cajal en 2008, ha dirigido varias tesis doctorales y un proyecto del Plan Nacional de Investigación sobre la hormona del crecimiento y los estados metabólicos extremos, como son la obesidad y la anorexia, según informa la Plataforma SINC.

Identifican una posible terapia para el cáncer de páncreas

El adenocarcinoma ductal pancreático, o ADP, es una forma muy letal de cáncer pero los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (Estados Unidos) muestran que una combinación de quimioterapia y un fármaco que activa la proteína CD40 puede reducir los tumores de forma eficaz en un subgrupo de pacientes humanos y ratones. Su trabajo se publica en la revista 'Science'.

   Los científicos, dirigidos por Gregory Beatty, informan de los resultados de un ensayo clínico en el que un pequeño número de pacientes con ADP incurable por vías quirúrgicas se benefició de la inmunoterapia con CD40. El tratamiento parecía detener la progresión del cáncer en pacientes durante una media de 5,6 meses.
   Los investigadores entonces analizaron este tratamiento en ratones que estaban modificados genéticamente para tener ADP y descubrieron que un subgrupo de roedores también respondía bien.
   Dado que se sabe que CD40 promueve las células T y elimina la supresión cancerosa de las funciones del sistema inmune, los investigadores se sorprendieron de descubrir que los efectos antitumorales que proporcionaba esta inmunoterapia con CD40 implicaban a los macrófagos. Los macrófagos que eran activados por CD40 se infiltraban con rapidez en los tumores y facilitaban la eliminación del tejido tumoral.
   Estos descubrimientos sugieren que las células T inducidas por la terapia no eran necesarias para activar el sistema inmune contra las células cancerosas. Concluyen que la activación de los macrófagos con CD40 podría proporcionar un medio de poner en marcha la inmunidad antitumoral en el ADP.

Alrededor de 22 millones de españoles sufren alguna enfermedad crónica

Alrededor de 22 millones de españoles sufren algún tipo de enfermedad crónica y el 70 por ciento del gasto sanitario se atribuye al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de este tipo de patologías, según han destacado los expertos reunidos en el 'Foro sobre Gestión del Paciente Crónico', organizado por el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, con la colaboración de Novartis.

   "Cada vez habrá más pacientes crónicos debido al envejecimiento de la población y a la mejora de los tratamientos", indica en declaraciones a Europa Press el presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, Manuel de la Peña, quien advierte de que, por este motivo, se hace necesario "abordar la problemática de la gestión del paciente crónico".
   "En España tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios reconocidos internacionalmente, pero está orientado mayoritariamente a la atención de procesos agudos. Teniendo en cuenta que cerca del 70 por ciento del presupuesto sanitario corresponde a la gestión de procesos crónicos es preciso reorientarlo", añade el subdirector médico de Calidad y Control Asistencial del Hospital de La Ribera de Alzira de Valencia, David Cuesta.
   Para ello, los especialistas coinciden en que la clave está en "optimizar los recursos sanitarios" y en "potenciar planes de autogestión", que impliquen al paciente en la compresión y manejo de su propia enfermedad.
   "Se debe apostar por la coordinación entre la Atención Primaria y especializada para evitar la duplicidad de la realización de pruebas diagnósticas", asegura de la Peña, que cree que a este respecto es "importante" la implantación de la historia clínica digital.
   Asimismo, este especialista insiste en que el paciente tiene que tomar conciencia sobre su enfermedad y "participar de forma más activa" en su manejo. Para ello, es "clave" la educación en la patología, que permita, a su vez, "establecer medidas relacionadas con la promoción de un estilo de vida saludable".
   Respecto a las posibles innovaciones en el abordaje del paciente crónico, de la Peña destaca el papel de la telemedicina como un elemento que permite "recopilar datos analíticos", en base a los que "poder tomar las decisiones necesarias para mejorar la calidad asistencial".
   Además, otra de las alternativas planteadas por el presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social es "especializar más la Atención Primaria" para dotarle de pruebas como la electrocardiografía, que posibiliten el seguimiento del paciente en este nivel asistencial.
   Se estima que el 80 por ciento de las consultas en Atención Primaria y el 60 por ciento de los ingresos hospitalarios son por patologías crónicas. A su vez, a partir de los 75 años un porcentaje superior al 50 por ciento padece cuatro o más enfermedades crónicas y muchos de estos pacientes están polimedicados; es decir, toman entre 7 y 10 fármacos a diario.

Los ataques isquémicos transitorios duplican el riesgo de ataque cardiaco

Los pacientes que han sufrido un 'mini-ictus' tienen el doble de riesgo de sufrir un ataque cardiaco que la población general, según un estudio de la Clínica Mayo en Rochester (Estados Unido), que se publica en la revista 'Stroke: Journal of the American Heart Association'.

   Estos mini-ictus, llamados ataques isquémicos transitorios o AIT, se producen cuando un coágulo sanguíneo bloquea temporalmente un vaso sanguíneo al cerebro. Aunque los síntomas son similares a los de un ictus, un AIT es más corto, suele durar sólo minutos o unas pocas horas, y no causa una discapacidad a largo plazo. Un AIT, también llamado 'ictus de advertencia', indica un mayor riesgo de un ictus posterior más grande.
   En el estudio, el riesgo de ataque cardiaco entre los pacientes de AIT era de alrededor de un 1 por ciento al año, el doble que en las personas que nunca han tenido un AIT. Este mayor riesgo persistía durante años y era superior entre los pacientes de menos de 60 años, que eran 15 veces más propensos que los pacientes sin AIT en tener un ataque cardiaco.
   En el estudio, la duración media de tiempo entre un primer AIT y un ataque cardiaco era de cinco años. Los investigadores también descubrieron que los pacientes de AIT que tenían después un ataque cardiaco eran tres veces más propensos que aquellos que no lo padecían a morir durante el seguimiento del estudio.
   Los factores que aumentaban de forma independiente el riesgo de ataque cardiaco después de un AIT incluían: género masculino, edad avanzada y consumo de medicamentos para bajar el colesterol, aunque los pacientes que utilizan estos fármacos podrían haber tenido una enfermedad cardiaca más grave inicialmente.
   La investigación incluyó a 456 pacientes, con una edad media de 72 años y un 43 por ciento hombres, diagnosticados con un AIT entre 1985 y 1994. Cerca de las dos terceras partes de ellos tenían hipertensión, más de la mitad fumaba y tres cuartas partes recibían medicación, como la 'aspirina', para prevenir los coágulos. El seguimiento medio fue de 10 años.
   Los autores utilizaron una base de datos de registros médicos para identificar de forma retrospectiva a los pacientes de AIT en Rochester y después cruzaron la información con datos sobre ataques cardiacos ocurridos dentro de este grupo de pacientes durante 2006.
   La mayoría de ataques cardiacos estaban causados por la enfermedad arterial coronaria, que se produce cuando un coágulo sanguíneo bloquea el flujo de sangre y oxígeno en un vaso sanguíneo que conduce al corazón. Aunque la enfermedad arterial coronaria es la principal causa de mortalidad entre los pacientes de AIT, según el estudio, existen datos limitados sobre la incidencia del ataque cardiaco después del AIT.
   Según explica Robert D. Brown, investigador principal del estudio, "de hecho, la enfermedad arterial coronaria es incluso una mayor causa de mortalidad después de un ataque isquémico transitorio de lo que es el ictus, por sorprendente que parezca. Debemos utilizar el episodio de AIT no sólo como signo de advertencia de mayor riesgo de ictus, sino también de mayor riesgo de ataque cardiaco, un episodio que podría aumentar el riesgo de mortalidad tras el AIT".

Unas 30.000 personas fallecen al año en España por muerte súbita

Unas 30.000 personas fallecen al año por muerte súbita, un 80 por ciento debido a patología coronaria y un 20 por ciento se corresponde con gente joven que puede padecer una enfermedad genética que la provoca.
   Así lo ha explicado el doctor Ramón Brugada Terradellas, del Centro de Genética Cardiovascular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Girona, que ha acudido este jueves al Complexo Hospitalario Universitario de Santiago a ofrecer la conferencia titulada 'Muerte súbita cardíaca y genética'.
   El doctor Brugada ha resaltado los "avances espectaculares" en las últimas décadas y ha comentado que "hay menos mortalidad cardiovascular" y "la gente se muere a mayor edad", gracias a los avances para "prolongar la vida de los pacientes".
   En cuanto al perfil de personas que sufren muerte súbita, ha señalado que afecta más a varones --sobre todo en el caso de deportistas precisa que los fallecidos son casi exclusivamente hombres--, sobre todo a una persona joven, menor de 50 años ó de 40 años, que "no tiene problemas cardíacos conocidos" y que ha sufrido pérdida de conocimiento pero no ha buscado valoración médica porque "no le dio importancia".
   Por ello, el doctor Brugada recomienda a personas que hayan perdido el conocimiento en la calle o cuando conducían, entre otras circunstancias, que acudan a pedir una valoración médica "porque puede haber una arritmia cardíaca".
   Asimismo, aconseja también someterse a una valoración médica a las personas con antecedentes familiares de muerte súbita o con algún familiar fallecido por una causa no determinada.
   Al respecto, Brugada ha resaltado que se pueden "evitar muchas muertes" si el paciente atiende estas recomendaciones y, en el caso de personas entre 40 y 45 años que vuelven a hacer deporte agresivo, señala que deben someterse a un chequeo previo; y los niños deportistas hacerse un electrocardiograma.
   En materia de prevención, también ha hecho hincapié el doctor Brugada en la importancia de contar con desfibriladores en lugares públicos para que la gente los use para evitar estas muertes. Así, ha precisado que "sólo el dos por ciento" de estos pacientes salen del hospital y con su empleo la cifra puede subir "a un 20-25 por ciento".

Los diagnósticos mediante imagen cardiaca son cada vez menos invasivos

Una investigación demuestra la utilidad del estudio no invasivo con resonancia magnética (técnica de realce tardío) en los pacientes con taquicardias ventriculares. Este tipo de personas sufre rachas de latidos rápidos cardiacos (más de cien latidos por minuto) originados desde un circuito intraventricular, lo que produce molestias torácicas, desmayos e incluso muerte súbita.
   Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por la sección de Imagen Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que celebra desde este jueves y hasta el próximo sábado su XXX encuentro anual con más de 200 especialistas en la materia.
  En dicho análisis se compararon a 18 pacientes con taquicardia ventricular con una población control de 18 pacientes con infarto crónico, pero asintomáticos, con las mismas características de edad, sexo, localización del infarto y función ventricular izquierda.
   En concreto, se observó que los pacientes con taquicardia ventricular tenían una frecuencia muy superior de canales de tejido heterogéneo en el estudio de la resonancia magnética que el grupo control. Asimismo, se detectó una elevada correlación de los hallazgos obtenidos mediante ambas técnicas (el mapa electroanatómico y la resonancia magnética) en los pacientes con taquicardia ventricular.
   Gracias al nuevo uso de la resonancia magnética de realce tardío, que detecta la fibrosis, es decir, el exceso de tejido conectivo fibroso y la necrosis miocárdica (muerte celular) a partir de imágenes muy intuitivas con contrastes de colores, es posible proporcionar mucha más información previa al elecrofisiólogo acerca de la distribución de la escara y de los canales. De este modo se logra reducir las irradiaciones a los pacientes y las posibilidades de sufrir complicaciones.
   "Nuestro primer objetivo es proporcionar al electrofisiólogo, a partir de una técnica no invasiva, información previa al estudio electrofisiológico acerca de la distribución de los canales responsables de la taquicardia ventricular, facilitando la ablación y, por tanto, acortando el procedimiento invasivo", comenta la coautora del estudio, la doctora Esther Pérez David, miembro de la sección de Imagen Cardiaca de la SEC y médico adjunto de la sección de cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
   Hoy en día existen muchos métodos para diagnosticar la enfermedad coronaria, la primera causa de muerte por enfermedad en la población española. El electrocardiograma de esfuerzo, la ecocardiografía de estrés, la resonancia magnética nuclear o el TAC son algunas de las últimas tecnologías aparecidas en este campo. Éstas ya están consolidadas en los hospitales españoles.
   El reto actual, y en el que se centra gran parte del programa de esta reunión, es la consecución de una mejor combinación de estas tecnologías (multimodalidad) para obtener la estrategia de diagnóstico más adecuada para cada uno de los pacientes, causando el menor grado de invasión y de molestias al sujeto.