miércoles, 4 de abril de 2012

Un virus puede frenar el desarrollo de las enfermedades autoinmunes

Un modelo animal del virus Epstein Barr, protegió a ratones propensos al lupus del desarrollo de esta enfermedad autoinmune. Según la doctora Roberta Pelanda de la Universidad de Colorado, autora principal del estudio, publicado en 'Proceesing of the National Academy of Sciences' (PNAS), "estos hallazgos podrían conducir a dianas terapéuticas para tratar el lupus, y otras enfermedades autoinmunes".

   El virus de Epstein Barr (VEB) infecta a la mayoría de adultos estadounidenses, causando mononucleosis en, aproximadamente, entre el 35 y el 50 por ciento de los infectados. Los síntomas agudos, generalmente, desaparecen en cuestión de semanas, después de que el virus entre en un estado latente, en el cuerpo. La infección persiste durante toda la vida de una persona, y se puede reactivar en algunos casos.
   Aunque el virus infecta a la gran mayoría de adultos, se encuentra en un porcentaje aún mayor en los pacientes con lupus, lo cual conduce a la hipótesis de que puede predisponer al desarrollo de enfermedades autoinmunes.
   El VEB no infecta a los ratones, pero un virus relacionado, el gammaherpesvirus 68, posee un patrón similar de infección y síntomas. Así, la doctora Pelanda, y sus colaboradores, infectaron un modelo de ratón del lupus con el virus. Normalmente, el cien por cien de estos ratones desarrollan la enfermedad en, aproximadamente, un año; sin embargo, en los ratones infectados con el gammaherpesvirus 68, los anticuerpos asociados al lupus no aumentaron, y se redujeron significativamente en los ratones hembra. En los riñones, donde el lupus ocasiona un importante daño tisular, la infección viral redujo el daño de tejido entre un 20 y un 80 por ciento. Otras medidas de lupus, como la activación de los linfocitos y las células dendríticas, también se redujeron en estos ratones infectados con el gammaherpesvirus 68.
   Según Pelanda, "el virus inhibe el desarrollo y progresión de lupus a muchos niveles, desde las células, hasta los órganos. Por esa razón, creemos que afecta a los mecanismos básicos de la autoinmunidad".
   Los investigadores aun no saben aun cómo el gammaherpesvirus inhibe el lupus, pero han comenzado una serie sistemática de experimentos para evaluar los diversos mecanismos posibles.

Expertos recomiendan tratar con frío la fibrilación auricular no persistente

La crioablación es una técnica avanzada para el tratamiento de la fibrilación auricular no persistente (paroxística), en la que la fuente de energía aplicada es el frío y no el calor. Esta técnica, según señalan expertos de la  Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra, es un tratamiento "sencillo y rápido".

   Esta unidad, integrada por los doctores José Ignacio García Bolao y Naiara Calvo Galiano, ha incorporado recientemente un equipo específico para emplear la crioablación en este tipo de arritmias, ya que "el tratamiento se realiza por congelación, en un solo impacto de energía, y de una manera más eficaz".
   Las ventajas que aporta al paciente la técnica con crioablación, respecto a la ablación con radiofrecuencia, residen en una mayor rapidez y sencillez del procedimiento. Además, destaca Calvo, "para realizar esta técnica no es precisa la utilización de sistemas de navegación no fluoroscópica, como ocurre con la radiofrecuencia, necesarios para conocer con exactitud el lugar donde se debe hacer la ablación. Es suficiente un sistema de escopia".
La necesidad de una única punción transeptal en la vena femoral y no dos, como habitualmente ocurre con la radiofrecuencia, es otro de los beneficios que ofrece. Además, el ingreso hospitalario medio es de tan sólo 48 horas, el mismo que con el procedimiento convencional, y se realiza bajo sedación superficial, sin necesidad de anestesia general.
    "El porcentaje de éxito con el tratamiento de la fibrilación paroxística mediante crioablación es igual o, incluso mejor, que el obtenido con el sistema tradicional de radiofrecuencia, pero es notablemente más sencillo y rápido, por lo que es aplicable a un gran número de pacientes", añade García Bolao.
   Hasta ahora, el método convencional consistía en aplicar impactos de radiofrecuencia punto a punto en todo el perímetro de las venas pulmonares, lugar donde se origina la arritmia. Con las pequeñas lesiones (ablaciones por radiofrecuencia) realizadas alrededor de dichos vasos sanguíneos se consigue interrumpir el paso del impulso eléctrico, responsable de la contracción irregular, desde las venas pulmonares hasta las cavidades cardiacas (aurícula izquierda).
   La fibrilación auricular paroxística es la arritmia sostenida más frecuente y se caracteriza por la descoordinación del ritmo de contracción de la aurícula, lo que puede provocar trombos y embolias y desencadenar, por tanto, complicaciones cardiovasculares importantes.

Realizar 30 minutos de actividad física al día alarga la esperanza de vida cinco años

Un estudio realizado por investigadores del Instituto Universitario Cemic de Buenos Aires en personas mayores ha demostrado que, al menos, el 78 por ciento de las que practicaban un mínimo media hora diaria de ejercicio, alargan la vida por lo menos cinco años. 

   Los autores de la investigación, del que se hace la Fundación Española del Corazón, recomiendan, tras analizar los resultados, realizar 30 minutos de actividad física al día, cinco veces a la semana y proponen como actividades: nadar, caminar, hacer gimnasia acuática, bailar o montar en bicicleta.
   "Cuando nos hacemos mayores, nos volvemos más sedentarios, favoreciéndose el deterioro del aparato locomotor. Además; se pierde masa muscular, por lo que el mecanismo de regulación de la glucosa se ve disminuido, las arterias pierden elasticidad, y se altera el metabolismo de las grasas, lo que favorece la aparición de diabetes, hipertensión, obesidad e hipercolesterolemia", destaca la doctora Araceli Boraita, vocal representante de las sociedades filiales de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardióloga del Centro de Medicina del Deporte.
   "En cambio, si nos mantenemos físicamente activos a lo largo de nuestra vida y seguimos así una vez entrados en la vejez, además de mejorar nuestra elasticidad, coordinación y musculación, disminuiremos la probabilidad de padecer estas enfermedades", prosigue.
   El estudio, que incluyó a 337 personas mayores de 80 años, demostró que el 78 por ciento de las personas que realizan actividad física de forma regular, alargan la vida al menos cinco años, frente al 46 por ciento de supervivencia en el caso de las personas sedentarias.
   Las actividades o deportes más recomendables para la población mayor son las que, "además de mejorar la forma física, favorecen la musculación y la coordinación", afirma Boraita, quien, para fomentar la práctica de ejercicio físico entre las personas mayores, recomienda que se realicen en grupos de edad parecida y que sea supervisado por un monitor que controle sus progresos.
   "Es importante, también, que nuestros mayores se enganchen al ejercicio físico y no deben sentirse frustrados o agobiados si inicialmente se ven limitados. Si no se puede realizar 30 minutos de actividad seguida, se puede fraccionar en intervalos  de 10 a 15 minutos, ya que el efecto es acumulativo", propone la especialista.
   La FEC realiza estas recomendaciones con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud, el próximo 7 de abril, para el que este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha escogido el lema 'La buena salud añade vida a los años', con el que se pretende mostrar que, si nos cuidamos desde jóvenes, ayudaremos a tener en la vejez una vida plena y productiva, y a desempeñar un papel activo en nuestras familias y en la sociedad.
   La FEC se suma a este lema, aprovecha para reivindicar Día Mundial de la Actividad Física que se celebra el 6 de abril. "La población española es una de las más longevas y es necesario que nos concienciemos sobre la necesidad de llegar a una edad madura estando física e intelectualmente activos", concluye Boraita.

Una hormona reduce el azúcar en la sangre

Nuevas evidencias apuntan a una hormona que hace que los músculos devoren el azúcar; este factor, que puede ser inducido a partir de células madre de grasa, podría dar lugar a un nuevo tratamiento para reducir el azúcar en la sangre y mejorar el metabolismo, según un informe publicado en 'Cell Metabolism'. La nueva grasa, derivada de la hormona, parece ser una alternativa útil, o un complemento, de la insulina; puede hacer, esencialmente, el mismo trabajo: enviar la glucosa de la sangre, al músculo.

   Jonathan Graff y su equipo, del Centro Médico Suroeste de la Universidad de Texas, manipularon una vía de desarrollo clave en las células madre de grasa, en ratones, descubriendo entonces que los animales comenzaron a mostrar niveles sanguíneos muy bajos de azúcar. Los músculos de los animales consumían más glucosa de lo normal, debido a la abundancia de transportadores de glucosa en su superficie. Este descubrimiento también sorprende porque los animales, además, carecían de reservas de grasa, una condición conocida como lipodistrofia que, normalmente, se traduce en lo contrario: hiperglucemia y diabetes.
   Los ratones del estudio respondían normalmente a la insulina, pero ésta no afectó el apetito inusual de los músculos; la fuente del cambio de la actividad muscular tuvo que ver con las células madre de grasa manipuladas.
   Otros experimentos revelaron que los músculos de los ratones siguieron consumiendo azúcar extra al ser aislados en el laboratorio y expuestos a suero sanguíneo. "Observamos, así, que estos efectos eran secundarios a las señales de transmisión sanguínea enviadas por los progenitores de las células de grasa manipuladas", explica Graff. Esta señal puede ser generada sólo por las células madre de grasa, y no por células de grasa ya maduras; cuando los investigadores realizaron la misma manipulación en células de grasa adultas, no encontraron tal efecto en el azúcar de la sangre, o los músculos.
   Los resultados de la investigación destacan un nuevo efecto hormonal, que parece tener un potencial terapéutico real. Graff concluye que, "existe la posibilidad de usar este hallazgo para reducir y ayudar a controlar el azúcar en sangre". Alternativamente, podría existir una manera de estimular las células madre de grasa del cuerpo, para que produzcan, ellas mismas, más cantidad de factor anti-diabético.

Casi la mitad de los supervivientes del cáncer muere a causa de otras enfermedades

A pesar de que la recurrencia del cáncer puede ser el miedo primordial de muchos sobrevivientes, casi la mitad de los supervivientes, según un estudio presentado recientemente, murió a causa de otras condiciones.

   Estos resultados indican que los sobrevivientes del cáncer podrían beneficiarse de un enfoque más integral de su salud, menos centrado en el cáncer, según el investigador Yi Ning, profesor asistente en el departamento de Epidemiología y Salud Comunitaria, de la Virginia Commonwealth University (VCU), y miembro asociado de investigación en el Centro del Cáncer Massey, de la VCU. Ning ha presentado los resultados de la investigación en la Reunión Anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer (AACR, por sus siglas en inglés).
   "Durante el estudio, nos dimos cuenta de que las tasas de mortalidad por algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, habían disminuido", explica Ning, "los sobrevivientes de cáncer viven más tiempo ahora, que hace varias décadas. Por tanto, debemos prestar más atención al estado general de salud de este gran grupo de sobrevivientes del cáncer".
   Ning, y sus colaboradores, evaluaron a 1.807 sobrevivientes de cáncer que habían participado en la Encuesta Nacional de Análisis de Salud y Nutrición (NHANES, por sus siglas en inglés) -las formas más comunes de cáncer, en el grupo de estudio, fueron las de mama, próstata, cuello uterino, pulmón y colon.
   Cuando fue encuestado, a través de NHANES, un gran porcentaje del grupo de estudio sufría de otras enfermedades distintas al cáncer, incluyendo las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y la diabetes. Los investigadores siguieron a los pacientes durante más de 18 años; durante el curso del estudio, 776 sobrevivientes de cáncer murieron: un 51 por ciento murió de cáncer, y un 49 por ciento murió por otras causas -siendo la enfermedad cardiovascular la principal causa de muerte no cancerígena.
   Los investigadores observaron que, cuanto más tiempo sobrevivían los pacientes después de su diagnóstico inicial de cáncer, era más probable que muriesen a causa de otra enfermedad: el 32,8 por ciento murió a causa de otra enfermedad en los cinco años posteriores al diagnóstico, en comparación con el 62,7 por ciento, que murieron en los 20 años posteriores.
   Ning concluye que, "después de la detección del cáncer, los médicos y los sobrevivientes de la enfermedad prestan menos atención a la prevención y el tratamiento de otras enfermedades, por tanto, no debemos descuidar otros aspectos de la salud, ya que podemos pasar por alto otras enfermedades crónicas".