martes, 26 de junio de 2018

El hospital 'Vall d'Hebron' descubre cómo eliminar las células durmientes del cáncer


BARCELONA.-Investigadores del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) han descubierto cómo eliminar las células tumorales durmientes, causantes de resistencia a los tratamientos y de recaídas de pacientes aparentemente curados, en una investigación que publica 'The Journal of Clinical Investigation'.

El trabajo ha sido liderado por el investigador del Grupo de Células Madre y Cáncer del VHIO Héctor G. Palmer, mientras que la primera autora es Isabel Puig, del mismo grupo, que han descubierto una nueva diana terapéutica que podría ayudar a eliminar estas células resistentes a los fármacos y responsables de las recaídas, el llamado factor epigenético TET2.
Palmer ha explicado que este descubrimiento, que abre la posibilidad de desarrollar fármacos contra las recaídas del cáncer, ha sido posible tras diez años de investigación, en la que han colaborado la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la Fundación Fero, el Instituto de Salud Carlos III, Ciberonc y Cellex.
El investigador ha recordado que un tumor está formado por células alteradas que crecen y se multiplican de forma continua e incontrolada, pero que existen mecanismos moleculares que son capaces de imponerse a este crecimiento obligando a algunas de estas células a entrar en latencia.
Hasta ahora, según el investigador, la mayoría de los fármacos frenan el crecimiento de los tumores matando a las células que proliferan y no aquellas que están dormidas, entre otras cosas, porque son indetectables y permanecen en el organismo como semillas, dispersándose por el cuerpo y siendo resistentes a los tratamientos.
Por motivos aún desconocidos, en un momento determinado estas células durmientes se despiertan, actúan como células madre, regeneran el tumor original y se propagan a nuevos órganos, lo que se conoce como metástasis.
"Para los pacientes es importante confiar en que los tratamientos funcionarán y que, en caso de buena respuesta, la enfermedad no volverá a aparecer, pero hasta ahora esta es una promesa que no se les puede hacer, lo que genera a los pacientes angustia, pensando que pueden recaer en el futuro", según Palmer.
Para identificar y aislar las células durmientes, Palmer ha dicho que ha sido determinante la actividad del factor epigenético TET2.
"Este factor actúa como si fuera un director de orquesta que conduce con precisión la actividad del genoma para que se recoja ordenadamente y obliga a la célula a dormirse sin perder todo su futuro potencial maligno", ha detallado el oncólogo.
El trabajo ha servido para demostrar que la eliminación artificial de TET2 sirve para matar a todas las células tumorales durmientes, convirtiéndose por tanto en una nueva diana terapéutica.
"Desde que identificamos TET2 como el talón de Aquiles de las células durmientes, estamos desarrollando nuevos fármacos para bloquear su actividad enzimática. Estos fármacos permitirán eliminar las células resistentes de los tumores y prevenir futuras recaídas" ha asegurado Palmer.
La investigación llevada a cabo con estas células durmientes no solo ha servido para identificar a TET2 como posible diana, sino que también ha permitido definir un biomarcador para identificar estas células durmientes y resistentes a los tratamientos.
Según Palmer, "TET2 es un enzima que oxida el genoma tumoral dejando una huella (la 5-hidroximetilcitosina o 5hmC) que puede medirse con técnicas convencionales de laboratorio. Nosotros hemos demostrado que una alta actividad de TET2 implica altos niveles de 5hmC y una mayor posibilidad de resistir a los tratamientos y de que los pacientes recaigan".
"Detectando las células con 5hmC podemos predecir si un paciente resistirá a los tratamientos y si recaerá", ha dicho Palmer.
Los datos de la investigación han demostrado que las células tumorales durmientes están en diferentes tipos de cáncer como los de colon, mama, pulmón, glioblastoma, melanoma y otros.

martes, 12 de junio de 2018

Investigadores españoles han frenado la metástasis cerebral con una sustancia extraída del cardo

MADRID.- El gran problema actual del cáncer es la metástasis, que se produce cuando las células salen del tumor primario y empiezan a diseminarse a otros órganos. Hoy la tasa de muerte asociada a la enfermedad se explica principalmente por esta causa. Esto es así porque normalmente las terapias van dirigidas al tumor original y las metástasis no siempre responden de la misma forma.

La metástasis cerebral es uno de los grandes retos de la oncología al ser considerada intratable en la mayoría de los pacientes. Se estima que entre el 10% y el 40% de los tumores primarios genera metástasis en el cerebro, lo que empeora su pronóstico.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature Medicine muestra cómo la administración en pacientes con este tipo de lesiones en el cerebro de silibinina –una sustancia natural que se encuentra en el cardo mariano– reduce las lesiones sin causar efectos indeseados, tal como recoge El Español.
Manuel Valiente, jefe del grupo de Metástasis Cerebral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha liderado este ensayo preliminar, de uso compasivo, que supone una prueba de concepto de que este compuesto podría ser una nueva alternativa para tratar la metástasis cerebral.
"No tenemos las mismas estrategias para atacar la metástasis que para abordar el tumor primario", explica Valiente. "Con este terapia hemos demostrado que podemos tratar con éxito cualquier tipo de metástasis cerebral, independientemente del tumor inicial que la generó", añade.
De momento, los avances en su tratamiento son escasos y se siguen tratando con cirugía o radioterapia. Es cierto que en los últimos años han aparecido algunas alternativas dentro de las terapias dirigidas o la inmunoterapia, pero el porcentaje de pacientes que se puede beneficiar de ellas es del 20% en el mejor de los casos.
"En muchas ocasiones se ha considerado el cerebro como un santuario para la metástasis porque muchos de los medicamentos que tenemos hasta ahora no pueden entrar. Una vez que la célula metastásica ha llegado allí, el tratamiento es complicado", apunta Valiente.
El 'truco' para crecer en el cerebro
El trabajo del CNIO abre una nueva vía. En él los investigadores han analizado cómo una célula de cáncer de pulmón, mama o melanoma es capaz de crecer en uno de los órganos más diferentes respecto a su composición y función, como es el cerebro. La hipótesis es que estas células necesitan un mecanismo de adaptación para colonizar.
"Debe haber un proceso de adaptación de esa célula cancerígena para crecer en un ambiente que es tan diferente", subraya Valiente. Mientras que en los estadios más iniciales de la metástasis el cerebro todavía no se ha modificado, en las fases más avanzadas se han alterado diferentes componentes, como los astrocitos, que son células del sistema nervioso central.
"De una manera sencilla, la célula cancerígena 'engaña' al astrocito para que favorezca su crecimiento", afirma Valiente. "Hemos testado qué valor tendría cortar esa 'ayuda extra' que le proporcionan los astrocitos alterados y hemos visto que cuando 'apagamos' ese cambio, la célula cancerígena empieza a sufrir. De hecho hay una reducción de la metástasis".
Tal y como muestra este trabajo, la activación del gen STAT3 –muy ligado al desarrollo del cáncer– ocurre de manera notable en estos astrocitos reactivos. Cuando se elimina el gen de esos astrocitos, la viabilidad de las metástasis en el cerebro se ve comprometida. A partir de ahí, el grupo de Valiente utilizó una nueva estrategia de cribado de fármacos desarrollada por ellos mismos y denominada METPlatform.
Esta herramienta analiza el comportamiento de cientos de compuestos de manera simultánea sobre las células metastáticas. Así los expertos vislumbraron la eficacia de la silibinina, cuya capacidad antitumoral había sido establecida previamente por Joaquim Bosch, del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Gerona y autor también de este estudio.
"En 2016 reportamos respuestas cerebrales en dos pacientes sin más opciones de tratamiento al recibir silibinina, pero desconocíamos cómo funcionaba. Gracias a este nuevo trabajo hoy entendemos su mecanismo de acción en el cerebro", indica Bosch.
Resultados favorables, pero con cautela
Los expertos primero consiguieron resultados exitosos bloqueando el gen con silibinina en ratones y luego llevaron a cabo un pequeño estudio en 18 pacientes con carcinoma de pulmón y metástasis cerebrales en los que se autorizó el uso compasivo de este fármaco en combinación con el tratamiento estándar.
El 75% reaccionó positivamente a nivel de las metástasis cerebrales, tres de ellos (20%) mostraron una respuesta total y 10 (55%) una respuesta parcial. La supervivencia media se situó en 15,5 meses mientras que en el grupo control fue de cuatro meses.
"Tras los buenos resultados obtenidos, ahora queremos hacer un ensayo clínico más grande para confirmar estos resultados en más pacientes de una manera controlada", puntualiza Valiente, que se mantiene cauto al respecto. Los investigadores llevan meses intentando ponerlo en marcha pero no han encontrado la financiación necesaria para hacerlo.
"El objetivo es que el cáncer deje de ser una enfermedad mortal y eso pasa por controlar la metástasis. Pero hay que ser conscientes de que aunque alargamos la supervivencia del paciente, aún no curamos el cáncer", puntualiza Valiente.
En el futuro, los científicos pretenden analizar si estos resultados se podrían usar en otro tipo de patología que afecte al cerebro, ya que muchas de las enfermedades neurodegenerativas –como alzhéimer o párkinson– han descrito este tipo de astrocito.

lunes, 4 de junio de 2018

Una técnica de inmunoterapia logra eliminar el cáncer en una paciente con metástasis

LONDRES.-Un tratamiento de inmunoterapia con células T ha conseguido, por primera vez, eliminar por completo las células cancerígenas de una paciente con cáncer de mama, según publicó este lunes la revista científica Nature.

El investigador responsable del estudio Steven A. Rosenberg, del Instituto Nacional de Salud en Bethesda (Maryland, EEUU), y sus compañeros, aislaron y reactivaron células T específicas del cáncer de una sola paciente cuyo tumor de mama, en estado de metástasis, estaba progresando a pesar de varias líneas de terapia.
Estas células T reactivadas eliminaron todas las lesiones producidas por la metástasis, dejando a la paciente libre de la enfermedad.
Los autores explican con detalle en el artículo de Nature las características moleculares de estas células cancerosas dirigidas, lo que les ha permitido estimar altas probabilidades de éxito de esta terapia en otros pacientes oncológicos.
Sin embargo, apuntan a que esto "debería confirmarse con ensayos clínicos más grandes y controlados".
Según los expertos, este avance ofrece nuevas posibilidades de tratamiento para estados avanzados de la enfermedad en los que las terapias habituales habían fracasado hasta ahora.
Existen dos tipos de inmunoterapias para tratar el cáncer, la primera activa las células T, responsables de coordinar la respuesta inmune celular, dentro del cuerpo del paciente a través de anticuerpos inyectados.
En la segunda, las células T se extraen de la sangre o tumor del paciente y solo las que reconocen el tumor son cultivadas y después inyectadas de nuevo en el cuerpo del enfermo.
El éxito de estas terapias varía mucho entre los tipos de cáncer y, hasta la fecha, los ensayos clínicos de la primera modalidad de inmunoterapia habían fracasado para tratar el cáncer de mama.