miércoles, 25 de noviembre de 2020

El elemento clave para erradicar la pandemia de la COVID-19, según un estudio, es utilizar mascarilla el 70% de la gente

 


LONDRES.- Investigadores de la Universidad Nacional de Singapur revelan que la pandemia podría haberse suavizado si un 70% de la población usara mascarillas eficaces. Desde hace meses, las autoridades sanitarias han insistido en el uso de las mascarillas como una de las estrategias esenciales para luchar contra la COVID-19. Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Singapur han descubierto ahora que su uso es más importante de lo que pensábamos. 

El estudio, publicado en la revista Physics of Fluids, ha determinado que la pandemia podría haberse suavizado si al menos un 70% de la población hubiera usado mascarillas quirúrgicas o N95. Incluso las de tela pueden proteger, aunque su eficacia sea menor.

Los científicos se han centrado en analizar los tipos de mascarillas más comunes (quirúrgica, N95 y de tela) para averiguar cómo cada una de ellas filtra o bloquea al virus en función de sus características.

Quirúrgicas y N95, las más eficaces

"Los resultados sugieren que el uso constante de mascarillas eficientes, como las quirúrgicas, podría conducir a la erradicación de la pandemia si al menos el 70% de las personas usara estas mascarillas en público de forma constante", afirma el profesor de Bioingeniería de la Universidad de California en Berkeley, Sanjay Kumar, uno de los artífices del estudio, según recoge el medio británico Daily Mail.

La investigación también revela que "para atrapar eficazmente las gotitas, los filtros de la mascarilla deben contener poros microscópicos. Sin embargo, los poros de tamaño minúsculo impiden la ventilación del aire, lo que crea una situación incómoda para el usuario". 

En cualquier caso, uno de los aspectos más importantes de las mascarillas está relacionado con el tamaño de las gotículas que emite una persona al toser, estornudar, cantar o respirar. Las más comunes son las gotas grandes que oscilan entre las 5 y 10 micras, mientras que las más peligrosas son las más pequeñas, que pueden convertirse en aerosoles, permaneciendo suspendidas en el aire durante mucho tiempo. Solo las N95 pueden filtrar este tipo de gotículas.

Las mascarillas de tela también pueden servir

Pese a que Kumar recomienda el uso de las mascarillas más eficaces, reconoce que "incluso las máscaras de tela menos eficientes también podrían ralentizar la propagación si se usan de manera constante".

Los investigadores señalan además que son mejores las mascarillas elaboradas con materiales de polímeros híbridos, las cuales pueden filtrar partículas con mayor eficacia. Así, son mejores las que usan una mezcla de materiales para cubrir la cara, como algodón, poliéster, chifón, seda y franela. Usar múltiples capas combinadas, señalan, ayuda a filtrar mejor y dejar escapar el calor.

Elementos a tener en cuenta para fabricar mascarillas

Uno de los factores que más valoran los consumidores a la hora de elegir mascarilla ha sido, según los investigadores, el confort térmico, "un aspecto esencial, ya que puede afectar a la conformidad del uso de la misma durante el verano o en los países tropicales". Aquí es donde juegan un papel destacado los materiales poliméricos híbridos antes mencionados, ya que pueden filtrar partículas con alta eficiencia mientras simultáneamente enfriaban la cara.

Otro de los parámetros considerados ha sido la resistencia al flujo de la mascarilla, es decir, la facilidad con la que se puede respirar a través de ella. "El uso prolongado de mascarillas tiene algunos efectos secundarios en la salud humana, como la somnolencia o la frecuencia cardíaca inusual", explica el estudio. 

Podría haber alguna relación entre la resistencia a la respiración y la resistencia al flujo de la mascarilla facial, que deberá estudiarse en intervalos de tiempo mientras se usa", considera Heow Pueh Lee, otro de los autores y subdirector del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional de Singapur.

También se menciona que hay algunas preocupaciones ambientales asociadas con las mascarillas de un solo uso. Algunas de estas, hechas de capas de plástico, pueden no biodegradarse, creando una carga masiva para el medioambiente. "

Así, los investigadores, consideran que queda mucho por mejorar en este tipo de trabajos. Según sus conclusiones, no se ha tenido lo suficientemente en cuenta cómo reaccionan los pulmones humanos ante la resistencia que oponen las mascarillas durante un uso prolongado.

Así logra el coronavirus sobrevivir durante días en las superficies

  MADRID.- Las gotas que expulsamos al toser, al estornudar o incluso al hablar y que pueden caer sobre diferentes lugares son una «amenaza efímera»: a los pocos segundos se secan, sin dejar rastro. Sin embargo, recientes estudios han observado que en las gotas de fluidos respiratorios infectadas con SARS-CoV-2, el virus que produce la Covid-19, este puede permanecer activohoras e incluso días, dependiendo del material sobre el que se encuentren. Entonces, ¿cómo se las arregla el nuevo coronavirus para sobrevivir en estas condiciones?, se pregunta el periódico Abc.

Físicos del Instituto Indio de Tecnología en Bombay han querido averiguar qué hay detrás del mecanismo de esta posible vía de contagio. Para ello, han explorando los tiempos de secado de las finas películas líquidas que se quedan sobre las superficies, incluso después de que se evapore la mayor parte de las gotas respiratorias. Los resultados de su estudio acaban de ser publicados en « Physics of Fluids ».

«Se trata de una película líquida, cuyo grosor es del orden de los nanómetros, que se queda adherida en la superficie», explica a ABC Rajneesh Bhardwaj, profesor de física del IIT Bombay y quien junto a su compañero Amit Agrawal firman la investigación. En concreto, los investigadores explican que, una vez que casi todo el fluido respiratorio se ha evaporado, una suerte de «parche» ultrafino se que queda adherido a la superficie debido a las fuerzas de Van der Waals, el mismo principio que rige la capacidad de los lagartos gecos y salamanquesas para quedarse «pegados» en paredes y techos. Dependiendo del tipo de material, el virus es capaz de vivir más o menos tiempo en esa película líquida desde unas pocas horas hasta días.

«Para describir esta película, desarrollamos un modelo por ordenador que medía la tasa de masa de evaporación de la película en función de las presiones de separación y de Laplace dentro de ella, utilizando la ley de Hertz-Knudsen, una sólida teoría sobre cómo se evaporan los gases». Es decir, modelaron la velocidad de evaporación de las gotas infectadas con SARS-CoV-2 en base a datos de anteriores estudios y aplicando diferentes teorías físicas, y tuvieron en cuenta diferentes tipos de materiales: «El tiempo de secado fue más corto para metales, pero las gotas sobrevivieron durante más rato sobre plásticos». 

Menos éxito sobre metales, larga vida en plásticos

«Nuestro modelo muestra que la supervivencia y el tiempo de secado de estas gotas coinciden con mediciones anteriores de supervivencia mínima del SARS-CoV-2 sobre distintos tipos de materiales», explica Agrawal refiriéndose a la dosis mínima de virus que una gota debe contener para poder infectar. En los experimentos, se comprobó que en el cobre, el coronavirus puede sobrevivir de 10 a 15 horas activo; en acero inoxidable permanece entre 40 y 60 horas; en vidrio alcanza entre 60 y 80 horas; y el máximo se produce en el plástico, en el que aguanta de 100 a 150 horas.

«Nuestra mayor sorpresa fue que aguantara siempre horas , incluso días -afirma Bhardwaj-. Esto sugiere que la superficie no está completamente seca, y la película nanométrica que se evapora lentamente está proporcionando el medio necesario para la supervivencia del coronavirus». Es decir, que aunque no podamos verla, la amenaza puede durar varios días después de que la persona con Covid-19 haya expulsado sus fluidos allí.

Es por eso que los investigadores recomiendan encarecidamente «desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, como pomos de puertas o dispositivos portátiles, y dentro de los hospitales y otras áreas propensas a brotes», advierte Agrawal. «También recomendamos calentar los materiales de algún modo, porque las altas temperaturas, incluso aunque sea durante poco tiempo, pueden ayudar a evaporar la película nanométrica y destruir el virus».