sábado, 18 de enero de 2020

Cinco indicadores que conviene vigilar para gozar de una buena calidad de vida

MADRID.- Controlar de manera habitual el Índice de Masa Corporal (IMC), la presión arterial y los niveles de glucosa, colesterol o triglicéridos es una pauta de salud clave para prevenir e identificar de manera temprana patologías como la obesidad, la diabetes o la enfermedad cardiovascular (ECV).

Con la llegada de un nuevo año, dedicar más atención a la salud y bienestar es uno de los propósitos más recurrentes en la población. Así, muchas personas se proponen dejar de fumar, practicar más ejercicio o seguir una dieta equilibrada. Sin embargo, como parte de esa mejora del estilo de vida también es importante llevar un control más exhaustivo sobre algunos de los principales indicadores de salud: el Índice de Masa Corporal, presión arterial, glucosa, colesterol o triglicéridos.
En este sentido, controlar de manera habitual estos indicadores es una gran inversión en salud y bienestar, ya que permite prevenir e identificar de manera temprana patologías como la obesidad, la diabetes, la hipertensión o la enfermedad cardiovascular (ECV). 
Esta práctica, unida a pautas como evitar el alcohol y el tabaco, alcanzar un peso saludable, seguir un estilo de vida activo, optar por una dieta saludable o evitar el estrés suponen una mejora de la calidad de vida de las personas, tanto a corto como a largo plazo.
Tal y como indica la Dra. María Sánchez, “es fundamental que la población se sensibilice acerca de la importancia de la prevención, ya que es una de las principales intervenciones en salud que pueden realizar para mejorar la calidad de vida. Esto significa que como parte de los hábitos que nos ayudan a estar sanos tenemos que incluir los chequeos médicos rutinarios, ya que son clave para la detección precoz de enfermedades”. 
Por ejemplo, en el caso de la hipertensión, los análisis pueden llegar a evitar una elevación temprana de la presión arterial, según datos del National Institute on Aging1 .
Para ayudar con este reto de inicio de año, Cigna España ha analizado los cinco indicadores más importantes a tener en cuenta con el fin de aclarar algunos mitos:

Presión arterial: Para saber si el índice de presión arterial está en la cifra correcta, son fundamentales dos factores: la presión sistólica (la presión máxima que se alcanza en la pared de las arterias en la fase de contracción del corazón), y la presión diastólica (presión de las arterias durante la fase de relajación cardiaca). Ambas indicarán si hay una variación en los niveles de presión sanguínea. 
Una variación en estas cifras podría ser un síntoma precoz de hipertensión, que se da cuando los niveles de la presión sistólica se encuentran a partir de 140 mm Hg y diastólica a partir de 90 mm Hg. Si no se presta la atención suficiente, la hipertensión puede dañar las arterias, y con el tiempo llega a desembocar en: aneurisma, enfermedades más graves en las arterias coronarias, o incluso en una insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular.

Glucosa: El mejor momento para medir este índice es por las mañanas antes del desayuno, donde los niveles normales de glucosa se tienen que situar entre los 70 y 100 mg/ dl y en menos de 140 mg/dl después de cada comida. Si, por el contrario, los niveles de glucosa en sangre se sitúan entre 100 y 125 mg/ dl y después de las comidas entre los 140 y 199 mg/dl, puede ser señal de un desequilibrio en los niveles de insulina, y por lo tanto, el cuerpo se puede encontrar en un estado prediabético. Por su parte, cuando los niveles de glucosa están por debajo de 55 mg/ dl, se entra en un estado de hipoglucemia.

Colesterol LDL/HDL: En España el número de personas con colesterol alto no deja de crecer, siendo los hombres entre 45 y 54 años quienes más padecen esta enfermedad crónica. Según los últimos datos registrados en la Encuesta Nacional de Salud2, en España hay 674.900 afectados.
El colesterol generalmente se mide en miligramos (mg) de colesterol por decilitro (dl) de sangre, y un nivel demasiado alto de colesterol LDL en sangre puede formar una placa, estrechando las arterias y obstruyendo la circulación normal de la sangre. No llevar un control en los niveles de colesterol puede desembocar en enfermedades y accidentes cardiovasculares. El nivel idóneo de colesterol LDL es inferior a 100 mg/dL, situándose el límite en un máximo de 159 mg/dL.
No obstante, hay que tener en cuenta que existe la tendencia a creer que todo colesterol es malo, y, en realidad, es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano, necesaria para el perfecto funcionamiento del organismo. Los niveles de HDL que se relacionan con un aumento del riesgo cardiovascular son < 40 mg/dl en los hombres y < 48 mg/dl en las mujeres.

Triglicéridos: Un nivel de triglicéridos normal se sitúa en menos de 150 mg/dl, aunque lo habitual es que se sitúe en un rango de 150 a 199 mg/dl. Aunque habitualmente se relaciona más el colesterol con el riesgo a padecer enfermedades del corazón, lo cierto es que los triglicéridos son un indicador fundamental que alerta de enfermedades cardiovasculares. La diferencia entre ambos es que los triglicéridos almacenan las calorías no utilizadas y proporcionan energía al cuerpo, y el colesterol se utiliza para construir células y ciertas hormonas.

Índice de masa corporal (IMC): Se trata de una herramienta que relaciona la estatura y el peso para estimar la cantidad de grasa corporal que tiene una persona. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)3, tener un IMC elevado es un factor de riesgo para padecer patologías cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor e incluso algunos tipos de cáncer (hígado, próstata, o endometrio, entre otros). 
Se estima que un IMC saludable es el que se sitúa entre valores de 18,5 y 24,9. Tener un índice de masa corporal superior al 24,9 puede derivar en obesidad, enfermedad que va en aumento en España, afectando a un 17,4% de la población adulta y siendo más frecuente en hombres (18,2%), tal y como recoge la última Encuesta Nacional de Salud.

Descubren por qué los hombres tienen más riesgo de cáncer que las mujeres

BARCELONA.- Los hombres no solo tienen más riesgo de desarrollar cáncer que las mujeres, sino también tienen un pronóstico peor. Según un informe de 2018 de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cinco hombres tendrá algún tumor a lo largo de su vida, frente a una de cada seis mujeres; y de esos, uno de cada ocho hombres y una de cada 11 mujeres morirán. 

Estudios previos habían apuntado a que factores como el tabaco, más consumido por la población masculina, podían influir a la hora de explicar esa diferencia entre sexos, pero se desconocían los motivos subyacentes.  
Ahora, un equipo de investigadores, liderados por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por ‘la Caixa’, ha arrojado luz sobre los mecanismos biológicos que explican por qué los hombres tienen un riego mayor de padecer la enfermedad. En un estudio con 9000 individuos, han descubierto que la pérdida de ciertos genes en el cromosoma Y, presente solo en hombres, aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer. 
En concreto, han visto que el riesgo aumenta cuando se pierde la función de seis genes clave. Estos genes están implicados en la regulación del ciclo celular, un proceso que, de fallar, puede dar lugar, precisamente, al desarrollo de tumores.
Los resultados, recogidos en Journal of the National Cancer Institute, abren la puerta a poder diseñar tests de detección precoz de la enfermedad así como mejores tratamientos de medicina personalizada.
“Las personas con pérdida del cromosoma Y tenían tres veces más riesgo de desarrollar un cáncer que la población sana en general”, destaca Juan Ramón González, coordinador del estudio y jefe del grupo de bioinformática en epidemiología genética de ISGlobal. 
En algunos tipos de cáncer, como el de pulmón, “el riesgo atribuible a la pérdida del cromosoma Y era similar al riesgo que tienen los fumadores de padecer esta enfermedad”, añade.
Los investigadores analizaron 25 tumores comparando tejidos sanos y tumorales y hallaron que “el riesgo era enorme, hasta ocho veces mayor de desarrollar cáncer si había pérdida del cromosoma Y. En algunos tumores, como el de pulmón y riñón, el riesgo era hasta 30 veces más alto”, resalta este investigador.
Curiosamente, estos seis genes clave en el cromosoma Y tienen una copia similar en el cromosoma X, que comparten hombres y mujeres. En este sentido, los científicos han constatado que cuando la copia de estos genes en el cromosoma X también muta en las mismas células “la posible protección biológica de estos genes contra el cáncer se pierde por completo”, destaca Alejandro Cáceres, primero autor del trabajo.

Por qué se pierde la función del cromosoma Y
 
La pérdida del cromosoma Y se asocia al envejecimiento, pero también a factores de riesgo; el tabaco es, por el momento, el único que se ha demostrado que influye, pero los investigadores de ISGlobal sospechan que otros, como la polución medioambiental, podrían tener también un papel clave. 
Comprender las diferencias biológicas entre hombres y mujeres en cáncer es clave para poder desarrollar tratamientos y prevención personalizadas. También para poder desarrollar tests de detección precoces, como por ejemplo para cáncer colorrectal.
“Ahora si hay sospecha de que una persona puede tener cáncer colorrectal se realiza un análisis de heces para buscar sangre oculta, pero puede dar muchos falsos positivos y llevar a realizar pruebas invasivas y caras, que pueden no ser inocuas, como la colonoscopia”, apunta González. 
“Utilizando la desregulación de estos seis genes en el cromosoma Y como biomarcador, podríamos detectar precozmente por ejemplo un adenocarcinoma”.
No es el único resultado relevante de este estudio. Los investigadores han hallado que la pérdida de funcionalidad estos genes en el cromosoma Y también aumenta la probabilidad de los hombres de sufrir alzheimer.
“Es un hallazgo muy importante, hemos identificado genes que dejan de funcionar en dos enfermedades sumamente prevalentes en la sociedad, como son el cáncer y el alzheimer”, valora González, quien avanza que junto a su grupo están a punto de publicar sus resultados sobre cromosoma Y y esta enfermedad neurodegenerativa.