MADRID.- Controlar de manera habitual el Índice de Masa
Corporal (IMC), la presión arterial y los niveles de glucosa, colesterol
o triglicéridos es una pauta de salud clave para prevenir e identificar
de manera temprana patologías como la obesidad, la diabetes o la
enfermedad cardiovascular (ECV).
Con la llegada
de un nuevo año, dedicar más atención a la salud y bienestar es uno de
los propósitos más recurrentes en la población. Así, muchas personas se
proponen dejar de fumar, practicar más ejercicio o seguir una dieta
equilibrada. Sin embargo, como parte de esa mejora del estilo de vida
también es importante llevar un control más exhaustivo sobre algunos de
los principales indicadores de salud: el Índice de Masa Corporal,
presión arterial, glucosa, colesterol o triglicéridos.
En
este sentido, controlar de manera habitual estos indicadores es una
gran inversión en salud y bienestar, ya que permite prevenir e
identificar de manera temprana patologías como la obesidad, la diabetes,
la hipertensión o la enfermedad cardiovascular (ECV).
Esta práctica,
unida a pautas como evitar el alcohol y el tabaco, alcanzar un peso
saludable, seguir un estilo de vida activo, optar por una dieta
saludable o evitar el estrés suponen una mejora de la calidad de vida de
las personas, tanto a corto como a largo plazo.
Tal
y como indica la Dra. María Sánchez, “es fundamental que la población se sensibilice acerca de la
importancia de la prevención, ya que es una de las principales
intervenciones en salud que pueden realizar para mejorar la calidad de
vida. Esto significa que como parte de los hábitos que nos ayudan a
estar sanos tenemos que incluir los chequeos médicos rutinarios, ya que
son clave para la detección precoz de enfermedades”.
Por ejemplo, en el
caso de la hipertensión, los análisis pueden llegar a evitar una
elevación temprana de la presión arterial, según datos del National
Institute on Aging1 .
Para ayudar con este reto de
inicio de año, Cigna España ha analizado los cinco indicadores más
importantes a tener en cuenta con el fin de aclarar algunos mitos:
Presión
arterial: Para saber si el índice de presión arterial está en la cifra
correcta, son fundamentales dos factores: la presión sistólica (la
presión máxima que se alcanza en la pared de las arterias en la fase de
contracción del corazón), y la presión diastólica (presión de las
arterias durante la fase de relajación cardiaca). Ambas indicarán si hay
una variación en los niveles de presión sanguínea.
Una variación en
estas cifras podría ser un síntoma precoz de hipertensión, que se da
cuando los niveles de la presión sistólica se encuentran a partir de 140
mm Hg y diastólica a partir de 90 mm Hg. Si no se presta la atención
suficiente, la hipertensión puede dañar las arterias, y con el tiempo
llega a desembocar en: aneurisma, enfermedades más graves en las
arterias coronarias, o incluso en una insuficiencia cardiaca o accidente
cerebrovascular.
Glucosa: El mejor momento para medir este índice es
por las mañanas antes del desayuno, donde los niveles normales de
glucosa se tienen que situar entre los 70 y 100 mg/ dl y en menos de 140
mg/dl después de cada comida. Si, por el contrario, los niveles de
glucosa en sangre se sitúan entre 100 y 125 mg/ dl y después de las
comidas entre los 140 y 199 mg/dl, puede ser señal de un desequilibrio
en los niveles de insulina, y por lo tanto, el cuerpo se puede encontrar
en un estado prediabético. Por su parte, cuando los niveles de glucosa
están por debajo de 55 mg/ dl, se entra en un estado de hipoglucemia.
Colesterol
LDL/HDL: En España el número de personas con colesterol alto no deja de
crecer, siendo los hombres entre 45 y 54 años quienes más padecen esta
enfermedad crónica. Según los últimos datos registrados en la Encuesta
Nacional de Salud2, en España hay 674.900 afectados.
El
colesterol generalmente se mide en miligramos (mg) de colesterol por
decilitro (dl) de sangre, y un nivel demasiado alto de colesterol LDL en
sangre puede formar una placa, estrechando las arterias y obstruyendo
la circulación normal de la sangre. No llevar un control en los niveles
de colesterol puede desembocar en enfermedades y accidentes
cardiovasculares. El nivel idóneo de colesterol LDL es inferior a 100
mg/dL, situándose el límite en un máximo de 159 mg/dL.
No obstante, hay que tener en cuenta que existe la
tendencia a creer que todo colesterol es malo, y, en realidad, es una
sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano,
necesaria para el perfecto funcionamiento del organismo. Los niveles de
HDL que se relacionan con un aumento del riesgo cardiovascular
son < 40 mg/dl en los hombres y < 48 mg/dl en las mujeres.
Triglicéridos: Un
nivel de triglicéridos normal se sitúa en menos de 150 mg/dl, aunque lo
habitual es que se sitúe en un rango de 150 a 199 mg/dl. Aunque
habitualmente se relaciona más el colesterol con el riesgo a padecer
enfermedades del corazón, lo cierto es que los triglicéridos son un
indicador fundamental que alerta de enfermedades cardiovasculares. La
diferencia entre ambos es que los triglicéridos almacenan las calorías
no utilizadas y proporcionan energía al cuerpo, y el colesterol se
utiliza para construir células y ciertas hormonas.
Índice
de masa corporal (IMC): Se trata de una herramienta que relaciona la
estatura y el peso para estimar la cantidad de grasa corporal que tiene
una persona. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)3, tener un
IMC elevado es un factor de riesgo para padecer patologías
cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes, trastornos del
aparato locomotor e incluso algunos tipos de cáncer (hígado, próstata, o
endometrio, entre otros).
Se estima que un IMC saludable es el que se
sitúa entre valores de 18,5 y 24,9. Tener un índice de masa corporal
superior al 24,9 puede derivar en obesidad, enfermedad que va en aumento
en España, afectando a un 17,4% de la población adulta y siendo más
frecuente en hombres (18,2%), tal y como recoge la última Encuesta
Nacional de Salud.
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