lunes, 28 de noviembre de 2011

Consiguen una vía para matar selectivamente células tumorales mediante la quimioterapia

El Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), adscrito al Instituto de Salud Carlos III, dirigido por el doctor Óscar Fernández-Capetillo, han conseguido describir una nueva estrategia que permite matar selectivamente a las células tumorales a través de agentes quimioterápicos, siempre y cuando estas presenten una determinada propiedad.

   La investigación, publicada en la revista 'Nature Structural and Molecular Biology', ha descubierto que los tumores que presentan estrés replicativo son especialmente sensibles al tratamientos con inhibidores de las proteínas ATR y Chk1. Estas dos proteínas son las principales responsables de proteger a las células de estrés replicativo, los que explicaría la gran sensibilidad de estos tumores hacia este tipo de fármacos.
   Como prueba del concepto, el grupo ha demostrado que la inhibición de Chk1 es muy eficaz para el tratamiento de linfoma de Burkitt, un tipo de linfoma asociado a niveles muy altos de estrés replicativo. Por el contrario, este tratamiento no es eficaz en aquellos tumores que no presentan este tipo de estrés.
   El descubrimiento viene además reforzado por la observación de que niveles bajos de la proteína ATR y, por lo tanto, una respuesta deficiente a estrés replicativo, previene por completo el desarrollo de linfoma y tumores pancreáticos iniciados por el oncogen Myc, ambos tumores presentan niveles muy altos de este tipo de estrés.
   Parte de la relevancia de este estudio, en el que también han colaborado los grupos de los doctores Mariano Barbacid y Manuel Hidalgo del CNIO, y el grupo del  doctor Bruno Amati en el centro oncológico italiano IFOM, se encuentra en que algunas de estas moléculas, como los inhibidores de Chk1, ya están siendo testados en la clínica para el tratamiento del cáncer. Sin embargo, apuntan, estos inhibidores se estaban testando de forma genérica, sin identificar aquellos tumores que podrían ser particularmente sensibles, "lo que estaba dando resultados muy modestos".
   Desde el CNIO explican que el trabajo de Fernandez-Capetillo permite definir un uso más eficaz de estos fármacos, ya que describe una estrategia para identificar a aquellos pacientes que se beneficiarían especialmente de este tipo de tratamiento.
   Por otra parte, recuerdan que a día de hoy una de la limitaciones principales a la hora de tratar el cáncer es que si bien los fármacos utilizados son muy tóxicos para el tumor también los son para el tejido sano, siendo la causa principal de la mayoría de los efectos colaterales de la radio y la quimioterapia.

Vinculan un tipo de cáncer de mama al cáncer paterno

Las mujeres con cáncer de mama lobular tienen casi el doble de posibilidades que el resto de tener un padre con cáncer, sobre todo de próstata. Así lo ha constatado un estudio de la Lund University, en Suecia, publicado en la revista 'BMC Cancer'. 

  El riesgo de cáncer de mama aumenta por factores genéticos y de estilo de vida, como el gen heredado BRCA2, la edad en la que se tiene el primer hijo o el uso de terapia hormonal de reemplazo (HRT, por sus siglas en inglés).
   La investigación sueca quería averiguar la relación que podría existir entre las mujeres con cáncer de mama y el diagnóstico de un cáncer en sus padres. Por eso, miraron el historial familiar, los informes de enfermedades y los registros hospitalarios de mujeres diagnosticada con cáncer de mama entre 1980 y 2008.
   Cerca del 40 por ciento de las mujeres tenían cáncer de mama ductal invasivo   y el 8 por ciento cáncer lobular. En el momento del diagnóstico, el 15 por ciento de estas mujeres tenían un padre con cáncer y el 21 por ciento una madre con cáncer.
   Una vez que la investigación se ajustó por edad, uso de HRT, número de hijos y factores genéticos conocidos --como tener una madre con cáncer de mama-- una mujer que tenía un padre con cáncer casi doblaba el riesgo de tener cáncer lobular, en comparación con otros tipos de cáncer de mama.
   Desde que se sabe que el cáncer de mama suele estar dirigido por hormonas --en este estudio el 63% de las mujeres con cáncer lobular tenían receptores de estrógeno positivos--, se asume que el tipo de cáncer de padre puede ser importante.
   Sin embargo, el aumento del riesgo de cáncer de mama lobular debido a la circunstancia de tener un padre con cáncer era independiente, tanto de la situación de los receptores de estrógenos como de progesterona.
   El cáncer de próstata está también, a menudo, dirigido por hormonas. Sin embargo, el vínculo entre el cáncer lobular y el padre con cáncer se mantenía, incluso después de eliminar del grupo a los padres con cáncer de próstata para el análisis.
   Según la autora del trabajo, Carolina Ellberg, "también observamos a los abuelos y a otros miembros de la familia, pero el mayor riesgo de cáncer lobular fue directamente vinculado a tener un padre con cáncer".
   "Esto no significa, necesariamente, que la hija de un hombre diagnosticado con cáncer sea más propensa a desarrollar cáncer de mama lobular, significa que, si ella desarrolla cáncer de mama, es más probable que sea de tipo lobular", concluye.

Los supervivientes de cáncer tienen el doble de riesgo de sufrir un segundo cáncer del mismo tipo

Las personas que se han recuperado de un cáncer tienen más del doble de riesgo de padecer un segundo cáncer primario del mismo tipo, según un estudio publicado en el 'Canadian Medical Association Journal' (CMAJ), mientras que el riesgo de un segundo cáncer primario de otro tipo fue sólo ligeramente mayor. 

   Un equipo de investigadores daneses analizó datos de toda la población de Dinamarca (7.493.705 personas), desde 1980 a 2007, para determinar si el riesgo de cáncer secundario está relacionado con el tipo de cáncer que se encuentra en primera instancia.
   En alrededor del 10 por ciento, unas 765.255 personas, había uno o más diagnósticos de cáncer primario, de un total de 843.118 diagnósticos; el 15 por ciento de los supervivientes de cáncer en todo el mundo son diagnosticadas con un segundo cáncer primario.
   Los investigadores encontraron un riesgo 2,2 veces mayor de desarrollar un segundo cáncer primario del mismo tipo en los sobrevivientes de cáncer, mientras que el riesgo de un tipo diferente de cáncer primario fue de 1,1 veces.
   Según la investigación, el riesgo varía dependiendo del tipo de cáncer, el riesgo de un segundo tipo de cáncer del mismo tipo se redujo después del cáncer de próstata y aumentó tras el sarcoma; el riesgo de un segundo cáncer de distinto tipo también se redujo después del cáncer de próstata y aumentó después del cáncer de laringe.
   Los investigadores produjeron una tabla que contiene las estimaciones de riesgo para 27 tipos de cáncer, y sugieren que este catálogo podría ser valioso para los estudios sobre el cáncer.
   "El contraste entre el riesgo 2,2 veces mayor de desarrollar un segundo cáncer primario del mismo tipo que el primero y el riesgo 1,1 veces mayor de que sea diferente del primer cáncer, sugiere que las características de cada paciente en particular estaban involucradas", afirma el doctor Stig Bojesen del Hospital Herlev, el Hospital Universitario de Copenhague y la Universidad de Copenhague, quien añade que "el riesgo de un segundo cáncer primario se debe, probablemente, a factores genéticos y al estilo de vida".
   Los científicos también analizaron la asociación entre el primer cáncer y el consumo de tabaco, ya que se sabe que aumenta el riesgo de muchos tipos de cáncer. "Nos sorprendió ver que, en nuestro estudio, el riesgo de otros cánceres relacionados con el tabaco en pacientes que sobreviven a un cáncer relacionado con el tabaquismo aumentó solo en 1,2 veces", comenta el doctor Bojeseny.
   Los autores creen que, en general, los factores de riesgo que actúan a largo plazo parecen ser específicos de cada paciente. Sin embargo, otras explicaciones son plausibles: los efectos del tratamiento y un aumento (o disminución) en la vigilancia del diagnóstico podría cambiar el riesgo de cáncer.
   Bojesen concluye que "los estudios futuros de los distintos pares de cánceres primarios -primer y segundo caso- deben aclarar si la asociación se debe a que comparten factores genéticos o al estilo de vida del paciente, a la codiagnosis de un cáncer primario en las proximidades anatómicas del primer cáncer o al tratamiento".

Los nuevos fármacos contra el VIH reducen la incidencia de casos de sida

Los nuevos fármacos contra el VIH comercializados a partir de 2007 han reducido la incidencia de casos de sida de 7,7 a 1,2 por cada 100 pacientes al año en Europa y han mejorado la respuesta virológica de los afectados que no respondían a los primeros tratamientos farmacológicos.

   Así se desprende de un estudio realizado a nivel europeo y en el que han participado once hospitales españoles que ha analizado la respuesta a los tratamientos antiretrovirales de más de 91.000 personas de varios países con el virus del VIH.
   El estudio muestra que entre los años 2000 y 2002, en 7,7 de cada 100 pacientes se producía un caso de sida, una cifra que cayó a 2,3 en 2008 y a 1,2 en 2009.
   También se aprecia una mejora en los pacientes que hace una década no respondían a los tratamientos antiretrovirales (en torno a un 4% del total de enfermos), ya que en el año 2000 tan sólo el 19,5% mantenían un bajo nivel de virus en la sangre frente al 57,9% del año 2009.
   Según el director de la Unidad de VIH/sida del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario de Bellvitge, Daniel Podzamczer, "en diez años ha habido un cambio notable en la evolución de la infección con pacientes que responden al tratamiento cuando antes no lo hacía, y con una disminución notable de la progresión del virus a sida".
   Los responsables del estudio consideran que una de las causas principales de estas mejoras es la introducción de nuevos fármacos a partir del año 2007 que han permitido superar las resistencias que ofrecía el virus y que han facilitado el seguimiento del tratamiento a los pacientes posibilitando que no sea necesario tomar un número tan alto de pastillas, ni seguir una programación muy rígida.
   Podzamczer, coordinador del estudio a nivel español, ha manifestado que actualmente "se pueden ofrecer alternativas a pacientes a los que, diez años atrás, no tenías nada que ofrecerles, y ahora responden desde el punto de vista virológico, no tienen complicaciones y siguen con esta enfermedad infecciosa crónica durante décadas".

Las neuronas cultivadas a partir de células de la piel pueden dar pistas sobre el autismo

Una nueva investigación financiada por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos ha ofrecido pistas sobre cómo el autismo afecta al cerebro, mediante el estudio de una forma rara de la enfermedad, puramente genética, que afecta a menos de 20 personas en todo el mundo, según los resultados que publica en su último número la revista 'Nature Medicine'.

   En concreto, los investigadores han convertido células de piel de los pacientes en neuronas para descubrir qué es lo que falla en el cerebro con el síndrome de Timothy. Los niños afectados por este trastorno a menudo muestran síntomas del espectro autista, junto con una amplia constelación de problemas físicos.
   Las anomalías incluyen cambios en la composición de las células en la corteza cerebral, la estructura más grande del cerebro en los seres humanos, y de las neuronas que segregan dos mensajeros químicos claves. Por otro lado, las neuronas que realizan conexiones de larga distancia entre los hemisferios del cerebro tienden a ser escasas.
   La mayoría de los pacientes con síndrome de Timothy cumplen los criterios diagnósticos de un trastorno del espectro autista. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los casos de autismo, síndrome de Timothy es conocido por ser causado por una mutación genética única.
   "El estudio de las consecuencias de una única mutación, en comparación con múltiples genes con pequeños efectos, simplifica enormemente la tarea de precisar los mecanismos causales de la enfermedad", explica el doctor Ricardo Dolmetsch, de la Universidad de Stanford, quien dirigió el estudio.
   "A diferencia de la investigación con animales, la tecnología de vanguardia empleada en este estudio ha permitido identificar los defectos moleculares en las células en el propio cerebro de un paciente", afirma el coautor del estudio Thomas R. Insel.
   Antes de este estudio, los investigadores sabían que el síndrome de Timothy era provocado por un error minúsculo en el gen que codifica una proteína que forma un canal de calcio en las membranas celulares.
   La mutación se produce por un exceso de calcio en las células, provocando una serie reveladora de anomalías en todo el cuerpo. Un buen funcionamiento del canal de calcio es conocido por ser particularmente crítico para el ritmo cardíaco adecuado --muchos pacientes mueren en la infancia debido a las arritmias--, pero su papel en las células cerebrales, hasta ahora, no se entendía tan bien.
   Para obtener más información, Dolmetsch y sus colaboradores utilizaron una nueva tecnología llamada células madre pluripotentes inducidas (CMPi, por sus siglas en inglés); mediante la que se convierten, primero, células de la piel de pacientes con el síndrome de Timothy, en células madre, y para luego diferenciar estas células en neuronas.
   Los resultados confirmaron que la técnica puede revelar defectos en la diferenciación neuronal. En comparación con los controles, menos neuronas de pacientes con Síndrome de Timothy se convirtieron en neuronas de las capas inferiores de la corteza, en cambio, se convirtieron en más neuronas de la capa superior.
   Las células de la capa inferior que se mantuvieron fueron más propensas a proyectarse hacia las áreas por debajo de la corteza cerebral. Por el contrario, hubo menos neuronas de lo normal equipadas para formar una estructura llamada cuerpo calloso, la cual permite que la comunicación sea posible entre los hemisferios izquierdo y derecho.
   Los mecanismos identificados en este estudio pueden convertirse en objetivos potenciales para el desarrollo de nuevas terapias para el síndrome de Timothy, y también pueden proporcionar información sobre las bases neurales de los déficits en otras formas de autismo.