domingo, 24 de enero de 2021

La inmunidad que bloquea el coronavirus dura menos que la que reduce la gravedad de los síntomas


ATLANTA.- Un nuevo estudio de reciente publicación revela las diferencias que existen entre las inmunidades generadas ante la infección del coronavirus. El estudio, publicado en la revista Science por investigadores de la Universidad
Emory de Atlanta, Georgia, y la Estatal de Pennsylvania, muestra que la inmunidad que bloquea la infección por Covid-19 "disminuye rápidamente". En cambio, la inmunidad que reduce la enfermedad "es duradera".

Los investigadores han analizado datos inmunológicos y epidemiológicos sobre coronavirus humanos endémicos (HCoV). "Nuestro modelo, que incorpora estos componentes de la inmunidad, recapitula tanto la gravedad actual de CoV-2 como la naturaleza benigna de los HCoV", dicen.

Según la investigación, cuando "se alcanza la fase endémica y la exposición primaria es en la infancia" y la Covid-19 puede no ser más virulenta que un resfriado común. Los investigadores sostienen que "predecimos un resultado diferente para un coronavirus emergente que causa una enfermedad grave en los niños".

"Nuestro estudio abre la puerta a preguntas sobre la dinámica intrahospitalaria y la inmunidad humanas", dicen.

"También abre la pregunta de cómo la interacción de los casos de reinfección con la inmunidad cruzada de cepas, que probablemente sea relevante dentro de los coronavirus alfa y beta", añaden.

Al analizar los datos, "se reveló un marco para comprender la inmunidad y la vacunación que puede aplicarse a una variedad de infecciones, como el VSR y la influenza estacional, que comparten distribuciones de edad y respuestas inmunitarias similares" al coronavirus.

La vitamina D a altas dosis contra la inflamación, a prueba en España


 MADRID.- Después de que cada vez haya más evidencias del papel de la vitamina D como reguladora del sistema inmune, varios hospitales universitarios madrileños están llevando a cabo un estudio para evaluar la eficacia de la administración de colecalciferol (vitamina D3) a altas dosis por vía oral junto a tratamiento estándar en pacientes con neumonía por Covid-19.

El promotor de este estudio clínico es el facultativo del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés, Miguel Cervero Jiménez, quien ha explicado detenidamente a Redacción Médica en qué consiste. “El estudio surge porque no son muy conocidas las dosis de vitamina D (necesarias) cuando se utiliza como terapia inmunomoduladora para normalizar el sistema inmunológico”, comienza el especialista.

Antes de que Cervero diera el paso de iniciar este experimento, con el que trata de demostrar que la vitamina D puede influir de manera positiva en el daño inflamatorio que produce el Covid-19, numerosos estudios han demostrado el papel potencial de esta prohormona en el desarrollo y perpetuidad de diversas enfermedades autoinmunes, como esclerosis múltiple y artritis reumatoide.

"Se necesitan unos niveles en sangre de entre 40 y 70 ng/ml, bastante más altos de lo que la gente tiene normalmente"


“Para conseguir resultados positivos en enfermedades inflamatorias, se necesitan unos niveles en sangre de entre 40 y 70 ng/ml, bastante más altos de lo que la gente tiene normalmente”, señala el facultativo. Muchos expertos recomiendan un nivel entre 20 y 40 ng/ml.

Por este motivo, el ensayo consiste en descubrir si pacientes con una situación inflamatoria por Covid alcanzan esas concentraciones en sangre, “con unas dosis estándar de 2.000 unidades o una única dosis de 10.000 al día durante un periodo de dos semanas”, que es lo que suele alargarse el ingreso hospitalario.

Cervero explica que, como objetivo secundario, el grupo de investigación se está centrando en analizar si las citoquinas que se producen durante el curso de una neumonía por Covid, se podrían disminuir a través de la vitamina D. Para ello, prosigue el facultativo, se recogen muestras de sangre y se envían al instituto Carlos III para analizar lo que llaman ahora como 'tormenta de citoquinas'. “La meta es comprobar si aumentando la dosis de vitamina D, conseguimos normalizar las cifras durante un ingreso y esto tiene algún impacto sobre la tormenta de liberación de citoquinas”, añade.

Además de mejorar la inflamación y las complicaciones que de ella deriva, hay estudios que apuntan a que la vitamina D también reduce la mortalidad y la gravedad de la enfermedad. “Existen numerosos estudios publicados que han demostrado que la enfermedad es menos severa en pacientes con niveles más normales, aunque no se tiene que descartar que puede tratarse de una persona con niveles normales porque sencillamente tiene una vida más saludable, sale más a la calle, realiza más deporte, no tiene obesidad…”, explica, matizando que la transmisibilidad del virus no depende en ningún caso de la vitamina D.


Activación de linfocitos reguladores


"Existen datos que demuestran que la vitamina D produce citoquinas antiinflamatorias y aumenta la activación de los linfocitos reguladores".

 

“Cuando se produce una tormenta inmunológica, se tiene que restaurar y regenerar el sistema inmune a una situación basal previa para que no esté activado y, con ello, provoque actividad inflamatoria. Existen datos que demuestran que la vitamina D produce citoquinas antiinflamatorias y aumenta la activación de los linfocitos reguladores, que son los que tratan de restaurar el sistema inmunológico o una situación basal previa. Eso sería una forma de explicar por qué los pacientes con una vitamina D más alta parece que intentan restaurar una situación inmunológica de menos actividad inflamatoria”, prosigue el facultativo.

Aunque hay quien advierte de la toxicidad de la vitamina D, el experto incide en que se debe fijar la atención en la duración del tratamiento e insiste en que hay que tener cuidado con determinados pacientes, como aquellos que, por ejemplo, tienen insuficiencia renal. “Este es el motivo por el que propongo un tratamiento de choque para intentar restaurar los niveles de vitamina D a lo largo de 14 días. Tengo casi 50 pacientes y, cuando he administrado dosis altas de vitamina D, no he llegado casi ni a los niveles normales”, dice el especialista, recalcado que, cuando se utiliza durante un periodo de tiempo no especialmente largo, no se produce toxicidad. 

Contraindicaciones y advertencias de las vacunas de Pfizer y Moderna, según el prospecto de la Agencia Española de Medicamentos


MADRID.- Aunque se desconozca cuán duradera y resistente es la inmunidad que las vacunas confieren, todas las candidatas autorizadas son seguras y eficaces contra COVID-19 Hasta el momento, en España se han aprobado Comirnaty, desarrollada por Pfizer y BioNTech, y COVID-19 Vaccine Moderna, de la biotecnológica que lleva su mismo nombre.  Estas tienen un 94,5% (Moderna) y un 95% (Pfizer) de eficacia frente a nuevas infecciones con SARS-CoV-2, según www.businessinsider.es

A fecha 22 de enero, se han administrado un total de 1.103.301 dosis de Pfizer y 8.783 de Moderna en todo el país. Lo que representa un 82% de las vacunas recibidas —más de 1,3 millones—. 

Ambas son vacunas de regímenes de 2 dosis para generar una inmunidad total y duradera, con 28 días y 21 días de diferencia, respectivamente. 

Es decir, tras la primera inyección sólo tienes una protección simbólica, que puede aún exponerte al contagio con el nuevo coronavirus —una de las razones por las que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan mantener las medidas de seguridad, como las mascarillas y el distanciamiento social, hasta tras la segunda inyección—. 

Las candidatas no sólo son las primeras autorizadas contra COVID-19, sino también los primeros fármacos aprobados con tecnología ARN mensajero (ARNm) —que instruye a las células para fabricar sus propias proteínas virales y combatir la infección—. 

Estas no pueden contagiar el virus, ni presentan ninguna otra afección por COVID-19. 

Tampoco se han identificado más reacciones adversas, pero se desaconsejan para 5 grupos no estudiados en profundidad en los ensayos: niños, embarazadas, personas inmunodeficientes o con problemas de coagulación, con reacciones alérgicas graves y, de momento, que estén pasando la enfermedad. 

Como el resto de vacunas aprobadas para otras patologías, las de Pfizer y Moderna pueden provocar fiebre alta, dolores de cabeza, musculares y en el lugar de la inyección, cansancio y ansiedad. 

Estas son las contraindicaciones y advertencias que recogen los prospectos de ambas candidatas, del Centro de información de medicamentos (CIMA) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Hipersensibilidad

Los vacunados pueden sufrir hipersensibilidad a algunos de los principios activos o excipientes —sustancia que se mezcla con los medicamentos para darles consistencia u otras cualidades que faciliten su uso— de las vacunas, de acuerdo con CIMA, tanto para Moderna, como para Pfizer

Los grupos de personas con alergias severas, se han excluido como medida preventiva, dado que algunas personas desarrollaron anafilaxia tras las primeras inyecciones. 

Los excipientes de las candidatas, según los prospectos de la AEMPS son: 

COVID-19 Vaccine Moderna:

  • Lípido SM-102.
  • Colesterol.
  • 1,2-diestearoil-sn-glicero-3-fosfocolina (DSPC).
  • 1,2-Dimiristoil-rac-glicero-3-metoxipolietilenglicol-2000 (PEG2000 DMG).
  • Trometamol.
  • Clorhidrato de trometamol.
  • Ácido acético.
  • Acetato sódico trihidrato.
  • Sacarosa.
  • Agua para preparaciones inyectables.

Comirnaty, de Pfizer y BioNTech:

  • Colesterol.
  • Cloruro de potasio.
  • Dihidrogenofosfato de potasio.
  • Cloruro de sodio.
  • Fosfato de disodio dihidrato.
  • Sacarosa.
  • Agua para preparaciones inyectables.
  • ((4‑hidroxibutil)azanodiil)bis(hexano‑6,1‑diil)bis(2‑hexildecanoato) (ALC‑0315).
  • 2‑[(polietilenglicol)‑2000]‑N,N‑ditetradecilacetamida (ALC‑0159).
  • 1,2‑diestearoil‑sn‑glicero‑3‑fosfocolina (DSPC).

Si tienes enfermedades subyacentes, consulta siempre antes a tu especialista. 

Anafilaxia

Ambas vacunas fueron aprobadas, por primera vez, en diciembre de 2020. 

Días después, en el despliegue de las candidatas en Reino Unido y Estados Unidos, se detectaron varios casos de anafilaxia. 

El prospecto de Pfizer recoge: "Se han notificado casos de anafilaxia. Siempre debe haber fácilmente disponibles el tratamiento y la supervisión médica adecuada en caso de que se produzca una reacción anafiláctica tras la administración de la vacuna".

Mientras, Moderna añade: "Se recomienda una observación estrecha durante al menos 15 minutos tras la vacunación. No se debe administrar la segunda dosis de la vacuna a las personas que hayan experimentado anafilaxia con la primera dosis de COVID-19 Vaccine Moderna".

Ansiedad

De acuerdo con las indicaciones de ambas vacunas contra COVID-19, también pueden tener lugar reacciones relacionadas con ansiedad.  

Estas pueden ser reacciones vasovagales (síncope), hiperventilación o relacionadas con estrés, asociadas al acto vacunal como respuesta psicógena a la inyección con aguja. 

Y recomiendan tomar precauciones para evitar lesiones a causa de un desmayo.

Enfermedad concomitante

Un estándar de todas las vacunas autorizadas contra diferentes patologías es que, además del dolor en el pinchazo, puedes presentar síntomas de un leve resfriado o gripe.

Sin embargo, para aquellas que tienen dichos síntomas aunque no sea COVID-19, la vacunación podría posponerse:  

"La vacunación se debe posponer en personas que presenten una enfermedad febril aguda grave o una infección aguda. La presencia de una infección leve o de fiebre de baja intensidad no debe posponer la vacunación", explicitan los prospectos.

Trastornos de coagulación 

Al ser una inyección intramuscular, las candidatas deben administrarse con precaución en personas que reciben tratamientos anticoagulantes, presentan trombocitopenia o padecen un trastorno de la coagulación, como hemofilia.  

Ambos coinciden en que estas personas podrían sufrir sangrados o formaciones de hematomas tras la inyección intramuscular.

Posible menor eficacia en personas inmunodeprimidas

Como se ha mencionado con anterioridad, las personas con sistemas inmunológicos débiles o que reciben tratamientos orientados al mismo, no deberían vacunarse contra COVID-19.

No obstante, los CDC defienden que esto dependerá de cada paciente. 

La ficha técnica de COVID-19 Vaccine Moderna y, por su parte, la de Comirnaty advierten que la eficacia de las candidatas no ha sido evaluada para personas inmunodeprimidas. 

"No se ha evaluado la eficacia, la seguridad ni la inmunogenicidad de la vacuna en personas inmunodeprimidas, incluidas aquellas que estén recibiendo tratamiento inmunosupresor", explicitan. 

Dado que sus sistemas inmunológicos atienden a otras necesidades de su organismo u otros tratamientos, su efectividad —de 94,5% y 95%— podría ser menor.

Una mutación de las nuevas variantes del coronavirus burla a los anticuerpos y favorece las reinfecciones



 SEATTLE/NUEVA YORK.- De las nuevas variantes del coronavirus de Sudáfrica y Brasil hay una mutación, la llamada E484, que ha suscitado la alarma entre los investigadores porque según un estudio preliminar de un equipo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, Estados Unidos, esta mutación podría ofrecer una mayor resistencia a las vacunas.

Se trata de un estudio del que se han producido diferentes interpretaciones.

Varios medios internacionales han resaltado el hecho de que la mutación E484 podría ayudar a burlar los anticuerpos neutralizantes que el sistema inmunitario produce contra el coronavirus, pero según ha declarado uno de los firmantes de este análisis, el biólogo evolutivo Jesse Bloom, a The New York Times, la investigación reafirma la vigencia de las vacunas actuales.

Los temores de que las vacunas serían impotentes contra nuevas variantes se intensificaron en una conferencia científica celebrada en línea el pasado sábado, cuando científicos sudafricanos informaron que en pruebas de laboratorio, muestras de suero de 21 de un grupo de 44 supervivientes de Covid-19 no destruyeron la variante que circulaba en ese país.

Las muestras que tuvieron éxito contra la variante se tomaron de pacientes que habían sido hospitalizados. Estos pacientes tenían niveles sanguíneos más altos de los llamados anticuerpos neutralizantes (el subconjunto de anticuerpos necesarios para desarmar el virus y prevenir la infección) que aquellos que solo estaban levemente enfermos.

Los resultados "sugieren fuertemente que varias mutaciones que vemos en la variante de Sudáfrica van a tener un efecto significativo en la sensibilidad de ese virus a la neutralización", dijo Penny Moore, viróloga del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, que dirigió el estudio.

De cualquier manera, las vacunas existentes seguirán previniendo enfermedades graves y la gente debería seguir recibiéndolas. Es lo que opina Michel Nussenzweig, inmunólogo de la Universidad Rockefeller en Nueva York, quien dirigió uno de los estudios: "Si su objetivo es mantener a las personas fuera del hospital, entonces está funcionando".

Pero es posible que las vacunas no eviten que las personas se infecten leve o asintomáticamente con las variantes, dijo. "Es posible que ni siquiera sepan que estaban infectados", agregó el Dr. Nussenzweig. Si los infectados aún pueden transmitir el virus a otras personas que no están inmunizadas, seguirá cobrando vidas.

Las vacunas actúan estimulando al cuerpo para que produzca anticuerpos contra el coronavirus. Los científicos esperaban que, con el tiempo, el virus pudiera obtener mutaciones que le permitan evadir estos anticuerpos, las llamadas mutaciones de escape. Algunos estudios incluso habían predicho qué mutaciones serían más ventajosas para el virus.

Pero los científicos esperaban que las nuevas vacunas siguieran siendo efectivas durante años, con la teoría de que el coronavirus tardaría en desarrollar nuevas defensas contra ellas. Ahora, algunos investigadores temen que la propagación descontrolada le haya dado al virus oportunidades casi ilimitadas de reinventarse a sí mismo, y puede haber acelerado la aparición de mutaciones de escape.