martes, 31 de julio de 2012

Hay pacientes en altísimo riesgo de muerte súbita que no han sido identificados

El reconocido cardiólogo Josep Brugada, director médico del Hospital Clínic de Barcelona, ha afirmado hoy en Santander que, en la actualidad, "hay una serie de pacientes en nuestro país que están en altísimo riesgo de muerte súbita que no han sido identificados", y ha lamentado la falta en España de "políticas activas de identificación" de personas en riesgo de muerte súbita "para poderlos proteger".

   Así lo ha afirmado durante su participación en el curso de actualización en la lucha contra la muerte súbita que la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir" celebra en el Seminario Monte Corbán de Santander.
   Según informa la UCV en nota de prensa, el doctor Brugada ha asegurado que "España está a la cola con mucha diferencia de toda Europa en el número de implantes de desfibriladores por millón de habitantes". "Nos queda mucho camino por recorrer para ponernos a la altura de otros países de nuestro entorno", como Portugal, Francia o Italia, que "son idénticos desde el punto de vista epidemiológico y que nos superan con muchísima diferencia en el número de implantes", ha expresado.
   "Algo tendremos que hacer para que nuestra población esté protegida como mínimo al mismo nivel que nuestros vecinos", ha afirmado el cardiólogo. En su opinión, esta diferencia se debe a que "no se han dedicado recursos suficientes" para realizar las "campañas efectivas de diagnóstico de identificación de pacientes a riesgo como en estos países para protegerlos de la muerte súbita", por lo que ha reclamado un "esfuerzo".
   Esta enfermedad es un "drama absoluto y parece que solo nos acordamos de ella cuando fallece un jugador de fútbol en el campo, y esto es la excepción, la puntita del iceberg", ha añadido.
   El doctor Brugada ha apostado por "políticas consensuadas entre los distintos estamentos". "Si se pretende hacer política sanitaria y definir la salud de la población sin tener en cuenta a los médicos van a fracasar estrepitosamente", al igual si los médicos trabajan "sin tener en cuenta nada de las connotaciones económicas de sus actuaciones, también va a fracasar", ha advertido.
   El cardiólogo ha manifestado que "la muerte súbita no es inevitable y se pueden hacer grandes cosas", como "distribuir desfibriladores en lugares públicos, algo que ya hay y que empieza poco a poco a verse" en algunas ciudades. Esta actuación "no solo tiene un efecto de salvar vidas, sino que la población tome conciencia de que puede hacer cosas por su salud", explicó.
   El director médico del Hospital Clínic de Barcelona también ha abundado en la importancia de la prevención y dado que "el gran paquete de la muerte súbita son los pacientes que sufren un infarto agudo de miocardio", ha señalado que cualquier estrategia preventiva del infarto de miocardio será una estrategia que va a prevenir finalmente, la muerte súbita. Actualmente, el 80% de estas muertes se deben a un infarto de miocardio.
   Al respecto, el doctor Brugada ha detallado que "dedicamos muchísimos recursos en este país a la prevención de los accidentes de tráfico que producen unas 3.500 muertes al año en España, mientras que de muerte súbita fallecen 10 veces más: 35.000 personas". "Sin quererlo criticar", ha añadido, "lo que destinamos a la prevención de muerte súbita es infinitamente menor que lo que destinamos a la prevención de los accidentes de tráfico".
   Las estrategias de prevención, en este caso, "son simples y todos las sabemos". De esta forma, el doctor Joseph Brugada ha enumerado la necesidad de evitar factores de riesgo que acaban produciendo obesidad, sedentarismo, tabaquismo, diabetes o hipertensión arterial, entre otros.
   "Todos ellos son factores que cada uno de nosotros podemos modificar y en tiempos de crisis hay que apelar a la conciencia y cada uno tiene que poner un poco de su parte: hacer ejercicio, dejar de fumar, comer mejor y cuidarse porque así se previene la arteriosclerosis, el infarto de miocardio y, por tanto, se previene la muerte súbita", ha aseverado.

Los pacientes de edad avanzada tienen menor riesgo de fractura de cadera después de operarse de cataratas

   Los pacientes de Medicare (el programa de seguro médico de los Estados Unidos para personas mayores de 65 años) que se sometieron a cirugía de cataratas, tuvieron una menor probabilidad de fractura de cadera, un año después del procedimiento, en comparación con los pacientes con cataratas que no se sometieron a cirugía, según revela un estudio publicado en la revista 'JAMA'.

   La deficiencia visual se ha relacionado con un mayor riesgo de fracturas, enfermedad, y muerte, en la población de edad avanzada. "En concreto, la visión juega un papel importante en la provisión de un marco de referencia para mantener el equilibrio postural, y la estabilidad, y las cataratas inducidas por cambios en la visión han sido relacionadas con la inestabilidad postural", según la información de respaldo del artículo.
   Por otra parte, las cataratas son la causa más común de fractura relacionada con la discapacidad visual. A pesar de la asociación de la visión pobre y las cataratas con un mayor riesgo de fractura, sólo un número limitado de estudios han examinado la influencia de la cirugía de cataratas en la incidencia de caídas, en adultos con discapacidad visual.
   Ahora, en una nueva investigación, Victoria L. Tseng, de la Escuela de Medicina Warren Alpert, de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, y sus colaboradores, han examinado la asociación entre la cirugía de cataratas y la incidencia de fracturas. El estudio incluyó una muestra aleatoria del 5 por ciento de los beneficiarios de Medicare con cataratas, que recibieron, o no, cirugía, entre 2002 y 2009.
   La muestra aleatoria incluyó a 1.113.640 beneficiarios de Medicare, mayores de 65 años, diagnosticados con cataratas entre 2002 y 2009. De estos pacientes, la mayoría eran mujeres (un 60 por ciento), y blancos (un 88 por ciento). De los pacientes con cataratas, 410.809 (un 36,9 por ciento) fueron sometidos a cirugía durante el período de estudio. Durante este período, el total de la incidencia de fracturas fue del 1,3 por ciento, en las fracturas de cadera. El análisis de los datos indicó que la cirugía de cataratas se asoció con una disminución del 16 por ciento en las probabilidades de fractura de cadera, un año después del procedimiento. "En los pacientes con catarata severa, la asociación entre la cirugía de cataratas y la menor probabilidad de fractura de cadera fue aún más fuerte, con una reducción del 23 por ciento", señalan los autores.
   "La operación de cataratas puede disminuir el riesgo de fracturas en pacientes mayores de 65 años de edad; además, se ha demostrado que esta cirugía es una intervención efectiva de bajo costo para la mejora visual. Los resultados de la este estudio sugieren la necesidad de seguir investigando el beneficio potencial adicional de la cirugía de cataratas, como intervención efectiva para disminuir la incidencia de fracturas en las personas de edad avanzada", concluyen los investigadores.

Los ruidos en verano perjudican el descanso y provocan estrés e irritabilidad

Durante los meses de verano aumenta la contaminación acústica, especialmente durante la noche, debido a que hay un mayor número de personas en la calle y a que son muchos los ciudadanos que, por las elevadas temperaturas, duermen con las ventanas abiertas. Este hecho perjudica, por tanto, al descanso y provoca estrés, irritabilidad y posibles problemas en el organismo como, por ejemplo, en el corazón.

   Así lo ha explicado el coordinador del grupo de trabajo de Salud Mental de la Sección del Sueño de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Enric Zamorano, quien ha recordado que existen diversos estudios científicos que han demostrado que en los meses de verano cuesta más tiempo dormirse y se descansa menos ya que el sueño se ve interrumpido en muchas ocasiones como consecuencia del ruido.
   Una de las principales características del sueño es su efecto reparador en el organismo, que se produce conforme van avanzando las diferentes fases del sueño --desde la superficial hasta la más profunda--. En una situación normal, la mayor parte de las personas suelen alcanzar la etapa más alta del sueño, que es cuando el organismo está completamente dormido y no atiende a lo que sucede a su alrededor.
   Sin embargo, en verano no se suele alcanzar esta fase del sueño, provocando que el cuerpo esté en alerta y se despierte con una mayor facilidad. "Las personas que viven en casas donde se escuchan a los vecinos es normal que duerman menos debido a que, sin querer, atienden a las conversaciones. Incluso, es normal que cuando hay ruido y se susurra el nombre de la persona que está durmiendo ésta se despierte", ha señalado el experto.
   Asimismo, este hecho también puede afectar al feto de las mujeres embarazadas dado que están intranquilas y durante la noche, en lugar de descansar, experimentan un exceso de adrenalina que puede afectar al bebé. No obstante, Zamorano ha recordado que son los niños los que mejor duermen y a los que menos les afecta el ruido.
   Por último, este especialista ha recomendado que para tener un buen descanso durante los meses de verano es necesario cerrar las ventanas, no utilizar ventiladores que produzcan ruido y no tener animales de compañía.
   Ahora bien, Zamorano ha reconocido que las personas que tienen un menor nivel de ingresos duermen peor que las que tienen un mayor poder adquisitivo, dado que sus casas no están bien acondicionadas y las paredes y ventanas no impiden la entrada del ruido.
   En estos casos, ha concluido, es aconsejable que las personas se tapen los oídos durante toda la noche con el fin de evitar percibir la contaminación acústica que se produce durante las noches de verano, especialmente, en las ciudades o en los sitios turísticos.

La falta de sueño reduce la eficacia de las vacunas

Según ha evidenciado un estudio realizado en San Francisco por expertos de la Universidad de California (Estados Unidos), la falta de sueño reduce la eficacia de las vacunas. Esta es la primera investigación efectuado fuera de un laboratorio del sueño.

   En ella, los investigadores han demostrado que la duración del sueño está directamente vinculada a la respuesta de la vacuna inmune. Así lo aseguran en las páginas de la revista 'Sleep', en su edición del mes de agosto.
   "La privación crónica del sueño se ha convertido en una forma de vida para muchos estadounidenses", explica el experto principal y estudiante de doctorado en la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), Aric Prather. Debido a esta situación, es necesario "crear conciencia en la comunidad de salud pública", añade.
   En su análisis, el especialista ha evaluado en sus respectivos hogares a 125 pacientes tratados contra la hepatitis B, de los cuales 70 fueron mujeres y 55 hombres. Para ello, se han medido los niveles de anticuerpos antes y después de las inyecciones de antibióticos.
   Así, se ha conseguido demostrar que las personas que durmieron menos de seis horas por noche "fueron mucho menos propensos a desarrollar respuestas de anticuerpos a la vacuna y, por lo tanto, fueron más propensos a no ser protegidos por la misma que las personas que dormían más de siete horas en promedio", asegura el experto.
   Ante ello, Prather concluye que dormir menos de seis horas "confiere un riesgo significativo", ya que el sueño "juega un papel importante en la regulación del sistema inmune". Por eso, el experto aconseja dormir "entre siete y nueve horas por noche".

Las células T infectadas por el VIH ayudan a transportar el virus a través del cuerpo

Una nueva investigación, llevada a cabo por el Massachusetts General Hospital (MGH), y publicada en la revista 'Nature', ha sido la primera en visualizar el comportamiento de las células T humanas, infectadas por el VIH, dentro del ganglio linfático de un animal vivo. El estudio se llevó a cabo mediante un modelo de ratón 'humanizado' de la infección por el VIH.

   En este trabajo, los investigadores han descubierto una nueva forma por la que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se aprovecha del sistema inmunológico. El VIH no sólo infecta y destruye a los linfocitos T helper, CD4 positivos -que normalmente dirigen y apoyan las actividades que combaten la infección de otras células del sistema inmune- sino que también parece utilizar estas células para viajar a través del cuerpo, e infectar a otras células.
   "Hemos observado que el VIH se disemina en el cuerpo de una persona mediante las células T que infecta", afirma Thorsten Mempel, del MGH, quien dirigió el estudio. El investigador explica que "las células T infectadas continúan haciendo lo que suelen hacer, migrando dentro y entre tejidos, como los ganglios linfáticos, llevando el VIH a lugares remotos del cuerpo. Actualmente, existen medicamentos que manipulan la migración de células T, y podrían ser utilizados para ayudar a controlar la propagación del virus en un paciente".
   Cuando el VIH se introduce en la sangre o en los tejidos, el virus se une a las moléculas CD4, en la superficie de las células T helper, inyectando en ellas su contenido, y provocando un proceso que conduce la liberación de nuevas partículas virales. Desde hace tiempo, se supone que estos viajes libres del virus se producían por su difusión, a través los tejidos, hasta encontrar nuevas células infectadas. Sin embargo, estudios recientes han sugerido que el VIH también puede pasar directamente de una célula a otra cuando se forman un tipo de estructuras -llamadas sinapsis virológicas- durante las interacciones entre las células T. Dado que las células T suelen migrar de forma rápida, llevando a cabo contactos transitorios con otras células, el estudio actual fue diseñado para examinar si el VIH altera la migración de las células T infectadas, permitiendo que el tipo de contacto facilite la propagación de la infección.
   En los experimentos, el equipo utilizó el modelo de ratón humanizado BLT, que posee un sistema inmunológico humano, y es el único no-primate que puede ser infectado con el VIH. Después de la primera confirmación de que las células T humanas migran dentro de los ganglios linfáticos de los animales -conocidos por ser sitios importantes de la replicación del VIH- los investigadores inyectaron el virus a los animales, haciendo que expresara una proteína verde fluorescente (GFP) -lo cual permitió seguir el movimiento de las células infectadas en los animales vivos, utilizando un método llamado microscopía intravital.
   En primer lugar, los científicos observaron que, a los dos días, las células T infectadas continuaron migrando y distribuyéndose uniformemente dentro de los ganglios linfáticos, aunque se mantuvieron en los nodos más próximos al lugar de la inyección.
   Mientras que las células infectadas por el VIH se movieron activamente en los ganglios linfáticos, no lo hicieron tan rápido como las células T no infectadas. Además, entre el 10 y el 20 por ciento de las células T infectadas por el VIH formaron extensiones anormalmente largas y delgadas, a menudo exhibiendo ramas. Los investigadores creen que la proteína de la envoltura del VIH, que se expresa en la superficie de las células T infectadas, podría causar que las células infectadas contacten con células no infectadas, produciendo estas extensiones.
   Para probar la función de la migración de células T en la infección por VIH, los investigadores inyectaron el virus del VIH a otro grupo de ratones BLT y, al mismo tiempo, lo trató con un agente que evita que las células T abandonen los ganglios linfáticos. Dos meses más tarde, los niveles de VIH en el torrente sanguíneo, y en los ganglios linfáticos distantes del sitio de la inyección, fueron mucho más bajos que en los animales infectados no tratados.
   "A pesar de que nuestra observación de las interacciones de las células T, entre las moléculas CD4 infectadas y no infectadas, sugiere que el VIH se puede transmitir entre las células T por contacto directo, este hallazgo tendrá que ser confirmado en futuros estudios", explica Mempel, profesor en la Escuela Médica de Harvard, quien añade que la disponibilidad del modelo de ratón BLT fue fundamental para llevar a cabo el estudio.