miércoles, 18 de abril de 2018

Denuncian en España falta de transparencia de los fármacos contra el cáncer

MADRID.- Los tratamientos para el cáncer son uno de los grupos de medicamentos con precios más altos y que más ingresos generan para la industria farmacéutica, si bien hay una "importante" inversión pública en las fases de investigación y en los ensayos clínicos de muchos de los fármacos, según el informe Los medicamentos para el cáncer: altos precios y desigualdad, publicado por la campaña No es Sano

Y es que, el "imparable" crecimiento de los precios de los medicamentos oncológicos, que se han duplicado en solo diez años, está teniendo un impacto directo en los sistemas de salud de todo el mundo, incrementando el gasto farmacéutico y limitando su acceso en muchos países. En España, algunas de las terapias más empleadas para tratar tumores alcanzan los 30.000, 40.000 y hasta 100.000 euros por paciente al año.
Unos precios "inasumibles" para el sistema sanitario, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez es mayor el número de casos diagnosticados, que pasará de 247.000 en 2015 a 315.000 en 2035, casi un treinta por ciento más, según las previsiones.
A este respecto, Farmaindustria aclara a través de un comunicado que "el coste que suponen los medicamentos contra el cáncer para la sanidad pública está en torno al 10% del gasto farmacéutico en España. En 2014, de los 61.947 millones de euros de gasto sanitario total del conjunto del Sistema Nacional de Salud, sólo 1.656 correspondieron al gasto farmacéutico en oncología". 
Y añade: "Es un coste que se ha mantenido estable desde 2009 en términos relativos, a pesar del aumento de la incidencia registrado en estos años -y por tanto al mayor número de pacientes tratados- y pese a que en esos años se han incorporado más de 40 nuevos antitumorales". 
En dicho comunicado, Farmaindustria recuerda un estudio que sitúa el gasto de los fármacos contra el cáncer en el 35% del gasto sanitario en oncología.
Esta situación, tal y como han recordado expertos de la campaña, se debe a un sistema de propiedad intelectual que deja en manos de las compañías farmacéuticas la fijación de los precios de los fármacos y a un marco regulatorio poco transparente que beneficia a la industria en detrimento del interés público.
El actual sistema de patentes pretende garantizar la recuperación de los recursos invertidos en investigación, pero la realidad es que no podemos conocer esos costes porque son secretos y los datos que se publicitan no tienen en cuenta la inversión pública. Esta "falta de transparencia" da lugar a que la industria fije los precios de los fármacos arbitrariamente, en función de la capacidad del mercado de cada país.
Por su parte, Farmaindustria recuerda que "el sistema de patentes ha logrado a lo largo de los años garantizar la inversión en I+D en un ámbito de tan alto riesgo como el de los medicamentos, y genera, una vez que finaliza la protección del nuevo medicamento, una gran reducción del precio que permite a su vez liberar recursos para atender otras necesidades y también para financiar la innovación".
Una "opacidad" a la que hay que añadir el hecho de que las negociaciones con las administraciones públicas están sujetas a acuerdos de confidencialidad que impiden hacer público cuánto se paga por los medicamentos.
En este sentido, el informe destaca que en España "no es posible" acceder a los acuerdos de precios fijados entre el Gobierno y la industria para estos fármacos de uso hospitalario y, dado que el peso presupuestario recae sobre las comunidades autónomas, este secretismo llega a provocar que los ya altos precios sean además diferentes entre regiones e, incluso, entre hospitales, poniendo en "peligro" los recursos finitos del sistema sanitario y obligando a recortar de otras partidas "muy necesarias", como la contratación de personal médico, el cuidado y la atención a los pacientes o los equipos para diagnosticar enfermedades.
En cuanto a los precios de los medicamentos de prescripción financiados por el Sistema Nacional de Salud, Farmaindustria subraya que "son fijados por la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos, adscrita al MSSSI, en la que participan representantes de los ministerios de Sanidad, de Economía y de Hacienda, además de seis representantes de otras tantas CCAA".

Casos concretos de fármacos

En concreto, el estudio analiza cuatro casos concretos de algunos de los fármacos clave para el tratamiento del cáncer que generan "enormes ingresos" a las compañías que los comercializan y que destacan por una "importante" inversión pública en su fase de desarrollo.
La investigación de trastuzumab, para cáncer de mama, fue apoyada en gran parte por filántropos y fundaciones y casi el 50% de los ensayos clínicos se realizaron con presupuesto de universidades, centros de investigación o fundaciones sin ánimo de lucro. "Hoy es uno de los productos estrella de Roche y ha generado más de 60.000 millones en ventas desde su comercialización", ha destacado.
En los casos de alemtuzumab (Sanofi) y bevacizumab (Roche), otros dos fármacos estudiados, el informe revela que el 70% y el 50% de los ensayos clínicos, respectivamente, han sido financiados por universidades, centros de investigación o fundaciones sin ánimo de lucro.
Asimismo, el estudio analiza las nuevas inmunoterapias, las terapias CAR-T. Se trata de nuevos tratamientos que modifican las propias células del sistema inmunitario del paciente para que detecte y destruya a las células causantes del cáncer. 
Recientemente, se ha aprobado la comercialización en Estados Unidos de 'Kymriah' (Novartis) y 'Yescarta' (Gilead) con precios de salida que superan los 380.000 euros (475.000 dólares) en el primer caso y los 300.000 (373.000 dólares) en el segundo.
Una vez más, gran parte de la investigación que ha dado lugar a estas terapias proviene de recursos públicos, más de 242 millones de euros (300 millones de dólares) solo en Estados Unidos, y más del 60 por ciento de los ensayos clínicos se han financiado a través de universidades, centros de investigación o fundaciones sin ánimo de lucro.
Para Farmaindustria, "abordar la cuestión del precio de un determinado fármaco desde posicionamientos meramente ideológicos y simplistas es tratar de generar un debate que no se ajusta a la realidad del sector ni a los estándares internacionales de I+D de la industria farmacéutica innovadora".
 Como subraya en el comunicado, la investigación y desarrollo de un medicamento "es un proceso largo, arriesgado y costoso. Puede tardar hasta 14 años y suponer una inversión de más de 2.400 millones de euros". 
Sólo una de cada 10.000 moléculas inicialmente investigadas llegan finalmente a convertirse en medicamentos. "Más allá del gasto inmediato que pueda suponer financiar un medicamento, en el medio y largo plazo supone una inversión que genera un retorno mucho mayor, tanto para el paciente como para la sociedad en su conjunto en términos de aumento de la esperanza de vida y de la calidad de los años vividos", por ejemplo.
Asimismo, los casos de alemtuzumab y bevacizumab reflejan, además, algunas de las muchas estrategias comerciales a las que recurre la industria para maximizar beneficios.
De hecho, alemtuzumab multiplicó su precio por 15, hasta los 58.0000 euros, en un año. El fármaco, destinado en un principio a tratar un tipo de leucemia, fue retirado por la empresa y lanzado de nuevo con otro nombre y otro fin: tratar la esclerosis múltiple entrando así en un nuevo mercado cuyos medicamentos son más caros.
Bevacizumab, por su parte, es un fármaco utilizado en diferentes tipos de cáncer, cuyas ventas, desde 2004, superan ya los 61.000 millones de euros. Este medicamento demostró también su efectividad en el tratamiento de un tipo de ceguera. "La compañía Genentech/Roche, en vez de solicitar la inclusión de esta enfermedad en el listado de indicaciones del medicamento, decidió crear uno nuevo a partir de bevacizumab, con similares resultados, pero con otro nombre y un precio 100 veces mayor", han dicho desde No es Sano.
Por todo ello, ha solicitado una bajada en los precios de los medicamentos y que estos se fijen a partir de los costes reales de investigación y producción, no con criterios arbitrarios; y conocer el precio real de los medicamentos que estamos pagando a través del sistema sanitario y transparencia en las negociaciones con la industria farmacéutica.
Del mismo modo, ha solicitado más financiación pública para la investigación en cáncer (con datos abiertos y accesibles que estén al servicio de otras investigaciones); más control de los precios de los medicamentos en los que se han invertido fondos públicos y cambios en el modelo de gestión de la propiedad intelectual para que las patentes no sean el único incentivo; y la puesta en marcha de regulaciones que controlen y sancionen los abusos de competencia, como volver a patentar fármacos antiguos, 'evergreening' o el bloqueo a la entrada en el mercado de medicamentos genéricos y biosimilares.

Un tratamiento contra el cáncer de pulmón reduce en un 51% el riesgo de muerte

NUEVA YORK.- Un nuevo tratamiento contra el cáncer de pulmón consigue reducir en un 51% el riesgo de muerte del paciente, según informó la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer.

La nueva terapia, consistente en la combinación de un fármaco con quimioterapia, mostró reducir más de la mitad las posibilidades de fallecimiento en comparación con el tratamiento que únicamente utiliza la quimioterapia para pacientes con metástasis no escamosa y células que no son pequeñas.
El fármaco, probado por la compañía Merck en 616 pacientes, es conocido como Keytruda y los resultados obtenidos podrían suponer "un cambio en las prácticas" de inmunoterapias contra este tipo de cáncer, según destacó Leena Gandhi, profesora de Medicina en la Universidad de Nueva York.
La presentación de los logros de este tratamiento coincidió paralelamente con la de los resultados de otra inmunoterapia a base de un medicamento conocido como Opdivo, de la empresa Bristol Myers Squibb.
Esta inmunoterapia, aplicada junto con otros medicamentos, fue capaz de reducir el avance del cáncer o el riesgo de muerte en un 42% en comparación con la quimioterapia en pacientes con células no pequeñas y con alto nivel de mutación.
Ambos resultados superaron ampliamente las expectativas, que predecían una reducción de un mínimo de un 30%, según analistas citados por la cadena CNBC.
Estos dos métodos fueron probados en pacientes que aún no habían intentado otras terapias, pero en los que el cáncer se había extendido ya.
En este sentido, Matthew Hellmann, experto del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, recordó que el cáncer de pulmón sigue siendo el que más muertes provoca en el mundo.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, un total de 234.000 estadounidenses serán diagnosticados con esta enfermedad este año y 154.000 morirán por su causa.
La presentación de los resultados ha conllevado efectos opuestos en ambas empresas, ya que mientras que la efectividad de Merck le llevó a subir un 2,6% en Bolsa al mediodía de hoy, Bristol-Myers caía entonces un 8,3%.